La explosión se debió a un motivo multifactorial que involucró la presencia de gas metano en el sótano del edificio B-2 del Centro Administrativo de la empresa, de acuerdo con lo expuesto por el último informe oficial de la PGR.     “Nunca imaginamos que una explosión podría ocurrir tan cerca de nosotros, cuando siempre piensas que el riesgo de un accidente  está en una plataforma o en un ducto”, dice Sergio González, empleado administrativo de Petróleos Mexicanos (Pemex), a un año de distancia de la explosión en el edificio B-2 del Centro Administrativo de la paraestatal en la ciudad de México. El trabajador, quien ha pedido que se guarde su verdadera identidad, recuerda la experiencia que vivió el 31 de enero de 2013, cuando al regresar de comer escuchó un estruendo en las inmediaciones de su centro de trabajo, ubicado en la Torre de Pemex. Foto: ReutersEse día, al filo de las 16 hrs, una explosión se produjo en el área de pilotes del sótano del complejo administrativo de la petrolera debido a un ‘carácter multifactorial’ que propició la acumulación de gas metano debido a la existencia de diversas capas impregnados de hidrocarburos que se habrían dado por derrames de los depósitos de la Huasteca Petroleum Company, que ocupó parte de ese espacio hasta los años 30, de acuerdo con el último informe oficial que presentó la Procuraduría General de la República (PGR) en agosto pasado,  y en cual colaboró el Instituto de Geología de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM). La dependencia también consideró factores como la presencia de microorganismos en las capas del subsuelo que habrían generado gas metano, así como la presencia de solventes y la presencia de vapores generados por la administración de conexiones eléctricas. A un año de distancia del acontecimiento en las instalaciones de Pemex, las cifras dan cuenta de la magnitud de la tragedia: 37 muertos y 101 heridos son el saldo de la explosión, así como daños materiales que serán solventados por un monto de 80.5 millones de pesos (mdp), de acuerdo con datos del Presupuesto de Egresos de la Federación para el ejercicio de 2014. “Creo que los daños son lo de menos, porque la pérdida de los compañeros nos deja preocupados por la seguridad que tenemos en nuestro centro de trabajo”, dice Sergio, quien lleva más de 10 años colaborando para Pemex. De acuerdo con la PGR, la paraestatal ha tomado medidas para evitar otro incidente similar, que incluyen sistemas de ventilación del inmueble para evitar la acumulación de gas metano. Forbes México solicitó una entrevista con algún funcionario de Pemex para conocer la experiencia de la empresa mexicana, pero hasta el cierre de este trabajo no se obtuvo una respuesta. Sergio sabe que este año podrían regresar sus compañeros a ocupar el inmueble en donde ocurrió el accidente, y sólo espera una cosa: “creo que es bueno tener la garantía de que no volverá a suceder algo como esto”.  

 

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