Llevamos años de escuchar sobre el potencial que tiene una posible bolsa de valores común en Centroamérica. Pero, ¿existe voluntad para avanzar en este megaproyecto?   Por Alma Solís Los empresarios latinoamericanos están invirtiendo en sus países y manejan cerca de 3 billones de dólares en activos y patrimonio, de los cuales una buena parte, aunque no la más grande, está en Centroamérica. Sin embargo, sus mercados bursátiles aún no han terminado de despegar y el sueño de una integración de bolsas de valores regional ha tenido sus altas y bajas. Las cifras del mercado son contundentes: Latinoamérica representa 8% del Producto Interno Bruto global y 6% de la población mundial. No obstante, en capitalización de mercado de acciones representa únicamente 3% contra 40% de Estados Unidos, 30% de Asia Pacífico y 24% de Europa. En materia de volumen transado en acciones Latinoamérica representa 1.3% del volumen mundial. Brasil es el líder regional en mercado de acciones. El Mercado Integrado Latinoamericano (Mila) consolida a los mercados más desarrollados de la región después de Brasil, que son Chile, Colombia, México y Perú. El resto de mercados accionarios latinoamericanos, entre los que se ubica Panamá, presentan un menor nivel de desarrollo. En América Latina hay 1,483 emisores de acciones. Brasil tiene 367 emisores. El mila representa 767 emisores. Panamá tiene 28 emisores. Barsallo explica que el dato más revelador es el turn over, es decir, la rotación o cantidad de veces que se compran y venden las acciones. Un mercado de valores desarrollado requiere una alta rotación. El promedio en Latinoamérica es de 47.4%. Brasil tiene una rotación de 79.3%. El Mila de 23.6%. Y la de Panamá apenas llega a 0.9%. De acuerdo con Carlos Barsallo el excomisionado de valores para el desarrollo del mercado bursátil panameño y regional, son numerosos los elementos que hace falta fortalecer, pero en conjunto y haciendo salvedad que es muy difícil reducirlo a uno o dos elementos, son mejorar el nivel educativo, una cultura de inversión, la oferta de valores por empresas con buen gobierno corporativo y la voluntad política real para una integración imprescindible para un mercado de valores como el panameño, que no cuenta con el tamaño ni el volumen para desarrollarse de forma óptima. Pese que aún hace falta mucho, algunos de las bolsas han visto avances que los consideran importantes, Gerardo Argüelles, gerente de la Bolsa de Valores de Nicaragua, resalta que en 2014 esta empresa de intermediación financiera transó valores por un monto cercano a 1,000 millones de dólares, lo que representa 8.5% del PIB de ese país centroamericano. Para el ejecutivo nicaragüense, en 2014 los mayores avances, además del crecimiento de 15% en volumen de transacciones, fueron la entrada de la banca y financieras como emisores de renta fija y la autorización de la primera Administradora de Fondos de Inversión que lanzará al mercado sus primeros productos en el corriente año, lo que sin lugar a dudas vendrá a dinamizar las transacciones y la oferta de instrumentos. grafico_bolsas_centroamerica ¿Bolsa regional para qué? Argüelles es además el actual presidente de Bolcen, una organización que aglutina a todas las bolsas de valores de Centroamérica y República Domincana. La define como un foro que les permite intercambiar información y acompañar estos procesos integracionistas que está convencido seguirán avanzando en los años a venir. “Yo veo el tema de la integración como un proceso que va más allá de la integración de las infraestructuras de las bolsas de valores, más bien como un proceso de descubrimiento de las oportunidades de negocios entre nuestros mercados, por parte de todos los actores que dan vida a esta industria”, dice. El presidente de Bolcen explica que los mercados de capitales no se limitan a las bolsas de valores, aunque sin lugar a dudas conforman “su corazón”, por lo que ya existen puestos de bolsa integrados, con presencia regional; las centrales de depósito de valores están todas interconectadas, lo que permite transferir valores de un país a otro y efectuar operaciones bursátiles transfronterizas. Y las calificadoras de riesgo se han regionalizado: emisores colocan valores en varias bolsas de la región e inversionistas de Centroamérica aprovechan las bondades que ofrecen las diferentes bolsas de valores. Las bolsas de valores han logrado establecer acuerdos para facilitar estos procesos. En el caso puntual de Nicaragua, firmó una alianza con la Bolsa Nacional de Valores de Costa Rica con el objetivo de incentivar los negocios entre los actores de nuestros mercados y se conectaron a los sistemas de negociación de Costa Rica los puestos de bolsa de ese país. Esto ha permitido el listado y negociación en Nicaragua de la mayor parte de los fondos inmobiliarios negociables en el mercado costarricense, y se ha iniciado el proceso de listado de un primer programa de un emisor costarricense. “Todo esto forma parte de un proceso mediante el cual vamos tomando provecho de las complementaridades que ofrecen nuestros mercados y abriendo canales para que emisores nuestros puedan negociar sus valores en ese mercado vecino”, indica Argüelles. La expectativa es que en la medida que estos negocios se desarrollen para ir viendo sobre la marcha qué medidas adicionales se podrán ir adoptando para encausar el desarrollo de los mercados. Precisamente Costa Rica ha puesto empeño es su marco institucional, lo que se ha convertido en su elemento más valioso, destaca el gerente de la Bolsa de Valores de ese país, José Rafael Brenes. Agrega que este fortalecimiento institucional ha permitido un financiamiento del sector público y privado en condiciones competitivas y transparentes, pero reconoce que hay que ir más allá. “Se deben ampliar las opciones para incluir instrumentos que atiendan las necesidades de capital de empresas innovadoras con potencial de alto crecimiento, ajustando la normativa de forma tal que estos instrumentos puedan ser de acceso a inversionistas institucionales”, dice Brenes. En cuanto a la integración, indica que es “una prioridad” que no termina de verse así por parte de las autoridades públicas. “El tamaño de los mercados de la región es el mayor obstáculo a vencer para lograr una profundización del negocio de bolsa y esto pasa necesariamente por su integración. Pese a esto, hace ocho años que se presentó la propuesta y no hemos sido eficientes en generar el apoyo político para logar las reformas legales requeridas”, sentencia el ejecutivo costarricense.   Historias del mercado Con cierta frecuencia, el gerente de Bolsa de Valores de Nicaragua conversa con personas que le piden recomendaciones para invertir mejor sus recursos. Sobre todo en un mundo de bajos rendimientos, mejorar la rentabilidad de las finanzas personales puede ser un asunto vital, indica Argüelles. “Siempre constato la gran necesidad y demanda que existe por la asesoría financiera profesional y siempre termino dando la única recomendación que mi cargo me permite: Contacte un puesto de bolsa, nada mejor que un profesional para diseñar una estrategia financiera”. La demanda por este tipo de servicios es inmensa, está largo de estar satisfecha y no tengo duda que los mercados bursátiles en la región tenemos todavía una gran avenida para correr. Un caso de éxito dentro de mercado es Durman Esquivel, hoy Aliaxis Latinoamérica, que paso de ser una empresa familiar a una multilatina costarricense con operaciones en siete países antes de ser adquirida por el Grupo Aliaxis de Bélgica. Esto lo hizo potenciando su crecimiento con emisiones de acciones y deuda en nuestro mercado de valores, señala el presidente de la bolsa de Costa Rica. La estrategia de Nicaragua para atraer más inversionistas al mercado se focalizó en desarrollar una campaña publicitaria en algunos medios de comunicación, que incluye spots publicitarios, así como Facebook. También han efectuado eventos de capacitación, tanto para inversionistas como para potenciales emisores. El esfuerzo de promoción de los servicios bursátiles es y debe ser un esfuerzo conjunto de toda la industria y en este sentido, “hemos estado trabajando de la mano de los puestos de bolsa autorizados en nuestro país”, indica Argüelles. En Panamá la superintendencia del Mercado de Valores ha intensificado y reforzado la unidad de educación al inversionistas y ha hecho alianzas con universidades para llevar al mercado a estudiantes, pero no solo a nivel superior, sino de las primarias para que se vayan familiarizando con esta actividad y la comprendan. Pero cada país tiene su propio escenario. En Costa Rica, inversionistas hay suficientes, según Brenes. Esto aun cuando su acceso es a través de los fondos mancomunados (inversión, pensiones), pero la necesidad es lograr crear un mercado que permita desarrollar economías de escala y alcance, sin esto será muy difícil poder tener un número de empresas listadas que permita avanzar de mercados frontera a mercados emergentes.

 

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