Ahmad Ashkar no tuvo una infancia sencilla. Y es que si bien le tocó nacer en Estados Unidos, en realidad los primeros años de su vida los pasó en Palestina, Estado al que sus padres su mudaron junto a él apenas unos meses después de haber nacido. Pasaron nueve años, para su regreso al continente americano, y prácticamente tuvo que volver a adaptarse a todo desde cero, incluido el idioma. Sin embargo, esta capacidad que obtuvo lo llevó a crecer tanto como pudo, rindiendo frutos. Con esta experiencia en sus manos, Ashkar está buscando precisamente que los jóvenes se adapten a una realidad: la necesidad de emprender. De esta manera es desde 2009 uno de los personajes más importantes de este ámbito en todo el mundo, ya que fue ese año cuando, junto al multimillonario sueco Bertil Hult, abrió Hult Prize, una organización enfocada precisamente en desarrollar el emprendimiento. Esto lo logra por medio de dos ejes, un programa de aceleración de startups en fase inicial, desarrolladas principalmente por estudiantes universitarios, y un premio de un millón de dólares que se otorga a la mejor empresa participante en el programa. Sus resultados han sido positivos, ya que además de sumar a su trabajo a personajes como el ex presidente de Estados Unidos, Bill Clinton, tan sólo en 2018 su programa de aceleración recibió la aplicación de 250,000 emprendedores que querían participar en él. México subió a este barco en 2011, siendo el primer país de Latinoamérica en participar en Hult Prize.

Diez años después

Mucho ha cambiado en los 10 años que tiene Hult Prize, eso lo sabe perfectamente Ahmad Ashkar, desde la manera en que las startups nacen hasta la estrategia que siguen para buscar capital para crecer, sin embargo, nada se compara con lo sucedido, afirma, con la premisa básica y tradicional del emprendimiento social. Y es que desde su perspectiva, más allá de todo lo que se podría llegar a pensar en torno a este estilo de emprendimiento, el líder de la aceleradora considera que, si se mantiene así como la conocemos hoy, está en camino a desaparecer. ¿Por qué cree esto? Principalmente porque asegura que hoy ya no puede existir emprendimiento sin componente social, sea de la categoría que sea. “A mí me parece que debemos dejar de pensar en la idea tradicional que tenemos del emprendimiento social, porque la realidad es que hoy todas las compañías tienen que tener forzosamente un componente claro de apoyo a su comunidad dentro de su operación, entonces dejemos de pensar de la manera en que lo hemos hecho hasta hoy con esto”, comenta a Forbes México. Esto lo dice por dos factores, el primero la responsabilidad que debe de existir en todas las compañías para con su entorno y, el segundo, la importancia que tiene para las nuevas generaciones el que exista este componente en las empresas que están detrás de sus productos y servicios favoritos. “La realidad es que los millennials, personas que en promedio van de los 18 a los 35 años de edad, están demandando productos y servicios que generen impacto positivo en la gente de alguna manera, y si las empresas no se suben a esta tendencia veo claramente que no sólo que dejen de vender, sino que incluso puedan llegar a desaparecer”, explica. La mención de Ashkar hacia las compañías es tajante sobre todo por una razón: los millennials tienen en sus manos el dinero suficiente para hacerlas crecer o dejarlas ir. De acuerdo con una estimación de UBS, para el próximo año 2020, esta generación apunta a valer a nivel global más de 24 billones de dólares (bdd). Y este requerimiento que tienen los jóvenes, apunta el ex banquero, no pasa únicamente por las nuevas empresas, sino también por las ya establecidas, quienes hoy tienen el reto de evolucionar con el objetivo de no quedar obsoletas ante la mirada de sus clientes. Un estudio realizado en Estados Unidos por Morgan Stanley encuentra precisamente esto, al señalar que un 86% de los millennials están más dispuestos a invertir su dinero en productos sustentables que en aquellos que no lo son.

Dos consejos del fundador de Hult Prize para emprendedores 

1) Nunca se enamoren de su idea Ahmad pide a los emprendedores no enamorarse nunca con su idea ya que, eventualmente, es posible que ella cambie. Desde su perspectiva, los creadores de startups deben de estar siempre abiertos al cambio. 2) Aprender a pedir ayuda El experto los llama a jamás cerrarse a pedir ayuda, porque al final es válido que ellos no sepan determinadas cosas. Hacer esto puede llevarlos a impulsar a su compañía o, por el contrario, a acabar mal.

Cambio necesario

Un jugador muy importante en esta nueva forma de ver al emprendimiento y su componente social, explica Ahmad Ashkar, pasa por los inversores, quienes desde su punto de vista necesitan también evolucionar en este sentido, evitando convertirse en un obstáculo para el crecimiento de las nuevas compañías. “Muchas veces el problema con el componente social de las startups de los emprendedores pasa por los inversionistas, quienes al ser de otras generaciones no comprenden del todo el valor que este tema tiene para los consumidores, por lo que ven como algo secundario”, menciona. Si bien el ejecutivo señala que es totalmente valido que los inversores tengan como prioridad suya siempre el retorno y ganancias de las mismas, este tipo valores que no son tan tangibles deben ser también analizados y valorados por ellos. “Es muy importante que los inversores hagan conciencia del valor que este tema tiene para el futuro de las compañías que están en sus portafolios, es totalmente válido que para ellos la prioridad sea el dinero, sin embargo, necesitan forzosamente pensar en lo que puede traerles un componente como este”, afirma. Para poder darles más certeza a ellos sobre este valor, Ahmad Ashkar pide a los emprendedores tener muy en claro como su modelo de negocio no está peleado con brindar algún tipo de beneficio a su comunidad, ya que sólo así los inversores empezarán a ceder. “Yo estoy seguro de que si se cuenta con un buen modelo de negocio los inversionistas van a dar su aval, porque la realidad es que con la base de la pirámide también se pueden hacer cosas muy buenas y al mismo tiempo ayudar”, expone. También te puede interesar:
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