Después de varios meses de preparación, el equipo de representantes del gobierno mexicano está listo para sentarse en la mesa de discusión con los integrantes de los grupos de Estados Unidos y Canadá para, como lo han dicho desde que el entonces candidato Donald Trump planteara la posibilidad de renegociar elTratado de Libre Comercio de América del Norte (TLCAN), generar un acuerdo que beneficie a las tres naciones. La primera ronda de la modernización del acuerdo iniciará el próximo 16 de agosto y aunque se pronostica que es poco probable que se generen grandes cambios en la relación comercial de México y Estados Unidos, existe una serie de puntos de conflicto en la discusión. De acuerdo con Capital Economics, una compañía de investigación independiente en materia macroeconómica, éstas son las cinco preguntas clave rumbo a las conversaciones y los temas claves:  
  • 1.- ¿Cuánto tiempo llevará la modernización?
Una vez que concluya la mesa inicial que se celebrará en Washington, el plan marca sostener seis rondas más con intervalos de tres semanas, lo que podría apoyar a que la renegociación concluya en enero de 2018. Ésta es una agenda ambiciosa, advierte Capital Economics, toda vez que, en promedio, Estados Unidos tarda 18 meses en negociar un acuerdo bilateral, sin contar la aprobación de los órganos legislativos de cada país. “Hay una buena probabilidad de que el acuerdo no finalice antes de la elección presidencial de México, en julio de 2018, o en las elecciones intermedias de Estados Unidos en noviembre. Esto complicará los procedimientos si hace del TLCAN una cuestión electoral y si no ha recibido la ratificación final para finales de 2018, existe un riesgo que el nuevo presidente de México o el nuevo congreso de Estados Unidos envíe a los negociadores de vuelta a la mesa de trabajo”, detalla el análisis.  
  • 2.- ¿Quiénes son los jugadores clave?
Por parte de Estados Unidos, John Melle, actual Asistente Representante Comercial de Estados Unidos, encabezará las negociaciones y responderá directamente al Representante Comercial del país del norte, Robert Lightizer, mismo que ha fijado la agenda de las negociaciones de ese país. En tanto, México tiene a Kenneth Smith Ramos, jefe de negociación técnica de México para encabezar las conversaciones, mientras que Ildefonso Guajardo, secretario de Economía, ya determinó las prioridades de la negociación.  
  • 3.- ¿Qué quiere Estados Unidos?
La lista de objetivos para negociar que fue entregada al Senado el mes pasado fue amplia y vaga, consideró Capital Economics, el primer punto a tomar en cuenta es que existe consenso entre los dos partidos para mantener el acceso libre de aranceles para las mercancías y enumera una serie de formas en que el acuerdo podría actualizarse, pero el punto de partida de Estados Unidos es que el problema es el déficit comercial con México, además buscan más poder para implementar protección a sectores que piensan que están siendo afectados por las importaciones mexicanas.  
  • 4.- ¿Qué quiere México?
En contraste, México considera que el tratado ha sido bueno para su economía y las negociaciones deben incrementar la integración regional y actualizar el acuerdo. La lista de prioridades incluye mayor integración de los mercados regionales, los sectores de telecomunicación y energía, que anteriormente estaban protegidos por el Estado.  
  • 5.- ¿Cuáles son los potenciales puntos de conflicto?
De acuerdo con Capital Economics el punto más evidente en el que existe desacuerdo es la intención de Estados Unidos para eliminar el capítulo 19 del TLCAN, el cual establece el proceso para resolver disputas sobre la imposición de derechos antidumping o compensatorios a través de un panel binacional, en lugar de tribunales nacionales. Para Estados Unidos, este punto representa una intromisión a su soberanía, pero también es común que pierda los casos. En tanto que México y Canadá ven este capítulo como una forma importante de mantener un control sobre las restricciones de Estados Unidos a sus exportaciones sin causa justificada, estos países han advertido que es una línea que no deberá cruzar el equipo de negociación estadounidense. El análisis agrega que la naturaleza ambigua de los objetivos de negociación de las tres naciones deja una ventana abierta para que surjan más desacuerdos durante las negociaciones. Tampoco se sabe con exactitud cómo los dos países quieren cambiar las reglas de origen del TLCAN, que rigen la proporción de contenido regional necesaria para que un bien califique para un comercio libre de aranceles. “El mayor riesgo sigue siendo que las conversaciones queden atascadas en la arena debido a las diferencias sobre un tema en particular, lo que podría llevar al presidente Trump a intervenir unilateralmente y salir del tratado. No está en el horizonte, pero es algo que no descartamos por completo”, señala el documento.

 

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