Los problemas ambientales nos afectan a todos. En mis más de treinta años de trayectoria en Coca-Cola, he sido testigo de la posición única que tienen las empresas para actuar por el medio ambiente. Sin embargo, la acción climática requiere de esfuerzos conjuntos.

En Coca-Cola estamos preparados para hacer lo que nos corresponde. Esto es a lo que nos referimos cuando decimos que tenemos la misión de refrescar al mundo y hacer la diferencia. Nuestro propósito es crear marcas que la gente ame, y esto debe acompañarse de una producción sostenible, así como de la búsqueda por transformar positivamente la vida de las personas y su futuro.

Estas no son palabras vacías. Movernos en esta dirección ha requerido reinventar los sistemas productivos y crear alianzas con distintos sectores. Desde diferentes países y cargos en esta compañía, he visto los resultados positivos de los esfuerzos multisectoriales. Transformar comunidades tan distintas, desde Caracas hasta la Península del Cabo y mejorar ecosistemas tan diversos como Antioquía y la Gran Barrera de Coral de Australia ha sido posible gracias al trabajo en equipo con organizaciones, empresas y gobiernos.

Hoy, digo con franqueza que estamos en un punto de inflexión de la compañía, en el que el cuidado del medio ambiente y el desarrollo de las comunidades en las que operamos se encuentran en el centro de lo que hacemos. Desde la Industria Mexicana de Coca-Cola, me uno en decir que el país y su gente son el corazón detrás de todo lo que hacemos: porque cuidar a México es cuidar el lugar que hemos llamado hogar desde hace casi 100 años.

¿Cómo estamos aportando al país y sus comunidades? Con iniciativas que atienden los retos más cercanos a nuestro negocio. En la Industria Mexicana de Coca-Cola impulsamos el movimiento “El Amor Multiplica” porque, aunque nuestras acciones sociales son motivadas por nuestro amor por el país, no podemos lograr las metas de desarrollo sostenible solos.

Para trabajar por la seguridad hídrica, colaboramos con autoridades locales y organizaciones especializadas como Pronatura, Kilimo y Toroto. Sumamos esfuerzos con Global Environment & Technology Foundation y la asociación civil Isla Urbana para avanzar en nuestra meta de instalar 117 Escuelas de Lluvia en zonas de alto estrés hídrico.

Buscamos recolectar el equivalente al 100% de los envases que introducimos en el mercado para 2030. Para ello, hemos trabajado por 20 años junto con otras empresas, impulsando a ECOCE A.C., en un esquema de responsabilidad compartida del productor. Hemos unido fuerzas con nuevos jugadores como Rappi en un proyecto enfocado en revolucionar los procesos de recolección de envases y permitir a ciudadanos participar en la economía circular.

Y nuestra capacidad de apoyar el empoderamiento económico de más de 200 mil mujeres desde 2010, a través de iniciativas como “Grandes Tenderas” ha sido posible gracias a la participación de organizaciones como Pro Mujer, y de universidades e instituciones gubernamentales.

Nuestras metas son claras como el agua, pero también somos los primeros en reconocer que falta mucho por hacer. Es fundamental impulsar colaboraciones multisectoriales en las que todos enfrentemos los grandes retos y avancemos hacia el objetivo de conservar nuestro planeta.

Por: Roberto Mercadé, presidente de Coca-Cola México

 

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