Por Brian Solomon Seguro has oído hablar de coches autónomos. Pero ¿qué hay de los vehículos autónomos más pequeños? Dispatch, una pequeña startup, anunció hace unos días que levantó una ronda semilla de 2 millones de dólares (mdd) dirigida por Andreessen Horowitz para fabricar robots de entrega más pequeños que los humanos. Estos minivehículos pueden entregar paquetes, comida y otros artículos recorriendo las banquetas y espacios cerrados, y locales cerrados, moviéndose como un ser humano en vez de un coche. El primer robot de Dispatch es Carry, un vehículo de 90 cm de alto y 90 de largo capaz de cargar hasta 30 kilos de artículos en un máximo de cuatro compartimentos separados. El Carry viaja a velocidades relativamente bajas, de hasta 7 kilómetros por hora. Dispatch ya prueba su vehículo en dos campus universitarios –Menlo College y Cal State Monterey Bay–, donde prueba la entrega de correo. La batería de iones de litio tiene una duración de 12 horas de uso. “Inicialmente experimentamos con diferentes vehículos autónomos y también con vehículos no automatizados, como bicicletas de entrega”, dijo a Forbes el cofundador Uriah Baalke. “La idea que surgió fue, ‘si los automatizamos solucionaríamos el problema de la entrega de última milla”. Baalke y sus cofundadores Stav Braun y Sonia Jin, de 27 años, trabajaron juntos previamente en la ciudad de Nueva York en la compañía de software inmobiliario Floored. Se mudaron a California hace un año y se graduaron del programa de la aceleradora de hardware HAX en San Francisco en noviembre pasado. Chris Dixon, socio de Andreessen Horowitz, ha liderado recientes inversiones de capital de riesgo en empresas de tecnología con autos o drones autónomos, por lo que Dispatch se adaptaba perfectamente a su cartera. “La tecnología está en un punto de inflexión potencial en el que puede funcionar muy bien”, dice. “Si realmente estudias la matemática del envío de un cepillo de dientes, te costará unos 5 dólares a través de un drone volador, y sólo 50 centavos desde uno en tierra.” Dispatch ya tiene un competidor en el Reino Unido, Starship Technologies, que desarrolla un producto similar. Con el tiempo, los pequeños robots autónomos de entrega de estas empresas podrían ser una alternativa rentable a los conductores humanos. Servicios bajo demanda como DoorDash, Postmates e Instacart podrían beneficiarse de este tipo de tecnología de la misma forma que los coches autónomos podrían ayudar a Uber y Lyft.

 

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