El autor de este blog comparte una lección de éxito y determinación que encontró en la película Cielo de Octubre.   El fin de semana vi una película que me pareció buen tema para comentar en esta sección. Es una cinta estadounidense donde pude ver, además de un caso de éxito, un ejemplo claro de una particularidad del pueblo estadounidense que los ha llevado a ser triunfadores en muchas cosas. Una característica que, a mi parecer, hace mucha falta entre los mexicanos. La película se llama Cielo de Octubre; está basada en la novela Los Chicos del Cohete (Roket boys), que es en realidad una autobiografía de Homer Hickam, un científico de la Agencia Espacial Estadounidense, la NASA, y de tres de sus amigos que finalmente lograron el éxito gracias a su perseverancia para  realizar el sueño de poner en órbita un cohete, a pesar de haber nacido en un pueblo del estado de Virginia, donde el único futuro que tenían era trabajar en una mina, como sus padres y abuelos. La historia, situada a finales de la década de los años 50’s, narra un episodio de la vida adolescente de Hickam, quien era hijo de un capataz de una mina de carbón de la cual dependía la economía del pueblo. Cuenta la forma en que este joven logra vencer muchas adversidades para alcanzar el sueño de una beca universitaria, que le permita un futuro más allá de la mina donde han trabajado casi todos los hombres de su pueblo. No cuento más detalles de la historia para no echarles a perder la película, la cual tiene, además de un toque humano y sentimental, una increíble lección de determinación personal y una muestra de la particular solidaridad que es común en los pueblos estadounidenses y que definitivamente hace falta en México. Esa solidaridad en las pequeñas poblaciones norteamericanas es una característica muy particular. La gente de esas comunidades siempre se alegra del éxito de cualquier habitante del lugar. Los estadounidenses de esos pequeños pueblos sienten como suyos los logros de uno de sus vecinos, y si pueden, contribuyen por el puro gusto de saber que participaron en el éxito de esa personas. Aquí en México es muy difícil encontrar ese tipo de apoyo. Creo que está de más hablar mal de nuestras mexicanísimas costumbres, pues todo mundo sabemos de ellas. Esas feas costumbres de criticar, lanzar indirectas y malos deseos a quienes logran avanzar y sobresalir en algo. Se los dejo a su conciencia. Por lo pronto, la tarea será ver esta película, que estoy seguro motivará a muchos a luchar por sus sueños.   Una buena de… bancos La semana pasada, en este espacio hablé de una mala experiencia en un intento por hacer válida una promoción del Programa de Recompensas Vida Bancomer Descuentos. Ante mi queja hubo una respuesta positiva de Desclub, la empresa encargada de operar dicho programa de descuentos. Se comunicó conmigo Jairo Guantes Ruíz, Director de Operaciones de Desclub, para garantizarme que esa no es la forma usual de operar de dicho programa y se comprometió hacer más eficiente y más claro este programa de compensaciones. Recibí también una carta formal, firmada por Jairo Guantes, donde me informa el compromiso de Desclub de trabajar para “que tanto la operación  de los sistemas  de comunicación  como la atención  de los operadores telefónicos sea  impecable”. Confío en que este compromiso mejore la productividad de esa firma, misma que se reflejará en beneficios para los usuarios de tarjetas de crédito Bancomer. Estaremos pendientes.  

 

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