A pesar de la economía mexicana es altamente dependiente de los ingresos petroleros, el precio del barril tiene un menor impacto que otros factores como la inseguridad en la calificación que Standard & Poor’s otorga al país. Durante una conferencia telefónica para explicar las razones que le llevó a degradar la perspectiva de la nota de México, Joydeep Mukherji, managing director de Calificaciones Soberanas de S&P, explicó que la cotización del precio del barril tiene un impacto limitado en la calificación. “Fuera del sector energético, la economía no ha crecido al ritmo que nosotros esperábamos, pero los factores son otros, son institucionales, también la delincuencia y la violencia. El mismo gobierno ha estimado a través del INEGI que pierde 1% del PIB debido al problema de la violencia y la delincuencia. Hay otras fuentes potenciales de crecimiento que podrían hacerse para aminorar el impacto de los bajos precios del petróleo y el impacto reducido que han tenido la reforma energética hasta ahora”, dijo Mukherji. El analista explicó que la marcada reducción en los ingresos petroleros no generará por sí sola una reducción en la calificación. “Hay otros aspectos de la reforma energética que no tienen que ver con el petróleo que están yendo muy bien, particularmente en la producción de gas. El dinero llegará, nosotros no hacemos nuestras estimaciones de crecimiento a futuro basándonos en los precios bajos del petróleo. Si los precios suben mañana tampoco afectarán nuestra calificación”. El martes pasado, Standard & Poor’s revisó la perspectiva de las calificaciones de largo plazo de México a “negativa” desde “estable”, advirtiendo que la nota crediticia del país podría degradarse en los próximos 24 meses si el nivel de deuda del gobierno general o la carga de intereses presenta un deterioro superior, lo que aumenta la vulnerabilidad de las finanzas públicas de México ante los shocks adversos. En 2015, la deuda del gobierno mexicano se ubicó en 42% y la firma espera que esa cifra alcance hasta 45% al cierre de 2016. No obstante, “la implementación de las reformas que ya se han aprobado es muy importante para nosotros. No buscamos un milagro de crecimiento de 6%, pero sí un poco más del 2% promedio registrado últimamente, y los grandes cambios por los que está pasando el sector energético podrían llevar a una estabilización en el mediano plazo”. “La marcada reducción en los ingresos petroleros no generará por sí sola una reducción en la calificación”, dijo. Mukherji recordó que la aportación al PIB  por parte de los ingresos petroleros continuará cayendo este año frente al pico de hace tres años, cuando alcanzó un 8%, cifra que bajará este año debido a la caída en los precios del barril pero también debido a una reducción de la producción. “La buena noticia para el gobierno es que hubo una reforma fiscal hace unos años que reduce el desbalance en las finanzas públicas de menores ingresos petroleros a través de una mayor recaudación fiscal”.   Deuda en Pemex y CFE no enciende alertas A pesar de que los niveles de deuda en las principales empresas productivas del Estado representan 10% del total del PIB, S&P no considera que sean una amenaza para la nota crediticia del país. “La deuda de Pemex debe ser de un 7% del PIB y para CFE sería de un 3%, y aunque su carga es relativamente baja en ambos casos valoramos la capacidad de pago que tiene cada uno de los organismos por separado, que es reducida, por lo que el gobierno tiene que absorber esas cargas. No obstante, lo que hemos visto, especialmente con Pemex, es que las inyecciones de efectivo o de bonos buscan aliviar esas cargas, particularmente en el caso de las pensiones”, dijo Mukherji. Así, hasta ahora la combinación de los riesgos que implica la combinación de la deuda gubernamental con la de entidades como Pemex y CFE se encuentra por debajo del límite que llevaría a la firma a degradar la calificación. “Hay escenarios en los que aumentas tus deudas y eso podría ser algo favorable dado que los recursos podrían ayudarte a reducir los riesgos. Claramente, si ves un incremento en ambos factores el resultado será un recorte en la calificación, pero no es el caso hasta ahora.” Aunque Mukherji explicó que evita dar recomendaciones sobre lo que un gobierno debe o no hacer, sí enlistó áreas que podrían mejorar los ingresos del gobierno en el futuro y estabilizar los niveles de deuda, como:
  • Los aspectos no petroleros de la reforma energética (particularmente el gas)
  • Un aumento en la inversión pública que pudiera derivar en una mejora en la infraestructura
  • Cambios en Pemex y en el sector energético derivados de las reformas ya aprobadas

 

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