Las torrenciales y continuas lluvias que se registraron desde el viernes hasta el lunes dejaron al menos 34 muertos solamente en el estado de Guerrero y decenas de miles de damnificados que aún no recibían ayuda suficiente debido a que era imposible arribar al lugar tanto por tierra como por aire.   Reuters   El famoso centro turístico de Acapulco, en la costa Pacífico de México, enfrentaba el martes la devastación causada por la tormenta Manuel que lo dejó aislado, mientras intentaba evacuar a cerca de 40,000 turistas varados en sus inundados hoteles. La tormenta descargó lluvias pocas veces registradas antes en el lugar, de por sí castigado por la violencia del narcotráfico y que estaba colmado de turistas por las celebraciones de la Independencia en un fin de semana largo. Las torrenciales y continuas lluvias que se registraron desde el viernes hasta el lunes dejaron al menos 34 muertos solamente en el estado de Guerrero y decenas de miles de damnificados que aún no recibían ayuda suficiente debido a que era imposible arribar al lugar tanto por tierra como por aire. El desbordamiento del río de la Sabana, que cruza la ciudad, más la intensidad de las lluvias, inundaron las principales avenidas, lujosos hoteles y residencias de veraneo e inutilizaron el aeropuerto y bloquearon con lodo y rocas las principales carreteras. El desastre climático se agrega al azote de los cárteles del narcotráfico, que convirtió a la ciudad en una de las más violentas del país, y a la bancarrota de sus finanzas públicas. El gobernador de Guerrero, Angel Aguirre, dijo el martes que calculaba en 5,000 millones de pesos (387 millones de dólares) los daños en carreteras, puentes y miles de viviendas en todo el estado. “Sólo en materia de infraestructura se van a requerir por lo menos unos 2,000 millones de pesos (…) A lo mejor hasta me estoy quedando corto”, declaró Aguirre a la cadena de televisión Televisa. México cuenta con un fondo para atender desastres naturales de unos 5,500 millones de pesos para el 2013, el cual podría no ser suficiente para atender los daños que también dejó el fin de semana el huracán Ingrid en otros estados de la costa este sobre el Golfo de México. Autoridades de Protección Civil calcularon que en total al menos 55 personas murieron el fin de semana y el lunes debido principalmente a deslaves y desbordes de ríos que afectaron sobre todo a Guerrero y Veracruz, sobre el Golfo.   Zona de desastre

La combinación de las tormentas Ingrid y Manuel provocaron lluvias “históricas”, según las autoridades, en un fenómeno climático que no se registraba desde 1958.

En Chilpancingo, la capital de Guerrero, ríos de agua y lodo convirtieron la ciudad en zona de desastre y el lunes murieron ahogadas nueve personas, entre ellas cuatro niños, informó Protección Civil estatal.

En algunas de las zonas más exclusivas de Acapulco, los hoteles estaban racionando los desayunos de los turistas, muchos de los cuales perdieron sus automóviles debido a las inundaciones y esperaban por el desbloqueo de las carreteras para poder regresar a sus hogares en autobús. “Ya la gente empieza a estar descontenta. Los daños a los automóviles podrían haber sido evitados si tuvieran un buen plan de contingencia (…) Yo perdí dos autos, arruinados con pérdida total”, dijo Pedro de la Torre, un turista de 53 años de la Ciudad de México que se mantiene varado en uno de los hoteles. Para el mediodía del martes, las compañías Aeroméxico e Interjet habían logrado hacer sus primeros vuelos utilizando las pistas del aeropuerto pero recibían a sus pasajeros en una sede alterna debido a que la terminal se encontraba inundada y sin luz. Muchas personas realizaban compras de pánico en los supermercados, en los que había que hacer filas de varias horas para poder adquirir alimentos y otros productos básicos y no era posible pagar con tarjetas debido a que los servicios de internet estaban cortados en muchos comercios. Más de 20 comunidades de la costa cercanas a Acapulco permanecían incomunicadas debido a los derrumbes en las carreteras y sus víveres comenzaban a escasear. “No tenemos vías de acceso, sólo vía aérea o por lanchas es cómo podemos llegar a esos pueblos, y me preocupa la situación que tienen las familias por la falta de comida”, dijo el alcalde de Ometepec, Antonio Vázquez.

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