Para entender lo que sucede entre Donald Trump y TikTok hay que poner la vista en perspectiva, puesto que Estados Unidos y China han entablado una guerra comercial que ha durado un par de años y que ha incluido detenciones, bloqueos y aumento de aranceles, todo ello en medio de una pandemia en la que ambos países se acusan uno al otro. Además, esta no sería la primera vez que el presidente amenaza con vetar a una tecnológica de origen asiático, puesto que lo hizo anteriormente con Huawei.

La presión que ahora ejerce el presidente de Estados Unidos sobre la red social de micronarrativa en video más famosa del mundo de ninguna manera ha sido un arranque de furia fortuito; o bueno, quizá sí, pero hay algunos antecedentes que tomar en cuenta. Desde 2018 los intercambios de diatribas entre ambas naciones han estado a la orden del día.

El enfrentamiento directo entre Tik Tok y Trump se dio cuando fanáticos del K-Pop y usuarios de la referida plataforma de videos, boicotearon el que sería el primer acto de campaña de Trump durante la pandemia.

A través de una convocatoria esparcida por la plataforma, los usuarios se registraron en el acto de campaña que se llevaría a cabo en Oklahoma, con la intención de reservar una silla, pero no asistir. Aunque el recinto contaba con capacidad para 19 mil personas, se registraron cientos de miles de usuarios. Para cuando Trump llegó, el lugar estaba prácticamente vacío y decidieron suspenderlo. Todo ello, además, en medio de las manifestaciones por el asesinato de George Floyd.

Por supuesto, el acto no le gustó nada a la administración en la Casa Blanca, puesto que hubo sospechas de que tal convocatoria no hubiera tenido el alcance que tuvo sin la modificación de los algoritmos e incluso, se sospechaba sobre la intervención del gobierno chino.

Poco más de un mes después, Donald Trump y su Secretario de Estado, Mike Pompeo, declaraban que prohibirían Tik Tok en territorio estadounidense por motivos de seguridad, alegando que la plataforma, propiedad de ByteDance con sede en China, no puede garantizar la seguridad de los datos que recaba de sus usuarios y podría ser usada para espiar a sus ciudadanos y compartir sus datos con el gobierno chino.

La situación fue aprovechada por Microsoft, quienes anunciaron la intención de adquirir las operaciones de la red social en Estados Unidos, Canadá, Australia y Nueva Zelanda a través de un comunicado. De concretarse la compra, la compañía estadounidense se haría cargo de custodiar los datos recabados en duchos territorios y evitar el supuesto espionaje. Así, Trump ha dado un plazo de 45 días para concretar la compra y el Consejo para la Inversión Extranjera en Estados Unidos, será quien supervise la transacción. Esto no es otra cosa, sino una venta forzada.

Los motivos por los que la Casa Blanca quisiera eliminar o al menos controlar Tik Tok en su territorio pueden ser muy amplios, pero sobre todo está el temor de tener a otra red social muy popular en contra en plenas elecciones. Si existe una guerra declarada entre Trump y Twitter, puede resultar mucho más complicado para sus objetivos políticos tener ahora a Tik Tok como una potencial amenaza, ya que, más allá de las acusaciones de espionaje, se encuentra la facilidad con la que la red puede abrir brecha sobre todo en los sectores más jóvenes de la población.

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