La Comisión para la Reconstrucción de la Ciudad de México tiene un plan con más de cuarenta programas para rehabilitar las zonas afectadas tras el sismo del 19 septiembre pasado, identificado como 19S. Sin embargo, la experiencia de lugares como Chile, donde en los últimos 12 años se han registrado 18 eventos catastróficos sugiere que tal vez la trayectoria de reconstrucción debería ser distinta. El sismo del 19 de septiembre dejó un saldo de 110,000 personas afectadas, 9,000 edificios derrumbados y 6,500 casas con daños estructurales, según datos del gobierno de la Ciudad de México. Esto supone un reto en materia de recuperación patrimonial. Dicho reto se abordó el jueves 25 y viernes 26 de enero en el Foro Internacional: Después del 19S ¿Cómo construir una mejor ciudad?, organizado por la fundación Mejor Ciudad. Los expertos chilenos Roberto Moris director de Planes y Proyectos Urbanos de la Pontificia Universidad Católica de Chile y Dante Pancani, Coordinador Nacional para la Reconstrucción, del Ministerio de Urbanismo de Chile explicaron algunos de los ejes de los protocolos de acción de Chile cuando se presentan emergencias. Dejar claro que la responsabilidad es compartida entre el gobierno y la sociedad ¿Quién debe correr con los gastos de la reconstrucción? Roberto Moris explica que en Chile el gobierno ha adoptado una política para pagar la reconstrucción de todos los que pierdan su casa, lo cual no aplica para aquellos que tienen más de dos propiedades. “Las autoridades generalmente tienden a terminar con la emergencia y después empezar la reconstrucción, pero la reconstrucción debe tener una planeación que incluya también la atención en la emergencia”, dice Moris. Tener una cultura de multiamenazas Chile ha esperado un gran terremoto durante los últimos 30 años, en ese periodo el país sudamericano ha desarrollado protocolos de acción para inundaciones, temblores y erupciones volcánicas. Mucho de los planes de acción pasa por medidas para mantener en pie la actividad económica y para eliminar la burocracia en el acceso a recursos. Medidas concretas “El plan de más de 40 medidas puede ser una gran iniciativa, pero debe ser al interior de los organismos, la gente debe tener en mente, de manera muy clara, un número reducido y puntual de acciones en caso de desastre”, dice Dante Pancani. Evitar las medidas transitorias Tras el terremoto del 27 de febrero de 2010, que afectó al 70% del territorio chileno, varios gobiernos locales vieron rebasada su capacidad de acción para reconstruir. Los expertos chilenos coinciden en que antes de iniciar con un plan de viviendas provisionales, el gobierno debe evaluar otras opciones, como la construcción prefabricada modular, pero permanente, de lo contrario se corre el riesgo de destinar recursos a medidas meramente paliativas. Tener claro en qué se gasta El dinero disponible para planes de reconstrucción debe tener un destino específico. En el caso de Chile, los comités de reconstrucción se han enfocado en tres rubros principales:
  1. Financiamientos de estudios de riesgos
  2. Reconstrucción de obras clave de infraestructura con técnicas que sean más resistentes
  3. Financiamiento de vivienda con estándares altos de calidad

 

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