“¡Qué le suban!”, “¡Súbanle!”, “¡No se escucha!”, coreaban cientos de personas frente al Monumento a la Revolución, entre chiflidos y las sutiles notas del chelo de Yo-Yo Ma, las cuales apenas lograban escucharse a unos cuantos metros de distancia.
El franco-estadounidense, considerado uno de los mejores violonchelistas en la escena musical actual, se presentó anoche de forma gratuita en la Plaza de la República de la Ciudad de México.
Cientos de personas acudieron entusiastas a presenciar el evento cultural organizado por el gobierno loca, pero apenas la mitad de la plaza pudo escuchar el Proyecto Bach, al menos con un buen audio.
Con ambulancias y el reguetón de los centros nocturnos aledaños de fondo, el músico interpretó las seis Suites para violonchelo del compositor alemán, con su característica habilidad impecable.
Usuarios en redes sociales también se quejaron del mal audio y aseguraron que otros sonidos de la zona se escuchaban más que el propio espectáculo.
Se oye más la música del bar de atrás que Yo-Yo Ma a unos metros 🙁 qué coraje y estrés de que pase por Reforma una ambulancia porque también se oye mucho más. ¡Juayyy! ¡Juayyyyy!@Claudiashein@CulturaCiudadMx#musica#yoyoma#YoYoMaCDMX
— Janet Mérida (@JannisMerida) March 27, 2019
Incluso, la senadora oaxaqueña Susan Harp denunció lo sucedido.
En el Monumento a la Revolución escuchando al gran Yo – Yo Ma. Es una pena que el audio esté tan mal. pic.twitter.com/XBZTliOjH8
— Susana Harp Iturribarría (@SusanaHarp) March 27, 2019
Hacia el final del concierto, el chelista, únicamente acompañado por su instrumento en el escenario, dedicó la Suite 5 a la valentía de los mexicanos ante las desapariciones y el estado de violencia que vive el país.
“Me gustaría dedicar esta canción a todos los mexicanos valientes, a los desaparecidos y a quienes han sufrido de violencia”, expresó.
La presentación de Yo-Yo Ma en la CDMX forma parte de la gira de dos años que el violonchelista comenzó en agosto de 2018. A lo largo de ella, el instrumentista tocará en lugares públicos de 36 países diferentes para celebrar las seis décadas de su romance con la música y el poder de Bach para entablar una conversación de unidad.