Le tomó una década conseguir su primera oportunidad, pero Diesel es hoy la megaestrella multicultural que Hollywood necesita para abrirse a más mercados.   Por Natalie Robehmed Hace veinte años, Vin Diesel no podía conseguir un papel en Hollywood, una situación tan cómica que hizo un corto semiautobiográfico sobre ella. En él, el joven y bronceado Diesel era rechazado para un comercial de cerveza por un director afroamericano. “Voy a ser honesto contigo: estás un demasiado claro”, le dice, antes de animarlo a buscar papeles hispanos. Corte a su próxima audición. Otro actor le grita en español, pero Diesel se queda en silencio. “No habla español”, dijo alguien. Y así sucesivamente, hasta llegar a los papeles italianos. Es curioso, pero también personalmente doloroso. “Fue muy duro que Hollywood me ignorara debido a ambigüedad”, dice. “Yo no sabía que aún no era mi tiempo. El mundo no estaba listo para una megaestrella multicultural.” Ahora está claro que lo está. Lo que antes era el talón de Aquiles de Diesel se ha convertido en su mayor fortaleza. Aunque las taquillas estadounidense y canadiense bajaron 5% a 10,400 mdd entre 2013 y 2014, el mercado cinematográfico mundial sigue creciendo, sobre todo en China, donde saltó 34% a 4,800 millones de dólares (mdd). Una taquilla internacional que crece cada vez más necesita estrellas que puedan cruzar fronteras. Diesel, de 47 años (nombre real: Mark Sinclair), puede hacer precisamente eso. Es musculoso, inteligente, multiétnico y racialmente ambiguo, una estrella de acción que visualmente conecta con muchos públicos internacionales a la vez, la estrella de cine del futuro. Con su elenco multicultural, su último trabajo, Furious 7, de Universal Pictures, es la cuarta cinta más taquillera en la historia, recaudando 1,500 mdd, 77% de ellos más allá de las fronteras de Estados Unidos. Los ingresos totales de la franquicia se acercan hoy a 4,000 millones, 1,000 mdd más que The Lord of the Rings. El mismo Diesel se embolsó un estimado de 47 mdd en los últimos 12 meses antes de impuestos, y ocupa el sitio 43 en la lista de celebridades mejor pagadas del mundo de este año, y el tercero entre todos los actores, justo detrás de Robert Downey Jr. y Jackie Chan, y por encima de pesos pesados como Bradley Cooper, Tom Cruise y Adam Sandler. “El punto de The Fast and the Furious era diversificar Hollywood y, en cierto modo, cambiarle la cara”, dice Diesel, hablando deliberadamente en sus murmuros y gruñidos clásicos. Criado en Manhattan en una casa de artistas por su madre caucásica y su padrastro afroamericano, quien enseñaba actuación en el Brooklyn College, Diesel comenzó a actuar a los 7 años. Al poco tiempo hacía break-dancing en el Metro y en Washington Square Park de Nueva York para ganar dinero. Diesel dice que no está precisamente seguro de su origen étnico. (Él bautizó a su productora One Race.) Todo está mejor ahora, pero después de más de una década de rechazos no creía que pasaría de la década de 1990 en la industria, hasta que Steven Spielberg le dio un papel en la cinta ganadora del Oscar Saving Private Ryan, en 1998. Pronto, los estudios tocaron a su puerta, y en 2001 llegó su gran momento con la primer entrega de The Fast and the Furious. La cinta ganó 207 mdd de un presupuesto de 38 millones, dando origen a una franquicia de la que Diesel originalmente tenía sus dudas. “Cuando recibí el guión de la segunda, se confirmaron mis temores”, recuerda. Diesel rechazó la secuela, pero dice que estuvo de acuerdo con hacer un cameo en la tercera con la condición de que se le permitiera producir cualquier película futura de la franquicia. (Diesel aparece como productor en todas las cintas desde la cuarta entrega de 2009 en adelante, lo que significa que tiene voz y voto en el guión y se lleva una parte más grande de los ingresos de la película, un estimado de 25 millones por Furious 7.) Mostrando cualidades para el mundo del espectáculo, también compró a Universal los derechos del personaje Riddick, que interpretó en la cinta de 2000 Pitch Black. “Conseguí dos franquicias con sólo cuatro horas de trabajo”, recuerda Diesel alegremente. Bajo el puño musculoso de Riddick de 2013 recaudó 98 mdd en taquilla y 25 mdd en ventas de DVD, y Diesel se llevó a casa un estimado de 10 mdd. Furious 7 recaudaría 15 veces eso, superando el total de la franquicia más allá de las series Jurassic Park y Bourne. Nada mal para un tipo que entró a Hollywood en mediados de sus treinta. ¿Cómo quiere ser recordado? Diesel hace una pausa, mira hacia abajo y se queda en silencio durante diez largos segundos. Cuando por fin levanta la mirada, tiene lágrimas en los ojos: “Como la persona que trajo el multiculturalismo al mundo a través de mi existencia.” E hizo una fortuna en el proceso.

 

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