El motor que hizo posible la existencia de la asistente virtual de Apple, ahora enfrenta un camino cuesta arriba para hacer negocio con su nuevo juguetito: Wintermute.   Por Parmy Olson   En las brillantes oficinas de la empresa de reconocimiento de voz Nuance Communications, en Silicon Valley, el ejecutivo de producto Sean Brown sos­tiene un teléfono Android para mostrar la próxima gran apuesta de Nuance: un asis­tente virtual invisible, su nombre: Wintermute. “¿Cómo está jugando Paul Pierce?”, pre­gunta al teléfono sobre uno de los máximos anotadores de la NBA. Una voz de mujer res­ponde en un staccato computarizado: “Paul Pierce sumó 13 puntos y tres asistencias en el juego de hoy”. Así es como Nuance pretende cambiar la forma de interactuar con las máqui­nas, recopilando datos acerca de nosotros en un cerebro virtual ubicado en la nube, tanto para entender los comandos de voz como para anticipar mejor nuestras nece­sidades en varios dispositivos. Es muy probable que tú ya hayas hablado antes a Nuance. Conocida por sus productos de recono­cimiento de voz (Dragon Dictation), su tecnología también está detrás de Siri (la asistente virtual del iPhone) o el S-Voice de Samsung. Sí, está en la mayoría de los smartphones del mundo, por lo que tú, seguramente, ya estás registrado en el mundo de Nuance.   Guerra en ciernes En 2012, esta compañía ganó 556 millones de dólares (mdd), sobre ingresos de 1,700 mdd, y sus beneficios netos han crecido a una tasa compuesta de 39%, desde 2007. Sin embargo, Nuance recientemente redujo sus ganancias y previsiones de ingre­sos para 2013, decidida a mantener los pre­cios de sus licencias y también ha estado destinando una parte importante de su pre­supuesto anual (275 mdd) para muchos de sus 400 empleados de I+D (Investigación y Desarrollo). El problema es que Google y Apple están siguiendo el mismo sendero de evo­lución en la tecnología de reconocimiento de voz. Apple ha creado recientemente un centro de investigación en Boston (a sólo 24 kilómetros de distancia de las oficinas principales de Nuance, en Burlington, Mas­sachusetts), donde los ex ingenieros de Nuance están trabajando en una versión de Siri libre. Potencialmente, Apple podría expulsar a Nuance del iPhone. Eso sería un duro golpe para las acciones de Nuance, que ya han perdido 14% desde principios de año. La tecnología de voz e inteligencia arti­ficial de Google, mejor conocida por ser la interfaz del sistema de búsqueda por voz de Google Now, puede ser más prometedora. La tecnología de voz de Nuance se soporta en métodos de inferencia estadística basa­dos en fonemas (sonidos de una sílaba) y en el contexto, para reconocer palabras. Y peor aún para Nuance, Goo­gle ofrece su software de reconocimiento de voz a los desarrolladores de aplicaciones Android de forma gratuita, mientras que Nuance cobra una cuota por licencia. Google también se ha robado a perso­nal de Nuance, incluyendo a su cofundador Mike Cohen, para convertirlo en su director de Tecnología de Voz. En tanto, la compañía se está moviendo a una mayor personaliza­ción de sus resultados de búsqueda.   Compra, ¿inminente? El CEO de Nuance durante 13 años, Paul Ricci, está preparado para la batalla que viene en el campo de las bús­quedas por Internet asistidas por voz. Ricci es un luchador callejero, conocido en el Valle por cerrar los tratos que quiere. “No acepto la caracterización”, dice Ricci, que se sienta con los brazos y las piernas cruzadas en una espartana sala de confe­rencias de las oficinas de Nuance en Sunn­yvale, California. “La única cosa que puedes hacer cuando diriges una empresa es enfocarte en la creación de valor a largo plazo”. Si Wintermute no es el puente hacia el futuro que Nuance espera, las opcio­nes de Ricci se van a reducir muy pronto. “[Nuance] está en punto muerto”, dice un inversionista. “A estas alturas ya debería haber sido comprada”. Se ha rumorado que en mayo de 2011, Apple se acercó a Nuance con ofertas que fueron rechazadas por Ricci. Incluso hace unos años, Google consideró la compra de Nuance, con un valor de mercado de 6,000 mdd, según informa una fuente involucrada en las discusiones internas de Google, antes de que la empresa de búsquedas decidiera desarrollar su propia tecnología. naunce1   Éxito en veremos Podría pasar mucho tiempo antes que Win­termute genere ingresos significativos. “En este momento luce como un proyecto de cien­cia”, dice Nandan Amladi, de Deutsche Bank. “No está claro cómo haría dinero”. Nuance depende de la industria del cui­dado de la salud para generar la mitad de sus ingresos. Miles de médicos y trabaja­dores de los hospitales utilizan su software para transcribir notas. Los dispositivos móviles representan sólo un cuarto de sus ventas y los cambios en la forma en que Nuance cobra por su software a los fabri­cantes de teléfonos han limitado su cre­cimiento en ese sector. Mientras que las ventas mundiales de teléfonos inteligen­tes crecieron 43% en 2012, de acuerdo con Gartner, los ingresos pro forma de la divi­sión de móviles de Nuance crecieron 29%. Para que Wintermute sea un verdadero éxito, Nuance tendría que firmar un gran número de complejos acuerdos de licencias con sus rivales potenciales, para permitir que la tecnología siga a sus usuarios de la casa al coche y de ahí a la oficina. Ricci espera que eso tome un par de años. ¿No será difícil convencer a vendedores, como Samsung, y a gigantes de la Internet, como eBay, de que abran sus sistemas a Nuance para cotejar sus datos? No, dice el director creativo de Nuance, Gary Clayton. “Somos Suiza”, afirma. “Neutrales. Juga­mos con todo el mundo. Todo el mundo va a subirse a este barco”. Desde el principio, eBay se ha mostrado dubitativo. “No compartimos nuestros datos con el exterior”, afirmó un porta­voz cuando se le preguntó si el gigante del comercio electrónico podría conside­rar el intercambio de datos con algo como Wintermute. Daniel Gross, cofundador de la app de asistencia digital Cue, la cual fue comprada recientemente por Apple y que utiliza a Siri para tomar los comandos de voz de los usuarios, dice que el mundo de los asistentes perso­nales inteligentes es extremadamente difícil y desconocido. Ha trabajado en el problema desde hace tres años, junto a 14 ingenieros. Sólo mejorar la tecnología de voz origi­nal de Nuance llevará algún tiempo. Ricci piensa que tendrán que pasar otros diez o 20 años, antes de que el acto de hablar a las computadoras esté muy extendido y la tec­nología sea lo suficientemente buena para adelantarse a nuestras intenciones. En persona, Ricci es alegre y no le apura la perspectiva. Reflexiona sobre el estado actual de Silicon Valley, donde ha vivido gran parte de su vida adulta. Le preocupa que el lugar se haya vuelto “más frenético” en los últimos cinco a diez años. Teniendo en cuenta lo que Google y Apple están haciendo, los inversionistas podrían querer que se dé prisa si Wintermute creará ese valor a “largo plazo” que Ricci busca.   Actualización Nuance anunció el 20 de agosto que ha adoptado un plan de derechos para sus accionistas, también conocido como el enfoque de la píldora de veneno. La compañía no quiso hacer comentarios, pero buscaba bloquear los intentos de adquisición orquestados por el inversio­nista-activista Carl Icahn. No lo logró. Icahn posee ahora el 16.9% de Nuance, la noticia hizo que las acciones de la empresa ganaran un 3% a 18.86 dólares en Wall Street.

 

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