Por Pablo Azorín*
La tecnología está marcando el camino a las grandes urbes, que deben contener cada vez más habitantes y, al mismo tiempo, volverse sostenibles para asegurar la calidad de vida de todos.
Según la Organización de las Naciones Unidas (ONU), en 2018 la población urbana ya alcanzaba los 4200 millones de personas, cifra que se vuelve más asombrosa cuando se conoce que en 1950 eran apenas 751 millones los que elegían residir en las ciudades. En este sentido, las smart cities pueden ofrecer grandes oportunidades para cambios demográficos, desde la organización del tráfico hasta los sistemas de salud. Según IDC, el gasto europeo en ciudades inteligentes alcanzó los 19 mil millones de dólares en 2018.
Una ciudad inteligente se destaca por el uso que hace de las tecnologías de la información y la comunicación, y estas dos herramientas como parte central de la reconstrucción urbana, dándole una agilidad diferente a servicios como el transporte, la conectividad y la energía, entre otros.
BairesDev ha desarrollado los siguientes proyectos para smart cities:
- Smart Parking: están en ejecución pruebas piloto para la detección de infracciones de estacionamiento en zonas prohibidas y con estacionamiento medido. Se utilizan sensores e inteligencia artificial para el reconocimiento de los vehículos.
- Smart Lighting: consiste en la optimización energética mediante ajustes automáticos basados en condiciones como la ocupación de un recinto y la disponibilidad de luz natural.
El desarrollo de software es una herramienta indispensable para ordenar información y tomar decisiones en base a los datos disponibles. Ejemplo de esto es el papel que ya empiezan a cumplir los smart meters, que le permiten a los consumidores saber cuánta energía están produciendo en sus hogares y cuánta están usando para poder, en tiempo real, resolver si se conectan a la red pública o no. Así, las empresas energéticas podrán contar con datos precisos sobre el consumo, prever los picos de demanda y tener en cuenta si los podrán equilibrar con los KW sobrantes de otras regiones.
Desde los edificios de viviendas hasta los hospitales, pasando por universidades y oficinas, todos ellos pueden volverse smart buildings. ¿Cuál es el objetivo de éstos? Ser cada vez más autosuficientes y tener una gestión integrada y automatizada. Para esto es preciso contar con software que controla las distintas funciones de los espacios en común y las unidades privadas.
Otro aspecto que se verá totalmente revolucionado es el transporte. Por ejemplo, con la creación de un sistema de transporte público renovado que utilice vehículos autónomos propulsados por inteligencia artificial y aprendizaje automático. La combinación de ambas tecnologías podría resultar en el fin de las congestiones de tráfico, mejores rutas con tiempos de viaje reducidos y traslados mucho más eficientes para las personas que viven en áreas alejadas.
Por la alta demanda de tecnología, debemos crear plataformas y herramientas que sean capaces de potenciar los millones de dispositivos que comprenderán la red neuronal de una ciudad inteligente; esto es un gran desafío, ya que tienen que combinar tendencias sofisticadas como inteligencia artificial, aprendizaje automático, computación en la nube y automatización.
La importancia de este tipo de desarrollos para el avance de las ciudades inteligentes reside en que para 2025 se espera que el 85.7% de la población latinoamericana esté viviendo en áreas urbanas.
¿Son las smart cities una fantasía futurista? De ninguna manera, mientras terminamos esta nota, un convoy de camiones conducidos por un programa de inteligencia artificial circula, sin riesgo de accidentes, por las autopistas japonesas.
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*El autor es CTO y co-founder de BairesDev.
Las opiniones expresadas son sólo responsabilidad de sus autores y son completamente independientes de la postura y la línea editorial de Forbes México.
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