El Instituto para la Economía y la Paz en México calcula que el país pierde 27% de su PIB por la violencia y la inseguridad. Desde 2010 hay un registro de más de 52,000 muertes violentas.     ¿Cuánto le cuesta la violencia e inseguridad a la economía nacional? Los estragos del clima de inseguridad no sólo se contabilizan a partir de las pérdidas directas; tener un ambiente violento se traduce en cambios de hábitos, menos consumo, más miedo: la ecuación resulta en un daño equivalente a 27% del PIB, según cálculos del Índice de Paz, elaborado por el Instituto para la Economía y la Paz en México. “Hablamos de un impacto en materia de productividad. Las personas tienen miedo y no consumen, hay un mayor gasto del Estado en cuerpos policiacos también… Sin embargo, cuando fallece un padre de familia, la dinámica económica del hogar cambia, las posibilidades de los hijos para estudiar se reducen; es una espiral que deteriora el crecimiento de largo plazo”, señala Paty de Obeso, quien encabeza la oficina del Instituto para la Economía y la Paz en México. De acuerdo con el índice, los principales efectos económicos de la violencia se reflejan en una mayor comercialización de armas de fuego, aumento en la necesidad de seguridad privada, incremento en el costo del sistema de justicia, mayor gasto militar, miedo y cambio de hábitos. Estas dos últimas categorías implican impactos colaterales difíciles de cuantificar; sin embargo, según explica la especialista, cuando existe un impacto psicológico el daño económico se convierte en un efecto que puede afectar en el largo plazo. El Instituto para la Economía y la Paz en México planea revelar en 2015 un índice que considere los efectos y el comportamiento del gasto del gobierno en la prevención de delitos, dado que el gobierno ha decidido asignar más recursos a este rubro.     Luces de alerta Desde hace más de dos décadas, en Monterrey opera una organización civil con fondos privados que se ha dedicado a interpretar los datos del Sistema Nacional de Seguridad. Los esfuerzos se han visto reflejados en una plataforma que ahora ofrece información ordenada de los diferentes delitos de alto impacto como homicidios, secuestro, extorsión, robo de vehículos, robo a casa habitación, robo a negocios, lesiones y violaciones. El Semáforo Delictivo es una metodología de rendición de cuentas y toma de decisiones; el objetivo es evaluar  el comportamiento de la incidencia delictiva y el desempeño de las autoridades. Al ser una herramienta interactiva, los colores del Semáforo Delictivo evalúan de la siguiente manera: rojo, la estrategia no está funcionando (urge un cambio); amarillo, hay  una mejoría, pero puede estar mejor (es momento de replantear estrategias), y verde, la estrategia es la correcta. semaforo1   Desde 2011, cuando las luces de este semáforo delictivo se reportaron mayormente en rojo para todos los estados de la República, la incidencia de delitos ha bajado. En octubre, el indicador de homicidios reporta una disminución anual de 6% a nivel nacional, mientras que los robos de autos se han reducido 13%, al igual que los secuestros. “En términos de cifras se observa una disminución de los delitos de alto impacto; sin embargo, la percepción ciudadana no empata con estos resultados. Hay una percepción negativa, el grado de desconfianza es alto, y la gente intuye que no hay una solución a la problemática”, señala Santiago Roel, fundador del Semáforo Delictivo. Parte del desfase entre los resultados y la percepción tiene que ver con cifras negras, es decir, los delitos que no se denuncian y quedan sin contabilizarse, aunque hay indicadores para estimar los números integrados. Santiago Roel explica que hay otros indicadores de tendencia que pueden encender las luces de alerta. “Hay algunos estados, como Michoacán, Guanajuato y Guerrero, que presentan variaciones al alza en materia de robo de vehículos. Esto nos da señales de que en estos estados están cometiéndose otros delitos, porque el robo de autos está asociado 100% a otras actividades ilícitas, como secuestros o narcotráfico, ahí hay una alerta que debe atenderse”, señala. Con relación a las cifras negras, la organización Menos días aquí ha contabilizado más de 52,300 muertes violentas en el país. El objetivo de la red, que registra los incidentes, características de los occisos y lugar de los fallecimientos, busca generar un archivo que deje constancia de delitos que en ocasiones no se reportan o de cadáveres que quedan sin identificación.   Los factores de origen En opinión de Santiago Roel, existen tres detonantes principales de la violencia en el país:
  1. Social: La falta de oportunidades, los hogares violentos y falta de recursos durante la infancia generan en la sociedad la percepción de que las actividades ilícitas son un camino para salir adelante.
  2. Mal gobierno: Tener autoridades que generen una sensación de indefensión ciudadana, un Ministerio Público poco eficiente o una policía preventiva que genere miedo en vez de sensación de protección complica el escenario, porque en tanto más se tolere la corrupción, más se abre la puerta a que el crimen opere coludido con las autoridades.
  3. Mercado negro de drogas: Entre 70 y 80% de los asesinatos que se reportan en el país están asociados a la violencia proveniente del narcotráfico.
“Las políticas con respecto al mercado negro de drogas no han reducido el consumo y sí han aumentado la violencia, han hecho del tráfico ilegal un negocio rentable, pese al clima violento.” Entre 2011 y 2013, Nuevo León logró reducir significativamente la incidencia de delitos. Según explica Santiago Roel, se trató de una estrategia conjunta en la que hicieron su parte empresarios y gobierno. Actualmente, el Semáforo Delictivo opera sin nexos con el gobierno y completamente financiado por la iniciativa privada. “Somos los ciudadanos quienes nos organizamos para difundir el estado de violencia. Hay una crisis de inseguridad que es y seguirá siendo tema de preocupación. Se han evadido temas importantes y se ha dejado de lado la oportunidad de hablar de la política de consumo de drogas en la agenda legislativa, México debe tomar decisiones valiosas, porque el gobierno parece tener más miedo a la innovación política que a la muerte”, concluye Santiago Roel.    

 

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