Para 2014 y 2015, la empresa llevará sus operaciones físicas a los dispositivos celulares de los clientes mexicanos     La llegada de remesas a México, el mayor receptor de América Latina, ha sufrido un descalabro en los últimos 10 meses. Esta noticia no sólo afecta a la economía del país, sino también a las empresas que se benefician de manera directa de la entrada de divisas, como es el caso de Western Union. En abril, los ingresos por concepto de remesas fueron de 1,901.8 millones de pesos (mdp), un retroceso del 6.4% en comparación con los 2,031.5 mdp del mismo mes de 2012, de acuerdo con las últimos reportes publicados por el Banco de México (Banxico). Estas cifras y el panorama mundial han hecho que la empresa entre en una encrucijada: arriesgarse a perder su posición como el jugador líder en el envío de dinero en el mundo o cruzar la frontera digital para renovarse a través de nuevos servicios. Los directivos de Western Union han elegido ésta última. “Es una combinación de cosas. El negocio de pago en efectivo sigue siendo muy importante para nosotros, al igual que la cobertura, la presencia física, pero, sin duda, estamos sentando las bases para que podamos evolucionar hacia nuevos productos y canales aprovechando todas las variables”, dice Luis Felipe Rodríguez, vicepresidente y director general de Western Union México. La moneda parece estar echada al aire: 2014 y 2015 serán los años cuando los servicios de transferencias de remesas lleguen a los celulares en México y pongan a prueba a esta empresa en su intento de persuadir a nuevos clientes.   México, un mercado ‘efectivo’ La historia de Western Union se remonta a 1851, cuando nació como una compañía de telégrafos en Estados Unidos (EU). Casi 102 años después, su mercado ya no es el de las telecomunicaciones, sino el de las operaciones financieras. Hoy, se encuentra presente en más de 200 países o regiones, en los cuales atienden a más de 70 millones de usuarios que realizan envío de dinero. En México, la empresa cobra relevancia por el envío de dólares de casi 11 millones de mexicanos que trabajan en la Unión Americana, lo que coloca al país como el principal receptor de divisas en Latinoamérica. Sin embargo, las condiciones económicas del mundo y, en especial de EU, han provocado que en los últimos 10 meses la entrada de divisas no viva su mejor momento. “A nosotros afortunadamente nos ha ido muy bien, nuestra marca Western Union ha crecido en el primer trimestre entre 9%, hemos ganado participación de mercado y esto se debe a que nosotros hemos evolucionado nuestra cartera de servicios a una oferta que los clientes han aceptado de forma positiva”, dice Luis Felipe Rodríguez. Y es precisamente en la introducción de nuevos servicios en donde la empresa basa su apuesta para continuar creciendo y no estancarse. Desde 2009, Western Union implementó su servicio de transferencias móviles que actualmente se encuentra funcionando en países como EU, Malasia, Sudáfrica, Guatemala, así como Paraguay, por mencionar algunos. Rodríguez confiesa que parte del crecimiento que sostiene la empresa a nivel mundial se basa precisamente en la implementación de estos nuevos canales de servicio, por lo que en el caso de México ya visualizan esta nueva estrategia para aprovechar el mercado. “México sigue siendo preponderantemente un mercado de cash (efectivo), pero estamos trabajando muy enfocados a la visión de la empresa para lograr que el 2014 y el 2015 sean años de transición en los que podamos diversificar con nuevos productos”, dice el directivo. Actualmente, el 75% de las operaciones se siguen efectuando en efectivo a través de la red de socios comerciales que a lo largo de los años han conformado la presencia física de 515,000 localidades a nivel global.   Apuesta global Evolución en la regulación nacional, facilidades para que los mexicanos entren al proceso de bancarización y desarrollo de infraestructura tecnológica, son algunos de los factores que animan a la estadounidense a implementar su sistema móvil en México. “Vemos que podemos seguir ganando usuarios en el futuro, más allá de nuestro negocio en efectivo que es el dominante en el mercado mexicano”, confiesa el director de Western Union. Esta apuesta no sólo se restringe a algunos países, el mandato de llegar a la telefonía tiene escalas mayores. El pasado 18 de junio, Hikmet Ersek, presidente ejecutivo de Western Union, dijo a un grupo de periodistas en un centro comercial de Nigeria que espera que los ingresos del negocio digital aumenten a 500 millones de dólares (mdd) para el 2015. Y reveló que en este momento el negocio digital sólo constituye el 3%, es decir, 150 mdd de su ingreso total que asciende a 5,600 mdd. Sin embargo, Felipe Rodríguez reconoce que el reto no es sencillo en México, ya que al mercado aún le falta evolucionar, aunque, reconoce, los próximos años serán decisivos para un mejor desarrollo de las empresas en las nuevas plataformas. “La infraestructura en México tienen que evolucionar de tal forma que cuando se reciba el dinero en el móvil, puedas ocupar ese mismo dispositivo para poder realizar ciertos pagos en tiendas de conveniencia, en transporte, es decir, en cosas básicas en las que nuestros clientes utilizan su dinero diariamente”, dice. Por el momento, el director de Western Union México reconoce que este año se darán a nuevos acuerdos con otros socios comerciales, como los anunciados recientemente con BanCoppel y Banorte para extender la presencia física de la empresa, mientras llega la nueva plataforma en dos años. Luis Felipe Rodríguez visualiza el futuro móvil de la empresa, pero no quita la vista del presente: “Hay un segundo semestre de 2013 que va a marcar la pauta sobre el desarrollo de México… y hay oportunidad muy interesante de colocarse en una situación competitiva en la parte económica, y ahí seguiremos presentes”.

 

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