Foto: Adrián Burns.
Jumex es una empresa 100% Mexicana y es considerada como la segunda empresa más importante en su segmento (jugos y néctares) en el país. Algo caracteriza al sector en el que se desenvuelve: la ferocidad de sus competidores, tomando en cuenta los atractivos niveles de rentabilidad y grandes oportunidades de crecimiento que ofrece este mercado. De acuerdo con datos de Euromonitor, al cierre de 2013 el mercado de jugos y néctares en México está liderado por tres grandes jugadores, mismos que representan 43% del volumen de ventas del mercado. En primer lugar está Jugos del Valle, con 15% del volumen del mercado, empresa que en noviembre de 2007 fue adquirida por un grupo de embotelladores del Sistema Coca- Cola en México, y The Coca Cola Co., lo que potenció la marca a nivel nacional al contar con una amplia red de distribución. El segundo jugador es Jumex, con 14% de participación. En 2013, Jumex realizó una alianza con el grupo de embotelladores de PepsiCo, para comercializar Jumex Fresh, lo que le ha generado buenos resultados. En tercer lugar se ubica Grupo Lala, empresa productora de leche que ha entrado a la categoría de jugos y que por su amplia red de distribución ha capturado 13% del mercado. Dadas las perspectivas del consumidor en México hacia productos más saludables, la expectativa de crecimiento para Jumex en México y en los mercados que participa pretende tasas de crecimiento de doble dígito. Las cifras de Euromonitor consideran que el mercado de jugos tendrá una tasa de crecimiento promedio de entre 4% y 5%, hasta alcanzar un volumen de 5.3 billones de litros en 2018. Al margen de las expectativas, Eugenio López —quien estuvo al frente del área de mercadotecnia de Jumex durante 11 años— prefirió dejar en manos de su primo Manuel Martínez la dirección del negocio, y asumir “en serio” la promoción del arte. “Llegué a un acuerdo con mi padre y ahora trabajamos juntos pero desde otra perspectiva, viéndolo como un negocio menos familiar.” Así, siguiendo los principios más elementales de la mercadotecnia (que, al final del día, buscan la multiplicación de las ventas), Eugenio tiene presente que su vinculación con el arte le aporta positivamente a su empresa, aunque también reconoce que ésta tiene que ser exitosa por sí misma. “[La colección] no va a traer ventas a Jumex. Sí es un complemento, pero no es un elemento lucrativo.” El Museo Jumex busca constantemente patrocinios y ofrece becas para ayudar a los creativos mexicanos, aunque no falta alguna que otra decepción cuando se descubre la picaresca juvenil que convierte las becas en unas vacaciones pagadas en Nueva York. Anécdotas aparte, Eugenio persiste en su voluntad de acercar las obras al público. “El arte contemporáneo crea interés en todos los niveles sociales. Mi gran acierto ha sido llamar la atención de gente de todo el mundo, que se interesa por la Colección Jumex. Hasta en la ciudad más remota hoy saben qué es la Colección Jumex.” ¿Cuál es la clave para proyectar a un artista? No comprándole su obra, a menos que haya un intermediario de por medio. Comprar directo del artista es lo peor que un coleccionista puede hacerle al propio artista, porque es una galería con músculo financiero y contactos la que lleva a un artista a ferias internacionales. Eugenio lo explica con una anécdota: “Hace tres años pasaba unos días en Londres, y cada día que volvía al hotel veía una galería que mostraba una exposición. Al final me di cuenta que era obra de Gabriel Guzmán. Entré a la galería y compré obra. Me preguntaron por qué compraba esa obra en Londres cuando la podía comprar en México. Muy simple: si no apoyo en Londres a un artista mexicano, el galerista no le dará espacio otra vez en un futuro.” Para Eugenio López, la cadena de valor del arte debe tomar en cuenta tres eslabones: al artista mismo —que debe ser reconocido por sus pares—, a los curadores de los museos —quienes llegan a rechazar precios desorbitados por algunas obras— y, finalmente, a la galería. Él encarna al tercer eslabón, y en ese papel celebra la primera exposición en América Latina de Cy Twombly, pintor estadounidense complejo incluso para los iniciados del arte del periodo de la posguerra. “No puedo creer que Cy esté entre las paredes de Jumex.” ¿Qué pinta el futuro? “La vida cambia en un abrir y cerrar de ojos. Si las cosas salen como uno espera y tomo decisiones inteligentes, espero que el museo tenga un gran patrimonio”, dice Eugenio. “Vivimos en países con una inestabilidad fluctuaria en la moneda, que influye a la hora de tomar decisiones, pero tenemos muchos proyectos en mente.” Entre sus planes está crear un fondo para que la aventura que inició quede en manos de “gente honrada”, que vele por el futuro de la Colección. “Para ser relevantes tenemos que traer cosas que no se hayan traído al país todavía y seguir apoyando a los jóvenes. Por ejemplo, hacer catálogos ¡es importantísimo! Hay que fijarse en las mejores plataformas existentes y seguir su ejemplo.” En noviembre de 2013, a la inauguración del Museo Jumex asistieron 800 personas procedentes de todo el mundo. “Espero que esta semilla dé resultados. Si de aquí a 10 años traemos las exposiciones más relevantes del mundo y logramos atraer al público, entonces sabré que he hecho algo significativo. O si alguien becado por Jumex termina trabajando de curador en un museo de Berlín, podré sentirme satisfecho.” Eugenio se rebeló y decidió dedicar sus horas a visitar museos y galerías y no a pensar estrategias de marketing. Hoy, su persistencia y ojo para elegir a los artistas y obras adecuadas se manifiestan en un volumen de hormigón blanco que suscita comentarios en los círculos artísticos más respetados. Ahora, el consolidado mecenas tiene en mente construir la biblioteca Jumex en Polanco, en un lugar muy cercano al museo, para mostrar su acervo de catálogos de arte contemporáneo. “Por supuesto, estará abierta al público. Es muy importante dejar un legado.”Foto: Adrián Burns.