- 1. Aprovechar el marco normativo que proporciona la nueva reforma a las telecomunicaciones, impulsando la aprobación de leyes secundarias que propicien un contexto donde las tecnologías de la información puedan contribuir al desarrollo integral del país y la ciudadanía tenga acceso a ellas.
- 2. Fortalecer la presencia de órganos reguladores para garantizar una mayor productividad y competencia en el sector tecnológico.
- 3. Promover un clima de inclusión digital donde participen todos los actores tecnológicos en la creación e implementación de políticas públicas que favorezcan el desarrollo digital del país.
- 4. Integrar una estrategia tripartita — gobierno, industria y sociedad— que aborde ejes productivos como el comercio electrónico, dinero electrónico, cómputo en la nube, movilidad y aplicaciones, medios sociales y analítica de datos.
- 5. Impulsar la interoperabilidad entre las herramientas y plataformas tecnológicas para garantizar que la funcionalidad sea eficaz, eficiente y universal.
Bienvenidos al futuro de la revolución tecnológica
Podría decirse que el vertiginoso mundo de la tecnología ha superado cualquier loca idea de la ciencia ficción. Todo es posible. El reto, ahora, es democratizar las tecnologías en beneficio de todos.
Por Juan Alberto González Esparza, director de Microsoft México
Regresemos 20 años en el tiempo, la distancia era uno de los principales factores que limitaban la forma como conducíamos nuestras relaciones laborales y personales. Hoy, la realidad ha superado la ficción: la revolución tecnológica nos ha llevado por caminos acelerados, que han desembocado en una transformación radical.
El mundo está cambiando rápidamente y ante un escenario global de alta competitividad, entender el poder de la tecnología resulta fundamental. Las TIC (tecnologías de la información y comunicación) son la clave del éxito, por lo que México y todos los países deben mirar hacia el futuro apoyados en ellas.
De la economía que mueve al mundo, dos tercios se vinculan a la economía del conocimiento, por lo que aquellas naciones que no apuestan por un desarrollo tecnológico y científico, caen en una brecha que no les permitirá alcanzar un crecimiento próspero. Y México, según la Organización para la Cooperación y Desarrollo Económicos (OCDE), se coloca dentro de las últimas posiciones en los indicadores internacionales sobre digitalización.
Países como Finlandia, Singapur y Taiwán lograron colocarse a la vanguardia en los últimos 40 años gracias a una planeación estratégica para adaptarse a la revolución tecnológica. Ahora, la diferencia entre la productividad de una persona en un país rico y otra en un país pobre no es de cinco a uno, sino de 427 a uno. Si a esto le sumamos el factor TI, la diferencia puede llegar a ser más de 1,000 a uno.
En México, la industria de las TI tiene un potencial importante en la generación de riqueza: tan sólo en 2012 la aportación al PIB por este concepto fue de 5.6%. Esta cifra podría llegar a 8.8% en 2025, si se implementa una estrategia integral que acompañe las directrices planteadas por el gobierno.
Sin embargo, el aprovechamiento de las TIC no ha sido suficiente comparado con países como Noruega, China o Reino Unido.
El último Foro Económico Mundial colocó a México en el puesto 63 de 144 naciones evaluadas. Por lo tanto, la inversión pública para el desarrollo de un proyecto nacional digital debe ser prioridad para cualquier administración visionaria considerando los siguientes factores: