Un funcionario canadiense dijo que las economías tanto avanzadas como emergentes que integran el grupo deben comunicar con claridad sus políticas monetarias, así como fortalecer los programas débiles, a fin de evitar riesgos financieros globales.   Reuters   OTTAWA  – Las economías avanzadas deben explicar con claridad su política monetaria al resto del mundo y algunas economías emergentes tienen que reforzar sus políticas para disminuir la volatilidad del mercado durante este período de transición sin precedentes, dijo un importante funcionario canadiense. El funcionario, que pidió no ser identificado, habló a periodistas sobre la reunión entre ministros de Finanzas y presidentes de bancos centrales que tendrán las economías avanzadas y emergentes que integran el G-20 el 22 y 23 de febrero en Sídney, Australia. Dijo que el G-20 debía dar un paso atrás y tener una visión que sobrepase el espectro de solo la reducción de estímulo monetario por parte de la Reserva Federal de Estados Unidos y sus efectos secundarios. Tras la denominada Gran Recesión, la economía global atraviesa por una Gran Transición, según el funcionario, y por eso no es sorpresivo que haya movimientos significativos en las divisas y otro tipo de volatilidad. Todas las grandes economías deben realizar importantes ajustes, aseguró, agregando que la moderación de la volatilidad exige acciones de parte de todos. Sin mencionar a Estados Unidos, el funcionario señaló que la política monetaria de las economías avanzadas debe comunicarse con claridad al resto del mundo y tiene que estar calibrada con el ritmo de la recuperación, un mensaje que el G-20 dio el año pasado y que Canadá espera se repita en Sídney. También dijo que la conclusión de la reciente agitación en los mercados emergentes fue que algunos países con marcos de políticas débiles necesitan un fortalecimiento de los mismos. Los bonos, monedas y acciones de países en vías de desarrollo han oscilado de manera desmedida en los últimos meses, en momentos en que la Fed reduce su programa de expansión monetaria y las preocupaciones por una rápida desaceleración en China ahuyentan a los inversores. Consultado sobre si el G-20 trataría de desalentar a los países para estimular el crecimiento económico a través de devaluaciones de monedas, el funcionario dijo que si el tema surgía, Canadá repetiría la postura asumida hace un año en Moscú. En aquella reunión del G-20, donde surgió la denominada “guerra de divisas”, el comunicado del grupo incluyó un compromiso para abstenerse de devaluaciones competitivas y remarcó que la política monetaria debía estar dirigida solo a la estabilidad de precios y el crecimiento. Otro punto sensible para las economías emergentes del G-20 es el fracaso de Estados Unidos a la hora de ratificar reformas en el Fondo Monetario Internacional (FMI) para dar a países como China, India y Brasil mayor influencia en la institución. En enero, legisladores estadounidenses no llegaron a un acuerdo sobre medidas de financiamiento clave para el FMI que habrían concretado reformas históricas pactadas en el 2010. La reforma del sistema del FMI no puede avanzar sin Estados Unidos, que posee la única participación de control sobre los votos de la entidad.  

 

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