Cortas, largas o muy extralargas; multicolores, con cristales o hasta con figuras de todo tipo. Lucir las uñas decoradas se ha vuelto toda una moda, así como la fuente de empleo de miles de personas en México.
La tendencia es clara en la capital del país y en el Estado de México; abundan los lugares en donde las mujeres acuden para que les elaboren un trabajo especial donde cada uña de los dedos termina reluciendo.
Mientras tiempo atrás lucir las uñas largas eran algo que se estilizaba solo para ocasiones especiales, como bodas o eventos de trascendencia, ahora, acudir a decorarse las extremidades de las manos en un lugar especializado en uñas, o solicitar este trabajo con la visita a domicilio de una experta en ellas, es un estilo de vida, dicen las mujeres dedicadas a este oficio.
“Ahora, decorarse las uñas es toda una experiencia, para las clientas es un momento de desestrés, y para las manicuristas es la oportunidad de hacer arte”, comenta Mirna Jael Rocha Ramírez, quien lleva más de seis años en el campo de la manicura, y es tricampeona en concursos nacionales de arte en uñas.
Además, dice, cada vez son más las personas que descubren que colocar uñas y decorarlas es una ocupación que se puede convertir en toda una carrera.
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Y sí, en las calles de la Ciudad de México, así como en los alrededores, es fácil encontrar establecimientos dedicados a la aplicación y decoración de uñas con materiales diversos.
La geógrafa Mercedes Sánchez Plascencia, aficionada a los mapas, recientemente elaboró un mapa donde se aprecia la fuerte presencia de establecimientos dedicados a las uñas en la Ciudad de México y el Estado de México.
Sánchez Plascencia realizó la localización puntual de cada uno de los establecimientos que hay en todos los rincones de ambas entidades, y confirma que la apertura de locales dedicados a las uñas es una tendencia.
“En CDMX hay más de 1,400 establecimientos, y en el Estado de México hay al menos 1,550”, cuenta a Forbes México.
En el mapa elaborado por la maestra Mercedes Sánchez, cada pequeño cuadro representa 2 kilómetros cuadrados. Los cuadros pálidos tienen 1 o ningún establecimiento dedicado a las uñas, mientras los morados representan concentraciones de más de 20 locales dedicados a las uñas.
“Uno pensaría que las alcaldías con más habitantes serían las de valores más altos, como en el caso de Iztapalapa. Pero vi que había cuadros morados en Tláhuac y Xochimilco (con más de 20 locales de uñas en menos de 2 km cuadrados). Y no podría explicar a qué se debe el fenómeno, aunque me parece que responde a una tendencia que está generalizándose más sobre el uso de tener uñas de acrílico”, expresa Sánchez.
Para la elaboración de su mapa, Sánchez tomó en cuenta establecimientos censados por el Inegi hasta el pasado mayo, y cuyo nombre y actividad económica estuviera vinculada con la aplicación y decoración de uñas.
En su conteo, la geógrafa considera que falta sumar los establecimientos informales, las personas que hacen el trabajo a domicilio y las personas que decoran uñas en puestos ambulantes, como los que abundan en algunas calles del centro histórico de la CDMX, o en la avenida México Tenochtitlan de la capital.
No son solo uñas, es la inversión en una experiencia
Decorarse las uñas, o colocarse unas postizas, es un servicio con precios para todos los presupuestos.
Centros comerciales tienen spas y estéticas donde aplican y decoran uñas; hay locales en distintos puntos del país; también hay expertas que hacen este trabajo en tianguis, en unidades tipo food truck, o en puestos callejeros; y no faltan las expertas que también ofrecen el servicio a domicilio.
Los diseños van desde colores discretos, hasta vibrantes mezclas. También se añaden materiales como brillantinas, pequeñas figuras de papel metálico, pompones, o flores naturales, entre otras variedades.
“No importa el nivel socioeconómico, la tendencia es en todos lados”, dice la geógrafa y maestra Mercedes Sánchez Plascencia.
El trabajo toma alrededor de 2 horas, y las clientas invierten desde 100 o 150 pesos, hasta 600 o 700 pesos, y en algunos casos más de 1,000 pesos, mientras el trabajo les dura unos 21 días. Todo por una grata experiencia, dicen las expertas.
“(Poner o decorar uñas) es un emprendimiento que te permite acomodar tus horarios de forma que no descuidas tus labores de mamá, si es el caso de que tienes hijos”, cuenta Mirna Jael Rocha, propietaria de un establecimiento dedicado a la decoración de uñas.
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“Al pagar por que les arreglen las uñas, las clientas se desestresan y se dan amor a ellas mismas”, expresa Mirna Rocha.
Y Ximena Mitre, una universitaria que en sus ratos libres ofrece el servicio de decoración de uñas a domicilio, coincide: “les gusta estar platicando, es darse un tiempo para ellas, porque les estás agarrando la mano y no pueden hacer otra cosa”.
En el caso de las clientas que Mitre visita, refiere que se trata de personas que piden el servicio a domicilio porque ello les permite estar en casa, ver a sus hijos, o seguir con su trabajo, tomar una junta, o hacer llamadas telefónicas mientras sus uñas quedarán arregladas.
Al preguntar a Ximena Mitre si su oficio es para cualquiera, comenta que solo es para personas pacientes, ya que la aplicación exige cuidado y responsabilidad.
“Tienes de aprender a tratar la uña y a limpiar todo, porque puedes crear una infección, o lastimar la uña o el dedo de una persona”, explica.
En el entrenamiento correcto para aplicar uñas y decorarlas, dominas la salud de estas extremidades, y después el arte de adornarlas, añade.
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