Primero fue el Big-Bang… muchos miles de millones de años vinieron lo que centralizadamente el hombre conoce como la energía eléctrica, luego el teléfono y así llegó el protocolo de Internet; con este vinieron cosas espectaculares y, a su vez, las complicaciones que lleva unir o “globalizar” al mundo a través de Internet. Todos los que estamos en este espacio de lectura, dudo mucho que alguien imprima esta opinión, estamos conectados y nos informamos, mal informamos y propagamos información (corroborada o no) desde nuestros dispositivos. También hay miles de personas viendo cómo beneficiarse de la falta de cultura digital en la mayoría de las naciones del mundo. En el mundo físico (o el análogo) es fácil ver las vulnerabilidades. En la calle la gente que va distraída y choca, personas que van caminando viendo el celular y se sorprenden de que les roben algún objeto o bolso a las carreras, incluso los que en cierta forma por ser conocido que tienen mucho, son objetivo de algún ataque a sus bienes o, aún peor, a sus personas.  Casi al mismo tiempo que nació la web nacieron aquellos que con conocimiento extra de la misma, o simplemente con la habilidad de conocer las cosas que no entienden algunos usuarios, buscaron aprovecharse y sacar beneficio, dañando a otros usuarios. Hoy estamos acostumbrados a escuchar de los males que circulan por Internet, pero lo que hay que darnos cuenta es que los volúmenes de usuarios que tienen, lo que ellos miden y lo que se mide o vive en la calle es totalmente distinto. No es lo mismo tener 2 mil millones de usuarios que el 2% de nuestros usuarios vieron su información vulnerada. Esas son las estadísticas con las que hay que tener cuidado y valorarlas en su respectiva dimensión. Si 5% de los usuarios de Facebook vieron publicidad engañosa en 3 países durante unas elecciones, sepamos en qué países y cuánta gente representa ese porcentaje. El 5% de 2.3 mil millones es 115 millones de personas, es decir que equivale a casi toda la población conectada y no conectada a Internet en México (a excepción de menos de 15 millones de personas) que hubiera podido ser afectada por algo en Facebook. Consideremos que las métricas porcentuales de ataques a dispositivos no actualizados de Android pueden ser menor que la cantidad de cajeros con sistema Windows no actualizado. A la hora de recibir información sobre ataques, vulnerabilidades, publicidad engañosa o manipuladora durante campañas electorales o filtración de datos, prefiero entender el factor de impacto con preguntas claras: cómo, cuándo, cuánto y en qué contexto. Pero antes de hacerme preguntas, también es bueno ver si estas siendo afectado para tomar las medidas necesarias para protegerte y solicitar apoyo a los expertos. Creo que es esencial que entendamos la forma en la que nos habla Silicon Valley, recomiendo mucho la novela de Jessica Powell @themoko “The Big Disruption” y para análisis forense, no dejen de seguir a @cibrercrimen.   Contacto: Correo: [email protected] Twitter: @ricardoblanco G+: ricardoblanco Las opiniones expresadas son sólo responsabilidad de sus autores y son completamente independientes de la postura y la línea editorial de Forbes México.

 

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