Además de su pantalla curva y su enorme tamaño, no hay nada que distinga al G Flex en las decenas de smartphones que actualmente inundan el mercado.   Si algo queda en evidencia actualmente en el mercado de teléfonos inteligentes es que éste tiende a homogeneizarse. Basta con pararse frente a un aparador para notar que las variaciones de diseño y prestaciones entre marcas y modelos se reduce cada vez más, que el nuevo Galaxy se parece al nuevo iPhone o viceversa. Eso no es algo necesariamente malo, es un reflejo de una fórmula que ha funcionado y que resuena entre los usuarios. En su afán por diferenciarse de la competencia, algunas marcas experimentan, lo hacen con el software y también con el hardware, y de vez en cuando alguno alcanza el éxito ofreciendo algo que lo hace especial y único, pero ése no es el caso del G Flex de LG. El fabricante coreano pensó que era buena idea crear un teléfono con pantalla curva, en parte en nombre de la ergonomía y en parte como un despliegue de su capacidad para crear pantallas curvas ­–los mismos que ya comenzamos a ver en televisores gigantescos y cuya curvatura no tiene impacto alguno en la calidad de la imagen–, sin embargo el resultado está lejos de ser espectacular, éstas son nuestras impresiones.   Lo bueno El espíritu de experimentación. El proceso de experimentación es siempre bueno, con frecuencia los tropiezos son dolorosos pero al final llevan a una mejoría en el estado de cosas. Sí, es cierto que la cualidad distintiva del G Flex no justifica su alto precio y no representa un avance tangible, pero se agradece que los fabricantes tomen riesgos. Desbloqueo. Al igual que muchos otros teléfonos LG de nueva generación, la pantalla del G Flex puede despertarse y dormirse con sólo un par de taps en pantalla, esta función se denomina KnockOn, y es una función parcial del Knock, que permite configurar un patrón de taps en pantalla para desbloquear el equipo –quizá nuestra función favorita en los equipos LG–. Rendimiento. La combinación de procesador Qualcomm de cuatro núcleos a 2.26 GHz y 2 GB en RAM sí son lo que se esperaría de un equipo de gama alta. Almacenamiento. A pesar de no contar con una ranura de expansión, el G Flex tiene 32 GB para almacenar videos, apps y esas fotos de gatitos que a todos nos encantan. g_flex_2   Lo malo Diseño. Entendemos el afán de diferenciarse de la competencia, pero en una época en la que se ha demostrado que la curvatura horizontal en el reverso del teléfono es mucho más amigable con la mano (algo que ya tienen los Motos, el HTC One e incluso el G3) fabricar un teléfono con pantalla curva como la del G Flex no sólo es inútil sino poco práctico. staff_gflex   Lo feo Interfaz. No fue sino hasta que LG lanzó el G3 –nuestro teléfono favorito de 2014, por cierto– que conocimos su gran capacidad de crear un look atractivo y funcional que dota al equipo de una personalidad fuerte y sexy. Y es a la luz de ese acontecimiento que descubrimos cuánto ha progresado la compañía en los últimos años en esa materia. Los iconos del G Flex no sólo son feos, también son confusos y bien podrían ser considerados anti-premium. Espantosa equis por eso. Pantalla. Hay pocas cosas tan feas como una phablet premium cuyo display tiene una resolución HD. Sí, la tecnología detrás de la pantalla curva de 6 pulgadas es OLED, que ofrece gran viveza en los colores y un alto contraste, pero esa potencial se ve eclipsado por su densidad de pixeles (245 pixeles por pulgada, uno de los menores de la gama). Precio. El G Flex en plan Amigo de Telcel cuesta más de 13,000 pesos, e incluso puede encontrarse por más de 16,000. Eso es mucho dinero. Mucho. g_flex_5   Lo equis Cámara La cámara principal de 13 MP en el G Flex no es necesariamente mala, pero no es un elemento distintivo. Al pertenecer a la generación pasada, tampoco es capaz de grabar video en UHD, algo que muchos otros equipos en el rango de precio ya ofrecen. Material autorreparable. El reverso del G Flex está recubierto de un material plástico que la compañía asegura puede repararse a sí mismo cuando sufre alguna raspadura o corte (como los que provocan las llaves al traerlo en la bolsa). Si bien sí reduce el daño provocado por el trajín diario, no es un gran diferenciador ni tampoco resulta tan necesario dado el acabado suave del plástico. g_flex_4   Balance El G Flex pasará a la historia como una de las curiosidades tecnológicas menos exitosas. Sus dimensiones, lo torpe de su diseño, lo poco afortunado del diseño, la baja resolución de su display, lo feo de sus iconos y su altísimo precio le restan puntos a este experimento de LG. ¿Vale la pena comprarlo? Definitivamente no. Afortunadamente la marca se dio cuenta de los errores y, aunque se empecina con tener una pantalla curva, ha reducido sus dimensiones y aumentado sus especificaciones técnicas. El G Flex 2 sí es un teléfono que nos gustaría probar.   Especificaciones técnicas: Peso: 177 gramos Dimensiones: 160.5 x 81.6 x 8.7 mm Procesador Qualcomm Snapdragon de cuatro núcleos a 2.26 GHz Memoria RAM de 2 GB Memoria interna de 32 GB sin ranura de expansión Cámara de 13 megapixeles con flash LED Grabación de video en Full HD Cámara secundaria de 2.1 MP Pantalla HD de 6 pulgadas (245 ppi) Bluetooth 4.0 Google Android 4.2.2 (KitKat) Compatibilidad con redes GSM, 3G y 4G LTE SIM: Micro SIM Batería de 3,500 mAh Disponible en gris

 

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