20 personas clave para la compañía se reunieron en la sede de la firma germana en Wolfsburgo. Se prevé que la reparación de cada auto implique alrededor de 100 dólares adicionales a las multas que podrían alcanzar 37,000 mdd.   Reuters La junta supervisora de Volkswagen celebró el miércoles una reunión de crisis, enfrentada a los plazos impuestos por reguladores alemanes y legisladores estadounidenses para que explique su amaño de las pruebas de emisiones de gases de sus motores diésel y qué está haciendo para lidiar con el escándalo. El panel de 20 personas se reunió en la sede de la firma germana en Wolfsburgo cerca de las 0700 GMT. Fuentes cercanas indicaron que es probable que el encuentro dure varias horas. Más de dos semanas después de admitir haber mentido en las pruebas realizadas en Estados Unidos, la mayor automotriz europea está bajo presión para identificar a los responsables, informar cómo serán reparados los autos con el software ilegal y si el engaño incluye también a Europa. El órgano supervisor germano KBA fijó el miércoles como plazo límite para que VW detalle sus planes para hacer que sus vehículos diésel cumplan las leyes de emisiones. La compañía afirmó que podría tener que arreglar hasta 11 millones de autos y camionetas en todo el mundo, y el nuevo presidente ejecutivo, Matthias Mueller, dijo el miércoles en una entrevista a un diario que los llamados a revisión comenzarán en enero y concluirán a fines de 2016. No obstante, los clientes quieren saber si los cambios afectarán al consumo de combustible y las prestaciones de sus vehículos. VW aseguró que el software ilegal no fue activado en la mayoría de los 11 millones de vehículos, que están sobre todo en Europa, generando incertidumbre sobre si amañó las pruebas allí. El Ministerio de Transporte alemán dijo que las pruebas europeas también fueron manipuladas, pero no aportó detalles, por lo que no está claro si la firma se enfrenta al mismo nivel de multas y demandas que en Estados Unidos. Tampoco está claro si los propietarios serán obligados a reformar sus vehículos. Analistas de Equinet indicaron que el costo de los cambios podría oscilar entre menos de 100 euros (112 dólares) por vehículo hasta unos 10,000 euros, dependiendo de si Volkswagen debe actualizar solo el software o instalar un nuevo hardware. La cuenta total del escándalo, incluidas multas potenciales y demandas, podría ser de unos 35,000 millones de euros, según analistas de UBS. La reunión de la junta supervisora, donde el veterano presidente financiero Hans-Dieter Poetsch será confirmado como nuevo presidente de la compañía, recibirá información sobre la investigación interna del escándalo, señalaron dos fuentes próximas a la situación. Un representante de la firma legal estadounidense Jones Day, que está realizando una investigación externa, también asistirá. Una de las fuentes dijo que es pronto aún para identificar a los responsables y habló de un “cierto grado de miedo” entre los directivos antes del testimonio que ofrecerá el máximo ejecutivo en Estados Unidos ante un panel del Congreso el jueves.

 

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