Esta ficción es creada para evitar las noticias negativas de políticos en los medios, y contenerlas o distraerlas en redes sociales. Es el uso de las nuevas tecnologías como elementos de la política más autoritaria y más tradicional.   Por Alejandro Cárdenas López Los periodistas nos hacemos o nos dejamos, pero todos los días, al publicar noticias basadas en uno o dos tuits, creemos que estamos informando, cuando en verdad participamos de forma complaciente con un grupo de políticos que han transformado una red social crítica y democrática, en un espacio tradicional y cerrado. Al enviar un tuit, los políticos no pagan por espacios para las conferencias de prensa, ni en galletas ni en café; evitan realizar convocatorias y no se cansan. Ya no se exponen a preguntas incómodas, como las que le hicieron al ex titular de PGR Jesús Murillo Karam, durante la crisis de Ayotzinapa, después de ser interpelado por varios periodistas de forma directa durante una de las maratónicas sesiones informativas. En el fondo, la sociedad pierde, porque recibe noticias parciales o poco contextualizadas de temas en que la autoridad no se tomó la molestia de responder a las preguntas realizadas por periodistas, pero también por usuarios de la red social. Es un tema de transparencia. El profesor de ciencia política Andreas Schedler se aproxima desde la explicación de la idea de la rendición de cuentas. Para él, se exige información a un servidor público, se les compromete a ser responsables de sus acciones, y les implica la obligación de responder a preguntas incómodas. Un tipo de preguntas pueden ser por hechos, la parte informativa de la rendición de cuentas y otro tipo por las razones, la parte argumentativa de la rendición de cuentas. Eso implica el derecho a recibir una explicación y el deber correspondiente de justificar el ejercicio de poder, lo cual es muy difícil que suceda en 140 caracteres. No es fácil notarlo con la cantidad de información, pero en términos reales la mayoría de las ocasiones los periodistas caemos en el juego de las oficinas de comunicación social. Por ejemplo, en octubre de 2013, el presidente de México, Enrique Peña Nieto, dio la primicia en Twitter del indulto al indígena tzotzil Alberto Patishtán. En este caso no requirió de los medios amigos o de Conversaciones a fondo para dar a conocer temas polémicos, pero significó una rareza en su estrategia de comunicación política, dado que su costumbre es canalizar casi todo desde la televisión. Como periodistas debemos de dar esos contextos a los usuarios y lectores y precisar la forma en que se informó el hecho. En este caso, Peña Nieto difundió una noticia positiva en el espacio público donde menos controla y más se le critica. Nos compete aclarar en la redacción de las noticias que la información es breve, sin contexto y sin detalles. Es normal que la dinámica noticiosa cambie la relación prensa-poder desde el uso de plataformas tecnológicas, pero parecería que la clase política quiere reducir a Twitter los mensajes unidireccionales que siempre han mandado vía TV y prensa escrita. Pero Twitter no tiene la culpa. La red creada en 2006 por Biz Stone, Evan Williams y Jack Dorsey en Estados Unidos, ha revitalizado a la sociedad y la política en diversos países. Botones de muestras son los casos de formas nuevas de comunicar de los periodistas en Medio Oriente, el movimiento #YoSoy132 en México y la capacidad de organización, movilización e información de los estudiantes en Brasil y Chile. Pero los anteriores son casos de reacción de sectores de la sociedad en el uso de tecnología ante la falta de espacios en los medios. También hay ejemplos desde la política. Es relevante el caso de Helen Zille (@helenzille), la gobernadora de la Provincia Occidental del Cabo y líder de la Alianza Democrática en Sudáfrica, el partido de oposición de ese país. Hasta hace unos meses era considerada como un personaje que utilizaba Twitter de forma muy novedosa, dado que interactuaba, confrontaba a usuarios y otros políticos. Incluso, era un ejemplo de uso memorable de la red social, hasta que no controló su estrategia. Pero de 2014 a la fecha ha generado gran polémica por sus envíos a Twitter, porque, de acuerdo con medios locales, se le ha pasado la mano. Zille es ex periodista, hija de padres afectados por el nazismo y ha sido una de las figuras más representativas en los ochenta contra el apartheid. También ha sido defensora de la Constitución y ha ejercido duras críticas al presidente Jacob Zuma. Pero recientemente, por sus tuits, ha sido acusada por racismo contra diversos periodistas, con lo cual ha generado una gran polémica. Hace unas semanas informó que no buscará la reelección como presidenta del partido, pero seguirá gobernando la provincia. En defensa de Twitter, es importante reconocer que la empresa de San Francisco, California, ha sido de las pocas que no aceptaron las condiciones de la Agencia Nacional de Seguridad para la vigilancia masiva de sus usuarios, a diferencia de Facebook o Microsoft, de acuerdo con lo revelado por el periodista Glenn Greenwald, quien dio a conocer este tipo de prácticas de espionaje de big data de Estados Unidos a sus ciudadanos y al mundo. Esta ficción de la red de microblogs a la que nos enfrentamos es creada por estrategas y especialistas de las oficinas de comunicación social, cuyo trabajo es evitar las noticias negativas en los medios, y contenerlas o distraerlas en redes sociales. Aunque políticos mexicanos o cuentas oficiales mandan muchos mensajes, comparten poca información relevante, o contenido de valor y oportuno. Nada nuevo bajo el sol, pero aplicado a nuevas plataformas y contextos. Un caso muy reciente que no pudo ser contenido ocurrió a finales de enero de este año, cuando el periodista de Bloomberg Brendan Case le preguntó durante una conferencia de prensa al secretario de Hacienda, Luis Videgaray, sobre el monto de la tasa de interés a la que financió su propiedad en Malinalco, financiada por el polémico Grupo Higa, información difundida por The Wall Street Journal a finales de 2014. El reportero, además de que sorprendió con su pregunta, le dijo a Videgaray que hacía la pregunta porque era la “primera vez que toma preguntas desde el año pasado”. Ese comentario adicional reveló una queja de varios reporteros y corresponsales internacionales al gobierno peñanietista: cuando realizan conferencias de prensa, no aceptan preguntas. Eso significaba que había pasado al menos un mes sin que Videgaray rindiera cuentas y argumentara sobre un aparente conflicto de interés. En la conferencia de prensa, Videgaray respondió que prefería mantenerse “en el tema del ajuste al gasto público” y se limitó a decir que abordaría “el tema en ocasiones futuras”. Pero en este caso no podía mandar un tuit porque estaba frente a decenas de grabadoras, oídos, ojos, cámaras y reporteros. La reacción de Case provocó que después Videgaray se viera obligado a dar una entrevista a Radio Fórmula, en un ambiente controlado, y mencionara que obtuvo una tasa de interés de 5.31% anual por parte de una filial de Grupo Higa, con lo cual se reveló que era menor a lo que ofrecía la banca mexicana. El tema de fondo es que se exhibió el privilegio del funcionario a obtener un crédito a una tasa de financiamiento menor al de todos los bancos, financiada por un contratista del gobierno. Incluso se podría pensar, hasta que no lo aclarara la autoridad, que no habría existido tasa y que fue un regalo como agradecimiento a las licitaciones públicas. Otro ejemplo reciente de este trinar de monólogos fue la renuncia del director de la Comisión Nacional del Agua, David Korenfeld, después de que un vecino difundiera fotos del uso de un helicóptero oficial para beneficio personal a finales de marzo. Tres días después, el funcionario envió varios mensajes a sus 62,000 seguidores en Twitter desde su cuenta personal (@David_Korenfeld), donde aceptó el error. Sus mensajes fueron publicados en la mayoría de los medios de comunicación, pero Korenfeld no respondió a ninguno de los 200 comentarios que dieron los usuarios desde Twitter, al menos a uno de sus envíos. La realidad es que esos mensajes no los mandó para los usuarios de Twitter, sino para los medios de comunicación. Parecería que la clase política y ciertos medios utilizan esta red para enviarse información cifrada e ignorar a un grupo de usuarios que les exigen explicación y argumentación por sus acciones. Pero dada la magnitud del hecho, no fue suficiente con aceptar el error en Twitter, y una semana después, Korenfeld renunció y tuvo que anunciarlo en una conferencia de prensa. Parecería que el uso de Twitter y otras redes sólo son importantes en la medida en que el mensaje llegue a los medios de comunicación tradicionales, dejando en el mar los debates legítimos de los usuarios interesados en conocer las causas de su desempeño. En 2014, durante las elecciones presidenciales de Colombia, entrevisté a Mario Morales, director del Departamento de Comunicación y Lenguaje de la Universidad Javeriana de Bogotá. Hablamos sobre el uso de Twitter y portales oficiales en las campañas políticas, y su respuesta ayuda a entender lo que sucede hoy en México. Para Morales, este uso de las redes por las oficinas de comunicación social es una dinámica que reproduce los vicios de los medios tradicionales, que los extiende a internet como si fuera parte de un sistema ya establecido que no da pie a desviar la intención de la versión oficial. Explica que el lado interactivo, participativo y comunitario de internet se encuentra en riesgo con este tipo de prácticas, y por una complicidad de la clase política y ciertos medios de comunicación, que puentean sus mensajes y dejan a las audiencias encapsuladas fuera del debate, es una red de redes disminuida a un espacio de emisión, no de conversación. Desde el lado del periodismo, todas las redacciones en México sufren de esa parquedad digital, en que los funcionarios prefieren seguir con las entrevistas en privado, sin exponerse a las preguntas de los periodistas de diversos medios, y a las redes sociales, específicamente Twitter, por su inmediatez. Lo que para los políticos requiere sólo 140 caracteres para ser portadas de medios, para las organizaciones civiles o los grupos que compiten contra el monopolio de las fuentes de información es muy difícil. Los funcionarios saben que en las redacciones digitales el tiempo real es muy importante para los editores. Para Ramón Salaverría, académico español que estudia las transiciones de los periodistas al ambiente digital, “la inmediatez es algo inherente al periodismo de muchos medios –agencias, radios– desde hace tiempo”, dijo para CrónicaZ de Argentina. Para el investigador de la Universidad de Navarra, estas técnicas son llamadas “granjas de contenidos”, la producción masificada de información, en que “lo de menos es la calidad”, porque en los medios todavía “se informa con moldes predigitales”. También en Colombia tuve la oportunidad de charlar sobre el tema con el experto en la materia Germán Rey, director del Centro Ático de la Javeriana. Durante la entrevista mencionó un hecho relevante en la elección presidencial de ese país, en que el ex presidente Álvaro Uribe denunció desde su Twitter que las Fuerzas Armadas Revolucionaras de Colombia habían financiado la campaña del presidente de ese país, Juan Manuel Santos, lo cual fue reproducido en todos los medios, sin prueba alguna. Rey afirma que Uribe es un personaje a quien “le gusta hablar, pero no que le contesten; le gusta plantear los temas, pero no tanto que le planteen, sobre todo si no son cercanos a su credo político”. El académico cuestiona por qué Uribe utiliza una tecnología que solamente permite 140 caracteres, donde puede hablar en cualquier momento sobre el tema que quiera, y esa tecnología replica en los medios de comunicación y genera realmente opinión pública. “Consiguió el nicho que podría eventualmente ser más democrático y lo trasforma en un nicho nuevamente caudillista, es decir, las nuevas tecnologías se convierten en elementos de la política más autoritaria y más tradicional”, afirmó.   Alejandro Cárdenas López es periodista y profesor de asignatura del Departamento de Comunicación de la Universidad Iberoamericana.   Contacto: Correo: [email protected] Twitter: @PrensaIbero Página web: Ibero Ciudad de México   Las opiniones expresadas son sólo responsabilidad de sus autores y son completamente independientes de la postura y la línea editorial de Forbes México.

 

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