¿Te imaginas ser perseguido o espiado por tu propio gobierno? En los Estados Unidos, durante mucho tiempo esto sólo era un rumor, hasta que en junio del 2013 Edward Snowden reveló información sobre cómo la Agencia de Seguridad Nacional (NSA), estaba grabando las llamadas telefónicas de sus ciudadanos e información de actividades en internet, además de espionaje a líderes de otros gobiernos en el mundo. Ante estas acciones, Snowden, siempre estará en el debate como héroe o traidor, sin embargo, es claro que quien traicionó primero a sus propios ciudadanos y a otros líderes mundiales (como mecanismo de seguridad antiterrorismo) fue el gobierno de los Estados Unidos. Pero este tipo de casos de espionaje y persecución política no solo han ocurrido en los Estados Unidos, también en América Latina han existido casos importantes de persecución política recientes, como el caso del emprendedor panameño Mayer Mizrachi. En el año 2013 Mayer fundó Criptext, una compañía de mensajería digital segura basada desde Nueva York. El año siguiente Criptext cerró un contrato con el gobierno de Panamá debido a que dicho gobierno reportaba haber recibido un ataque a sus altos mandos por medio de WhatsApp (antes de que encriptara WhatsApp los mensajes). Ese mismo año Mayer y su equipo fueron nombrados la compañía más innovadora y con mayor potencial global por el BID (Banco Interamericano de Desarrollo), además levantaron 500 mil dólares de inversión. Mayer tenía el viento en popa y vivió el éxito que todo emprendedor de tecnología busca obtener, pero ello no le duraría mucho. En el 2015 durante en un viaje a Colombia con amigos, Mayer fue detenido debido a que había una alerta por la Interpol en su nombre, producto de una demanda penal que el gobierno panameño le puso a Mayer argumentando que Criptext no había entregado las licencias contratadas. “¡Al principio me reía! Me decía, ¿cómo pueden decir que no entregue el software si lo usaron y tenemos todas las pruebas para comprobarlo? El software fue puesto en uso por parte del estado, pero al haber un cambio de gobierno a mediados del 2014 toda actividad en la plataforma se detuvo por completo. Busqué al nuevo equipo del estado a cargo de la plataforma, los contacté, me reuní con ellos, pero aun así no le dieron uso al software de comunicación encriptada. Nunca me imaginé que se volvería en la punta de lanza para iniciar una persecución en mi contra sin base jurídica. Me tocó ser el catalizador de un gobierno que ha encubierto a Odebrecht y muchas cosas más”. Semanas después de haber sido detenido a Mayer se le concedió una fianza de 100 mil dólares con lo que recuperaría su libertad. Sin embargo, a pesar de haber consignado la fianza, estuvo seis meses preso en una cárcel de alta seguridad en Colombia a petición del gobierno de Panamá donde sufrió afectaciones a sus derechos humanos. Dentro de esta cárcel de máxima seguridad este joven emprendedor logró convencer a los guardias para que les permitiera a los presos tener acceso a celulares, argumentando el tranquilizar con esto la tensión interna del penal. Sin embargo, al tener acceso a un smartphone este joven con alto conocimiento tecnológico se puso en contacto con su equipo de programadores y decidieron lanzar de manera gratuita, desde la cárcel colombiana, el app de mensajería segura que le habían vendido al gobierno panameño, como una forma de protesta y demostración pública de que si habían creado la tecnología que vendieron. Al salir de la prisión, Mayer solicitó asilo político al gobierno colombiano, debido a que todo indicaba que este emprendedor estaba siendo un peón en un juego de ajedrez, ya que su padre tiene una relación de noviazgo con la hermana del expresidente panameño Ricardo Martinelli y con la llegada del nuevo gobierno de Juan Carlos Varela (exvicepresidente de Martinelli), estaba siendo perseguido por su propio gobierno, a pesar de tener todas las pruebas que demostraban su inocencia. Pruebas tan contundentes, que la Interpol eliminó el caso de Mayer de su base de datos por considerarlo no procedente. A pesar de que la Organización de los Derechos Humanos, señala que una persona no puede ser deportada a su país de origen si pide asilo político, y que Mayer viajó a Colombia desde Miami, y cuenta con la nacionalidad jamaicana, el gobierno colombiano lo expulsó arbitrariamente hacia Panamá. Desde el 8 de septiembre del 2016 Mayer no ha podido salir de su país, por su proceso legal. Sin dejarlo viajar a Suiza en marzo del 2017 a recibir un premio que había ganado su compañía Criptext en SeedStars World. Además, Mayer no ha podido participar en las conferencias más grandes de tecnología como solía hacer, incluso no pudo dar conferencias Ted Talks ni ir a reuniones con inversionistas de Silicon Valley. A pesar de todo el contexto legal, Mayer y sus socios han persistido en hacer de Criptext un éxito global, buscando levantar capital para una nueva plataforma de correos encriptados. Sin embargo, los inversionistas no querían tener nada que ver con una startup con este grado de complejidad legal. “Nadie nos quería abrir la puerta hasta que conocí a la inversionista ángel de Silicon Valley, Marina Acton, quien decidió invertir porque ella conoce lo que es ser perseguido por tu gobierno y creía en nuestra visión de correos encriptados. Ella lideró una ronda de capitalización de 1.4 millones de dólares en Criptext con lo que lanzaremos un nuevo servicio de correos seguros descentralizado en el 2018. ¡La ironía de todo esto es que Marina nos conoció después de haber leído el artículo que Forbes publicó cuando Criptext lanzó su app desde la cárcel!”   Han pasado más de 3 años desde que Mayer y Criptext empezaron una batalla de David contra Goliat. Batalla en la que ya se ha comprobado la inocencia de Mayer. Sin embargo, el caso de Mayer Mizrachi es uno de los miles de casos de perseguidos políticos que ocurren cada día en América Latina y el mundo. Un mundo que pasa por el Siglo XXI, donde los ciudadanos con acceso a un smartphone podemos ser reporteros de lo injusto y un mundo donde los emprendedores, periodistas, activistas, etc.… Podemos ser un contrapeso para que ningún gobierno pase por encima de las leyes. Contacto: Twitter: @Morenazzo88 Página web: Surfing Digital Las opiniones expresadas son sólo responsabilidad de sus autores y son completamente independientes de la postura y la línea editorial de Forbes México.

 

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