Durante el último año, la industria de electrodomésticos cobró una visibilidad que hacía mucho no se percibía. Los usuarios, al estar más tiempo en casa, buscaron la forma de obtener los enseres que facilitan y hacen más cómoda su vida diaria, desde una aspiradora hasta una lavadora más eficiente.

Los equipos de enfriamiento, necesarios para mantener las vacunas en buen estado, han sido un recordatorio de que la misma ciencia sería imposible de imaginar sin la contribución de este sector.

Y qué decir de los equipos de aire acondicionado, ventilación y calefacción, indispensables para a la nueva “normalidad” y un requerimiento para la apertura de millones de negocios en todo el mundo.

Como industria, la producción de electrodomésticos busca ampliar aún más su cadena de valor en México, dando pie a un renovado panorama de oportunidades. ¿Están las PyMes mexicanas listas para subirse a este tren de crecimiento?

UNA CADENA ESENCIAL

La funcionalidad, beneficios y aporte de los electrodomésticos ha identificado a toda su cadena de producción como esencial durante el periodo de pandemia.

Esto también fue una buena noticia para la economía mexicana, pues el país se puede considerar como una potencia mundial en producción de electrodomésticos, además de que se trata de uno de los motores que siguen propiciando la llegada de Inversión Extranjera Directa.

En la nueva realidad, uno de los objetivos de las grandes empresas tractoras de este sector es establecer una estrategia de reshoring, es decir, mudar sus cadenas productivas de zonas lejanas (como China o India) a una regionalización mucho más compacta (y México es un país ideal para las compañías y para el mercado occidental de mayor consumo: el estadounidense).

“Se hace un gran trabajo con la proveeduría regional”, dice Eduardo Elizondo, vicepresidente de Operaciones en Whirlpool México. “En nuestro caso, 80% de la proveeduría ya está en Norteamérica y 60% se ubica en México”.

De acuerdo con el directivo, Whirlpool, que ha anunciado recientemente un par de inversiones por 120 millones de dólares (en su planta de Ramos Arizpe) y de 28 millones de dólares (en Apodaca y Celaya), trabaja también en el desarrollo de sus propios proveedores.

“Hacemos un trabajo interno en búsqueda de empresas que tengan potencial. Conforme amplían su capacidad y mejoran sus competencias les otorgamos proyectos más complejos”, describe Elizondo, quien destaca que algunas compañías que proveen a la industria automotriz también se han convertido en buenos abastecedores para los electrodomésticos.

En México, el sector tiene su mayor centro de operaciones en el estado de Nuevo León, que exporta 80% de su producción con un valor de 4 mil 435 millones de dólares, según cifras del Clúster de Electrodomésticos de Nuevo León (CLELAC).

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El dominio es absoluto en ciertos mercados, como el del aire acondicionado: en este estado se manufactura 66% del total de los equipos de climatización que se hacen en el país.

“Nuevo León representa una cultura laboral importante, que aporta buena calidad y compromiso con los objetivos de la organización”, dice Daniel Córdova, director de Operaciones de Trane México.

Para Córdova, quien además preside el CLELAC, la mayor oportunidad que presenta la cadena de proveeduría de aire acondicionado se encuentra en los precios del mercado. 

“Muchas veces resulta más cara la proveeduría en México que en Estados Unidos, y el mercado de aire acondicionado es muy competitivo: ante la gran cantidad de empresas importantes que tienen presencia aquí, el costo de producción es un tema muy relevante”, precisa Córdova.

EL MOMENTO PARA LAS PYMES MEXICANAS

Nuevo León registra 40% de la producción total de electrodomésticos en México. No es casualidad que los grandes jugadores de la industria lleguen con inversiones importantes. Aquí, además de una ubicación ideal, han encontrado un epicentro de proveeduría a la altura de sus requerimientos.

Cada vez más PyMes mexicanas se enganchan a esta cadena de valor impulsadas por un contexto que ha beneficiado de diferentes formas las oportunidades de crecimiento de las firmas locales.

Para muestra, dos botones: el encontronazo comercial entre el mercado chino y Estados Unidos ha tenido como consecuencia un incremento de costos en los procesos de logística, los cuales hacen poco viable para las empresas continuar con sus esquemas de supply chain.

Por otro lado, la firma del nuevo T-MEC tiene como uno de sus lineamientos que la producción de electrodomésticos cuente con un 50 a 60% de contenido regional. Es decir, más de la mitad de los elementos que conforman un refrigerador o un aire acondicionado, deben ser hechos en Norteamérica.

“Lo que buscan las empresas globales son proveedores que puedan ofrecer calidad, entregas a tiempo, precios competitivos y flexibilidad para adaptarse a los cambios de mercado, especialmente en tiempos en los que el abasto y suministro de productos es muy cambiante”, dice Baldwin Britton, presidente global de Plastiexports.

Como proveedor de piezas plásticas para la industria de electrodomésticos, Plastiexports ha duplicado su producción en los últimos tres años, abriendo plantas en territorio estadounidense e invirtiendo en nuevas sedes en Apodaca y Coahuila.

Pero, ¿cuál es el requisito de las grandes empresas para satisfacer sus nuevas necesidades? Britton asegura que la clave está en asumir la integración de procesos, en lugar de mantenerse como proveedores de ciertas piezas o materia prima.

“Hay muchos procesos, en el acero, plástico, cartón, entre otros, donde las cadenas de suministro están fragmentadas. Son muchas pequeñas empresas, y lo que se busca es que cuenten con la capacidad de generar ensambles, subensambles y aspirar a mayores volúmenes de manufactura”, asegura. 

La llegada y ampliación de nuevas empresas de electrodomésticos en territorio mexicano durante el último año, como Whirlpool, Nidec o Hisense, son avisos de que esta demanda de proveeduría local no será eventual, sino un reto a largo plazo.

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Texto por: Ricardo Dorantes / Business Class

 

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