¿Qué es lo que hace verdaderamente representativo de su tiempo a un ícono?, ¿cómo es que a lo largo de décadas completas, una marca puede seguir siendo trascendente, innovadora, pero sobre todo suprema e incomparable? Quizás el arte tenga la respuesta y de forma más clara y particular, el trabajo de Andy Warhol. Reconocido mundialmente por ser la figura definitiva del llamado Pop Art, Warhol incorporó por primera vez una serie de discursos, elementos, técnicas y símbolos que, hasta antes de su aparición en el mundo del arte, eran propios del terreno del diseño, el marketing y la funcionalidad industrial. Un claro ejemplo de lo anterior data de 1962, cuando el artista pop norteamericano retrató distintos íconos culturales, en donde destacaron artistas, figuras históricas, elementos de la vida popular, y en especial un auto destacado en la historia contemporánea: Cadillac, un elemento recurrente en algunas de las piezas de Warhol. Ese corpus de ideas en constante movimiento, esa imparable inspiración, ha logrado permear el sentido evolutivo de Cadillac hasta nuestros días, convirtiéndolo en un prominente y genuino sinónimo de reinvención, frescura y superioridad en el mercado de los autos de lujo en todo el mundo, pero también en un ícono vivo y total de su cultura; impronta indeleble de su tiempo y de su espacio. Es así como 2019 hace un llamado a esos valores esenciales, dinámicos y poderosos de la marca, en donde uno de sus modelos recientes más destacados, Escalade, se nos presenta como ese ícono reinventado, ese clásico ADN de la mirada Cadillac que comprueba una vez más que el legado inspiracional de la industria automotriz, al igual que la obra de los grandes revolucionarios de la cultura, no conoce límites. No sólo es su motor de 420 hp, su transmisión automática con 10 velocidades o su amplia capacidad de hasta ocho pasajeros, Cadillac Escalade destaca también por potenciar su icónico diseño, tecnología innovadora y calidad llevada al siguiente nivel, al analizar el camino hasta mil veces por segundo, o echando mano de su asistencia automática de estacionado, dándonos el completo control sobre el camino, siendo dueños absolutos del tiempo y el espacio que se tiene enfrente. ¿Qué es lo que hace a un ícono como Cadillac o Andy Warhol un completo protagonista de su era, una fuente constante de inspiración y un elemento trascendente de su historia? Escalade tiene la respuesta estilo, refinamiento y sofisticación, tanto al interior como en el exterior que la componen. Conocer la historia y la trascendencia de los íconos de la era moderna es dar cuenta del verdadero sentido de la innovación, ese sentido intangible que sólo puede verse reflejado en obras supremas e importantes de su tiempo, piezas únicas que miran hacia el futuro y se distinguen del resto. También puede interesarte: el soundtrack de la trascendencia

 

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