Durante la cumbre del G20, Shinzo Abe primer ministro del país aseguró que se promoverá la expansión a la economía y el plan fiscal, sin embargo no hizo mención al alza de impuestos sobre las ventas.   Reuters   SAN PETERSBURGO, Rusia – El primer ministro de Japón, Shinzo Abe, dijo durante la cumbre del G-20 que Tokio apunta a alcanzar una expansión económica y reformas fiscales con su agenda de políticas pro crecimiento, pero no se pronunció sobre una decisión pendiente para una planeada alza en el impuesto a las ventas. Abe aseguró que Japón intentará recortar a la mitad el déficit presupuestario -excluyendo nuevas ventas de bonos y el pago de deudas- en el año fiscal hasta marzo del 2016 y conseguir un superávit para marzo del 2021. No obstante, el ministro japonés no hizo mención a un alza planeada del impuesto sobre las ventas al doble en los próximos dos años, como lo estipula una ley aprobada el año pasado, que se ha convertido en centro del debate fiscal en Japón. “Es particularmente importante para Japón lograr tanto crecimiento económico como consolidación fiscal debido a que la situación fiscal de nuestro país es más severa que la de otros países”, comentó Abe en la primera sesión de la cumbre del G-20, según fue citado por un funcionario japonés. La deuda pública de Japón es dos veces el tamaño de su economía de 5 billones de dólares, que es la peor proporción entre países industrializados. Abe está luchando por equilibrar la necesidad de contener el creciente endeudamiento del país y de estimular el crecimiento en la tercera mayor economía del mundo con su llamada política “Abenomics”, que mezcla un audaz alivio monetario, estímulos fiscales y planes de reforma pro crecimiento. Japón, así como también otros países, presentará su plan fiscal a mediano plazo en la cumbre del G-20, pero el fracaso a la hora de elevar el impuesto como estaba planeado podría poner en riesgo el esquema de consolidación fiscal de Tokio. Abe ha dicho en reiteradas oportunidades que este otoño boreal tomará la decisión sobre si implementar o no el alza del impuesto, al tiempo que examinará indicadores económicos para determinar si la economía podrá resistir su impacto. Se prevé que la decisión sea tomada a comienzos de octubre. Si no hay cambios en el plan, el impuesto sobre las ventas de Japón subirá a un 8 por ciento desde un 5 en abril y a un 10% en octubre del 2015, medida considerada como crucial para financiar los crecientes costos de bienestar social y reparar la grave situación fiscal de Japón.

 

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