La palabra hebrea para “descalzo” se traduce fonéticamente como “yahef”. Aunque en realidad se trata de la palabra utilizada para referirse a los pies descalzos, literalmente significa ‘sin cobertura’. Así pues, les invito a hacer un viaje conmigo, para entender lo que esto significa y cómo se está transformando el concepto de valor en nuestro mundo.

Empezaremos en la época de la Segunda Guerra Mundial. Mi familia procede de Europa del Este y en un lapso de unos 20 años tuvo que recoger lo que pudo para huir de dos de las dictaduras más terribles de la historia, primero Hitler y luego Castro en Cuba. Éstas podrían ser consideradas las circunstancias más desafortunadas, pero tuvieron la suerte de huir antes de que fuera demasiado tarde, y al mismo tiempo, se vieron obligados a dejar atrás sus comunidades, posesiones, negocios, prácticamente todo excepto lo que podían transportar.

Este peregrinaje sucedió en medio de la revolución más grande de la historia de la humanidad moderna. Fue el comienzo de la era del consumismo. Nuestras necesidades básicas (en el primer mundo) fueron profunda y fácilmente satisfechas, y las grandes empresas se capitalizaron sobre la oportunidad de ocupar nuestro tiempo en compras y en experiencias. 

Y entonces llegué yo, en 1988, creado en el pico de esta cultura de consumismo, y pasé mis primeros 28 años de vida adquiriendo diferentes cosas, preso de esta sociedad. Siempre intentando ser alguien… Pero la pregunta que no me hice en ese entonces es: ¿quién intentaba ser realmente? 

El tema con el consumo es que no es nuestro estado natural. Nos han contado muchas historias que cambiaron nuestra percepción sobre nosotros mismos. De alguna manera fuimos empujados dentro de nuestras gargantas (como ha sido la tendencia publicitaria a través de los años), y el sutil mensaje generalista es, “no eres lo suficientemente bueno”, y debes adquirir objetos/experiencias externas de manera de ser “suficiente” para los demás, para formar parte.

Y es ahí donde nuevamente me pregunto: ¿Formar parte de qué? ¿A dónde quieres pertenecer?

Nos hemos creado a nosotros mismos historias para cubrirnos por la creencia de que quienes somos no está bien. Vamos por la vida utilizando máscaras tan bien construidas que ni siquiera podemos ver quien realmente somos. Creemos que somos bastante buenos en ver las máscaras de otras personas, pero en realidad, no estamos viendo las nuestras. 

Para dar un ejemplo, una de esas máscaras es “mis pies son inherentemente débiles y frágiles”, por lo que necesitamos calzado para apoyarlos. Ahora bien, no estoy diciendo que usar calzado sea incorrecto o malo, pero el calzado que nuestra sociedad nos ha dado y que hemos aceptado son dispositivos que no hacen honor a la verdad de lo que nuestros pies son capaces de hacer – para lo que fueron construidos. Todo esto lo digo con suma humildad, como resultado de haber estudiado medicina y de haber realizado estudios e investigaciones sobre reconstrucción de pies y tobillos, y por haber co-fundado una amplia práctica médica especializada en pies y tobillos.

Cuando descubrí la verdad sobre la salud natural del pie, fue como si Dios, o el Universo, o una Fuente de otro plano me entregara así mi servicio a la humanidad. Mi misión es compartir este mensaje con el mundo. Al conectar más y más con esta misión, las máscaras que venía vistiendo comenzaron a caer. Todo aquello que me quitaba energía fuera de esto, ya no tiene lugar en mi vida. 

Lo que comenzó para mí como una forma de transformar cómo se daba y educaba el cuidado de pies y tobillo, se convirtió en un viaje dentro de los niveles más profundos del ser humano en el contexto del mundo moderno. En estos días, llevo conmigo el título de ‘sanador’ (que es distinto al título de Médico en la universidad). Para mí, un sanador apoya a las personas en remover las capas de lo que piensan que deben ser de manera de revelar la hermosa esencia que es su ser. Es real, sanación de la causa-raíz – que ocurre al nivel de las emociones.

Y para concluir, me gustaría hacerles dos preguntas que, en lo personal, me han costado mucho develar: ¿qué es más lujoso que vivir en tu verdad? ¿Cómo sería para tí vivir sin esa cubierta?

Con amor, 

Jeff ‘Yaheff’ Shub, MD

@theurbanbarefoot

 

Siguientes artículos

Papaya Playa Project: un hotel que honra el espíritu libre de Tulum
Por

Este espacio único inspira a sus huéspedes a experimentar y conectar con su propia esencia a través de su propuesta y lo...