La pandemia de salud sin duda alguna será un parteaguas en la historia del mundo en todos los sectores y principalmente la economía requiere medidas innovadoras para su impulso. Muchas pequeñas y medianas empresas tienden a sentir la recesión de manera aguda, pero algunas otras, como los servicios en línea y el software que permite el trabajo remoto, se han visto beneficiadas. 

Sin embargo, en general, invertir en empresas privadas requiere un horizonte a largo plazo. Eventualmente dejaremos atrás la pandemia y aunque la experiencia vivida afectará nuestra nueva normalidad en el futuro, muchos de los mejores empresarios tienen los ojos puestos más allá de los problemas actuales que observamos a simple vista. 

Cualquier emprendedor en busca de innovar o crear una empresa reconoce que durante las primeras etapas de desarrollo, aumentar el capital de deuda es extremadamente difícil debido a las enormes incertidumbres involucradas. Las empresas jóvenes, especialmente aquellas con modelos de negocio que no están completamente probados o las empresas que no han alcanzado su punto de equilibrio, a menudo tienen dificultades para acceder a un financiamiento.

Los Venture Capitals (VCs) que se conocen también como capital de riesgo o de emprendedor son una forma de financiamiento utilizada por empresas nuevas y jóvenes en diferentes etapas de su desarrollo y que actualmente (y seguramente con mayor presencia en un futuro próximo) se consideran como una gran opción para impulsar el crecimiento de la economía. 

Qué son y cómo funcionan

Por un lado, las empresas de nueva creación con potencial de crecimiento necesitan cierta cantidad de inversión y, por el otro, a los inversores con poder les gusta invertir su capital en negocios con una perspectiva de crecimiento a largo plazo. Este capital se conoce como capital de riesgo y los inversores se identifican como capitalistas de riesgo.

Los VCs son inversiones arriesgadas, ya que no son líquidas, pero son capaces de dar rendimientos impresionantes si se invierte en la empresa adecuada. Los retornos para los capitalistas de riesgo dependen del crecimiento de la empresa y además les brinda a los inversionistas la posibilidad de influir en las decisiones importantes de las empresas en las que depositan su inversión.

Los fondos de capital de riesgo juegan un papel importante al realizar inversiones arriesgadas en empresas nuevas y jóvenes a cambio de la propiedad del capital. El papel que desempeñan los VCs no se limita a la contribución económica, sino que también brindan tutoría, conexión con la industria y una red completa de sistemas de soporte que permite la expansión a gran escala de modelos comerciales jóvenes. No solo es favorable para los emprendedores, sino también tiene otros impactos positivos. 

Los inversionistas que ponen su dinero en fondos de capital de riesgo buscan empresas que puedan crecer rápidamente y que tengan modelos de negocios innovadores que aseguren un buen rendimiento una vez que empiecen a funcionar puesto que se encuentran en una etapa temprana de desarrollo. 

Cuando un fondo de riesgo invierte en una empresa, se transforma en dueña parcial o accionista; su objetivo principal es que con la ayuda del capital, la empresa logre aumentar su valor y la inversión madure lo suficiente para que el capitalista pueda retirarse obteniendo un beneficio.

La industria de los VCs representa un juego de alto riesgo y los capitalistas suelen perder dinero en el 80% de las empresas en las que invierten. Dada la naturaleza del riesgo, los capitalistas están constantemente buscando compañías que caigan en el 20% restante, por lo que llevan a cabo una selección natural de ciertas industrias que requieren poco capital y tienen un enorme potencial de crecimiento, así como una recompensa máxima; y es en este rubro donde se encuentran generalmente las industrias de tecnología (Apple, IBM), el comercio minorista (Amazon, E-bay) y la biotecnología (Amgen, Genentech), entre otras. 

Desde su inicio formal, el capital de riesgo tiene estrechos vínculos con la innovación. Fue el deseo de innovar lo que llevó a Georges Doriot a crear el Centro de Desarrollo de Investigación Estadounidense en 1946. Doriot, considerado como el padre del capitalismo de riesgo, aspiraba a crear un fondo de inversión para ayudar a compañías prometedoras y colaborar en su futuro crecimiento. 

VCS en el mundo

En las economías avanzadas es fácil señalar el impacto positivo de los VCs, la evidencia está en todas partes: los perfiles de Facebook, los iPhone, las videollamadas de Skype, los mapas de Google, los envíos de FedEx y los procesadores Intel son productos de compañías que alguna vez estuvieron respaldadas por fondos de capital de riesgo.

En 2018, siete de las diez compañías más valiosas del mundo eran empresas nuevas que tuvieron un comienzo humilde y fueron financiadas por capital de riesgo. Estas incluyen a Apple, Alphabet (Google), Microsoft, Amazon, Facebook, Tencent y Alibaba. Curiosamente, cinco de estas siete empresas nacieron en Silicon Valley, el centro del emprendimiento, la innovación y el capitalismo de riesgo. 

Según un estudio realizado por la Universidad de Stanford, las empresas públicas con respaldo de capital de riesgo en los Estados Unidos emplean a alrededor de cuatro millones de personas y representan una quinta parte del capital total del mercado. 

Asimismo, este estudio menciona que en 2013, las compañías públicas estadounidenses respaldadas por VCs gastaron $115 mil millones de dólares en investigación y desarrollo. La cantidad que estas empresas invirtieron en estos rubros representa el 44% del gasto total de todas las empresas que cotizan en la bolsa en los Estados Unidos. Esto también nos indica por qué las empresas respaldadas por capital de riesgo son algunas de las empresas más innovadoras del mundo, ya que el financiamiento de capital riesgo les permite invertir fuertemente en I + D. Lo que significa que producen valor no solo para ellos mismos, sino que su desempeño impacta positivamente en el resto del mundo. 

Según Startup Genome, la principal organización de asesoramiento de políticas e investigación de este sector en Estados Unidos, alrededor del 12% de las nuevas empresas han observado el incremento de sus ingresos en más del 10% desde el comienzo de la crisis generada por la pandemia. Las startups centradas en la “nueva normalidad”, que incluye el trabajo remoto, telemedicina, educación a distancia y tecnología financiera, han tenido el mejor desempeño. 

Más de la mitad de las 25 principales ofertas en las primeras etapas del primer trimestre de este año fueron a empresas farmacéuticas, de biotecnología e innovación tecnológica. Por ejemplo, Notion Labs, una startup de software de productividad con base en San Francisco, recaudó una ronda de $50 millones de dólares a finales de marzo, con lo que alcanzó una valoración de $2 mil millones (en comparación con los $800 millones en los que se había valuado el pasado julio). 

VCS en Latinoamérica

En América Latina, la mayoría de las PyMEs carecen de acceso al financiamiento; son demasiado pequeñas para los bancos comerciales nacionales y demasiado grandes para las instituciones de microfinanzas, por lo que el capital de riesgo ayuda a cerrar esa brecha financiera. Algunos CEO de PyMEs beneficiadas destacan que el apoyo de VCs dio a sus empresas un aumento de credibilidad entre clientes potenciales, proveedores, empleados, prestamistas e inversores y de igual manera les permitió obtener préstamos comerciales que antes no estaban disponibles para ellos, lo que se traduce en un beneficio considerable.

Las ventajas incluso pueden ir más allá, gracias al apoyo estratégico y operativo que brindan los inversionistas de VCs, su experiencia en el sector y acceso a redes se ven favorecidas, así como las mejoras en la gobernanza y profesionalización, al igual que se puede observar una reducción de acuerdos informales de empleo. Este apoyo puede no solo modificar el desempeño de la PyME, sino también mostrar un impacto económico, social y ambiental en sus comunidades.

En Latinoamérica y el Caribe, la presencia del capital emprendedor es más baja que en China e India, así como en las economías desarrolladas. No obstante, entre 2005 y 2011, las inversiones regionales de capital de riesgo crecieron un 30% por año. No obstante, los VCs tienden a centrarse menos en las industrias de alta tecnología y tienen más probabilidades de ser financiadas desde el extranjero que por inversionistas de casa. Esto demuestra que las inversiones de capital de riesgo se encuentran aún en las primeras etapas de desarrollo. 

Según datos del Banco Mundial, aproximadamente la mitad de la población de la región no cuenta con servicios bancarios; con tal necesidad de acceso a la banca, incluidos préstamos, remesas y pagos móviles, es destacable ver lo importante que el sector de finanzas y tecnología se convierte en este momento para América Latina, y se podría transformar en un foco de inversión prioritaria para las empresas de VCs en un futuro cercano. 

Específicamente en México, los fondos de capital de riesgo han diversificado sus intereses y gracias a ellos, startups como Cornershop, Petsy, Kueski, Clip, Crehana, Clickonero, Platzi, SinDelantal, entre muchas otras, han podido convertirse en negocios rentables y exitosos. 

De manera global, alrededor de 301 billones de dólares fueron invertidos en startups en el mundo en el 2019, cifra que se vio disminuida comparada con los 399 billones registrados el año anterior. En Estados Unidos, las startups alcanzaron los 106 billones de dólares y las preferidas fueron aquéllas relacionadas con la Economía de Datos. En China, las empresas emergentes lograron los 114 billones, invertidos principalmente en tecnología Blockchain y biotecnología; mientras que en Europa, estas empresas registraron 37 billones dirigidos, principalmente, al sector de seguridad de redes e Internet de las Cosas. 

Como podemos observar, las inversiones de VCs han sido casi por sí solas responsables de brindar enormes ganancias de productividad a la economía mundial a través del financiamiento de nuevas tecnologías de información, comunicación e innovaciones; ello nos indica que las enormes oportunidades de empleo creadas por las inversiones de capital de riesgo definitivamente deben permanecer en nuestro radar, ya que son una pieza clave para el crecimiento económico.

Contacto: 

Javier López Casarín es presidente de la Fundación Reinventando a México, columnista en los medios de comunicación, miembro de los 300 Young Leaders of the world del Center for Liveable Cities, Presidente del Consejo Técnico del Conocimiento y la Innovación de la AMEXCID, reconocido con el Doctorado Honoris Causa por la Academia de Derecho Internacional.

Las opiniones expresadas son sólo responsabilidad de sus autores y son completamente independientes de la postura y la línea editorial de Forbes México.

 

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