“La libertad de elección es más para ser valorada que cualquier posesión que la tierra pueda dar”.
David O. McKay
Entre los grandes debates actuales a nivel mundial, sin duda se encuentra el que yo considero uno de los más importantes y es el que tiene que ver con la libertad de elegir. La libertad de elegir el tipo de vida que queremos vivir, los gobernantes que han de administrar el quehacer público, la composición de nuestras familias, nuestra profesión y el ejercicio de un oficio determinado, así como por supuesto los servicios, medicamentos y productos que decidamos o no consumir y/o utilizar. Y considero que es uno de los grandes debates de nuestro tiempo porque el hecho de que como individuos tengamos la plena capacidad de elegir lo que mejor nos convenga o sencillamente lo que nos venga en gana, es un reflejo de una sociedad, que sin perder los valores y fundamentos sobre los que se ha construido, es una comunidad compuesta por hombres y mujeres con un alto nivel de respeto hacia la diferencia y con un sentimiento arraigado de tolerancia. Es por esto que desde que llegó a México hace algunos años, siempre he admirado el quehacer de Uber no solo en la Ciudad de México sino alrededor de todo el país. “We all love Uber” es una de las frases que más se utilizan sobre esta plataforma tecnológica y debo decir que desde que utilizo Uber, soy una usuaria agradecida del servicio que me brinda y de la manera, incuestionable sin duda, en que ha permitido que mi vida y la de mi familia sea más ágil y más llevadera en una ciudad tan complicada como la Ciudad de México. Lo anterior no significa que no entienda los retos que enfrenta Uber en muchos niveles: servicio, regulación, crecimiento con calidad, comunicación e innovación, entre otros, pero definitivamente si existe un factor que ha venido a cambiar la manera en que nos transportamos en los últimos años y a romper paradigmas de movilidad y de transporte, ese factor a nivel mundial se llama Uber. Por todo lo anterior, querido lector, es que considero digno de comentar que la semana pasada, la Suprema Corte de Justicia de la Nación (SCJN) discutió la acción de inconstitucionalidad presentada por diputados locales del PAN y MORENA, en contra de la reforma a la Ley de Transporte aprobada por el Congreso de Yucatán, en las que se reguló la actividad de transporte privado a través de empresas como Uber, en la que se limita en gran medida la operación de la plataforma y se perjudica a los ciudadanos en su libre decisión de cómo transportarse. La reforma aprobada por el Congreso de Yucatán limita a miles de yucatecos a tener una opción de transporte segura, confiable y eficiente. Sobre todo, afecta a aquellos que no tienen acceso a servicios bancarios, obligándolos a utilizar los mismos medios de transporte público de siempre y negándoles el acceso a la tecnología para beneficio propio. Aunque la resolución de la SCJN no alcanzó la votación necesaria para que se procediera a la declaración general de inconstitucionalidad de dicha ley, sin duda es un precedente importante, ya que el máximo tribunal del país emitió un criterio que seguramente guiará las decisiones futuras de los tribunales en las acciones en defensa de los derechos constitucionales de usuarios y socios conductores. Los nuevos modelos de negocios requieren de un marco jurídico que respalde el interés general y permita garantizar el acceso a la tecnología a la mayor cantidad de personas posibles. Se trata, al fin y al cabo, estimado lector, de luchar por las condiciones necesarias para que los usuarios podamos ejercer en plenitud nuestra capacidad de elegir. Hasta el próximo martes… Contacto: Twitter: @maribelquirogaf / @CervecerosdeMex Facebook: Maribel Quiroga / Cerveceros de México Página web: Cerveceros de México Las opiniones expresadas son sólo responsabilidad de sus autores y son completamente independientes de la postura y la línea editorial de Forbes México.
