Por: Daniela Guerra

¿Qué quieres ser de grande? Esa es una de las preguntas más comunes que como adultos hacemos a todos los niños. Una que seguramente nos hicieron a nosotros en algún momento y que sin duda hemos hecho en varias ocasiones. Esa pregunta, aunque suene simple y trivial, guarda un poder único en nuestro desarrollo humano, porque sin importar cuántas veces cambiamos la respuesta, siempre será reflejo de nuestros deseos y pasiones y, sobre todo, actuará como el motor para detonar nuestra capacidad para aprender y obtener nuevos conocimientos que nos permitan convertirnos en eso que deseamos “ser de grandes”. Pero desafortunadamente, para los más de 263 millones de niños y jóvenes alrededor del mundo, que viven sin acceso a la educación, el cuestionamiento carece de una respuesta real; no por la falta de deseo o imaginación para responder, sino porque sin la capacidad para adquirir o formar conocimiento, la respuesta nunca será más que eso: un sueño. 

Por ello, en el mes que celebra el Día del Niño en México vale la pena reflexionar en el enorme reto que la pandemia ha traído al cierre de la brecha educativa en el país, pero también en la oportunidad de aprovechar las plataformas digitales no como un elemento más en el proceso educativo, sino como la base de la pirámide de su democratización.

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Pero para hablar de la oportunidad, primero vale la pena entender el enorme reto en el que estamos. De acuerdo con un informe del Centro de Investigación Económica y Presupuestaria (CIEP), la pandemia ha exacerbado de forma radical la brecha educativa en México, tan solo en 2021 cerca de 15.7 millones de mexicanos en edad de estudiar (0 y 17 años) no se inscribieron a su nivel educativo correspondiente. Y cerrar la brecha va más allá de simplemente sumar estudiantes a planteles, pues con base en el gasto promedio por alumno por nivel, se requerirían entre 188 mil millones y 440 mil millones de pesos para poder integrarlos al sistema. Si la cifra no les dice mucho, pensemos que equivale entre el 0.7% y el 1.7% del Producto Interno Bruto (PIB).

Y México no está solo en el reto, datos de UNICEF estiman que la pandemia de Covid-19 afectó a más de 137 millones de niños y adolescentes en América Latina, al paso que vamos, para 2030 a nivel global solo lograremos sumar 32 millones de niños y jóvenes al sistema, 88% menos del número planteado por la ONU para el final de la década.

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Herramientas como la tecnología juegan un papel clave porque permiten acercar el conocimiento de expertos y expertas de todo el mundo a cualquier persona sin importar su ubicación geográfica y a una fracción del costo, o en ocasiones completamente gratuito, pero además porque abren la puerta para crear comunidades masivas entre estudiantes y profesores, acceder a recursos informativos de cientos de fuentes confiables e incentivar modelos de aprendizajes impulsados por la creatividad y la curiosidad. Sea a través de plataformas de cursos digitales o proyectos como Mi Aula, un canal de YouTube creado en colaboración con la UNESCO que en México ofrece más de 1,775 videos, divididos en 897 para materias de secundaria y 878 para nivel media superior. Hoy, en México, 93% de los usuarios reconocieron que ven videos en YouTube para aprender a hacer algo nuevo al menos una vez al mes y el 57% de ellos han visto contenido que les ayudó a motivarlos a hacer algo que antes no sabían.

Es claro que la solución no solo está nada más en crear, acercar o subir el contenido a internet, en especial en países como México donde poco menos de la mitad de los hogares cuentan con una computadora o acceso a internet, de acuerdo con datos del INEGI. Similar o incluso más que otros retos humanos, el educativo requiere de una colaboración constante entre todos los actores de la sociedad; sin embargo, la pandemia nos ha demostrado que las piezas para una democratización de la educación existen y funcionan. Hacia la próxima década no podemos  permitirnos que la respuesta a ¿qué quieres ser de grande?, sea nada más que un sueño para millones de mexicanos.

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Contacto:

Daniela Guerra, Líder de Responsabilidad en YouTube para mercado hispano en Latam.

Las opiniones expresadas son sólo responsabilidad de sus autores y son completamente independientes de la postura y la línea editorial de Forbes México.

 

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