Twitter envió esta semana a su principal estratega político a Brasil para explicar a los senadores de uno de sus mayores mercados globales cómo sacar ventaja de la red de 250 millones de usuarios con miras a las elecciones de octubre. La empresa no divulga cifras de usuarios, pero reconoce que Brasil es su quinto mercado global, México está entre los 10 primeros y Colombia y Chile entre los 20 principales.     Reuters   SAO PAULO – Después de crecer explosivamente en América Latina, Twitter ahora quiere aprovechar la otra gran pasión regional además del fútbol: la política. La empresa de San Francisco envió esta semana a su principal estratega político a Brasil para explicar a los senadores de uno de sus mayores mercados globales cómo sacar ventaja de la red de 250 millones de usuarios con miras a las elecciones de octubre. “El mercado latinoamericano está creciendo”, dijo Adam Sharp en una entrevista con Reuters en Sao Paulo, “y las elecciones son una buena oportunidad para Twitter”. ¿Su mensaje? “Twitter permite a candidatos y votantes volver a establecer aquella conexión personal del pasado y de una forma escalable”. Con baja penetración de Internet y rápida adopción de smartphones, América Latina es uno de los mercados de mayor expansión para Twitter y otras redes sociales como Facebook. Twitter no divulga cifras de usuarios, pero reconoce que Brasil es su quinto mercado global, México está entre los 10 primeros y Colombia y Chile entre los 20 principales. Y en un año en el que ya hubo tres elecciones presidenciales y en el que -sin contar a Brasil- aún faltan las de República Dominicana, Colombia, Bolivia y Uruguay, la plataforma de micro blogs se está volviendo una herramienta indispensable en el arsenal de cualquier político. Igual que los artistas y futbolistas famosos, los políticos movilizan millones de seguidores y generan una audiencia que Twitter puede luego monetizar a través de anuncios. Varios presidentes latinoamericanos abrazaron la red con fervor. El colombiano Juan Manuel Santos (@juanmansantos) tiene por ejemplo 2.8 millones de seguidores, la argentina Cristina Fernández (@cfkargentina) 2.7 millones, el mexicano Enrique Peña Nieto (@epn) 2.6 millones y la brasileña Dilma Rousseff (@dilmabr) 2.3 millones. En Venezuela, donde el ex presidente Hugo Chávez continúa teniendo 4.1 millones de seguidores más de un año después de haber fallecido, los tuits de su sucesor Nicolás Maduro (@nicolasmaduro) llegan a 1,9 millones de personas y los del opositor Henrique Capriles (@hcapriles) a 4.4 millones. “En América Latina la gente es apasionada por la política”, dice Sharp, un ex periodista y asesor legislativo cuyo trabajo consiste, precisamente, en trasladar esa pasión al mundo de mensajes de 140 caracteres de Twitter. “Donde creo que hay espacio para mejorar”, añadió, “es en enfocarnos más en la autenticidad y tener conversaciones reales con la audiencia que no necesariamente sean sobre política”.   Menos monologo, más dialogo Típicamente los políticos abren una cuenta de Twitter para transmitir su mensaje. Recién con el tiempo empiezan a darle un sabor más personal a la comunicación y algunos, los más hábiles, logran entablar un diálogo con los votantes. A diferencia de lo que ocurre en otras partes del mundo, en América Latina los políticos suelen escribir sus propios tuits en lugar de poner el canal en manos de sus asesores. Y eso, dice Sharp, es bueno. “Yo los alentaría a involucrar más a la audiencia”, dijo, “a usar Twitter menos como plataforma de transmisión y más como una herramienta para un diálogo”. Y la autenticidad, dijo el estratega estadounidense, es la táctica más efectiva. “Hicimos investigaciones y descubrimos que las posibilidades de que alguien retuitee o responda un tuit son muchísimo mayores cuando piensa que se trata de la voz real de la persona a la que están siguiendo”, añadió. En sus conversaciones con los políticos latinoamericanos, Sharp intenta demoler varios mitos en torno a Twitter. Uno es que mayor cantidad de usuarios se traduce en mayor influencia política en la elección. Otro es que cuanto más tuits, mejor. “No hay un número mágico”, dijo el estratega. “Si uno busca un promedio para un líder sería alrededor de un par de veces al día”, añadió. “Uno no quiere estar demasiado silencioso, pero tampoco tuitear demasiado”.

 

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