La economía mexicana no alcanzará siquiera un crecimiento del 2% al cierre del año en curso, sino que se elevaría apenas un 1.6%, señala el nuevo pronóstico del Fondo Monetario Internacional (FMI), que  actualizó sus expectativas incluidas en el reporte World Economic Outlook (WEO). El organismo internacional apunta que el PIB de México también estaría por debajo de los dos puntos porcentuales en 2020, pues prevé que crezca 1.9%. “En México, la preocupación por los cambios de política en la nueva administración condujo a una notable ampliación de la propagación soberana durante noviembre y diciembre, pero desde entonces se ha reducido”, apunta el documento. Además de que el sentimiento de los mercados se deterioró y los diferenciales soberanos subieron cuando el gobierno entrante canceló la construcción del aeropuerto planificado para la capital y dio marcha atrás con las reformas energéticas y educativas, agrega el texto. Estas cifras del FMI representan en ambos casos una caída de casi un punto porcentual en siete meses: el estimado para 2019 de 1.6%, es inferior al 2.1% estimado en enero y al 2.5% calculado en octubre de 2018; mientras que el dato para 2020, pasó de 2.2% a principios de año y de 2.7% previsto en octubre, a 1.9% en el estimado revelado este martes. “En México, el crecimiento es ahora se prevé que se mantendrá por debajo del 2% en 2019-20, una reducción cercana al 1 punto porcentual para ambos años en relación con octubre. Estos cambios, en parte, reflejan cambios en las percepciones sobre la dirección de la política en las nuevas administraciones de ambos países (en referencia también a Brasil)”, se lee en el reporte. Lee también: Analistas recortan expectativas de economía mexicana para 2019 y 2020 El ajuste de las expectativas económicas del FMI se da días después de que el propio gobierno mexicano recortara su propio pronóstico para el PIB nacional en 2019, al moverlo de un rango entre 1.5 y 2.5%, a 1.1-2.1%, es decir, cuatro décimas menos. En este informe, el FMI menciona que en México, donde los diferenciales soberanos se han ampliado significativamente desde octubre, “es esencial evitar el retraso de las reformas estructurales necesarias, ya que esto crearía una incertidumbre adicional perjudicial para la inversión privada y el crecimiento del empleo”. Asimismo, considera que se debe mantener el plan de consolidación fiscal a mediano plazo y que posiblemente una reducción aún mayor en el déficit estabilizaría la deuda pública, elevaría la confianza y crearía espacio tanto para responder a los choques como para satisfacer las necesidades de gasto relacionadas con el envejecimiento. “Si la inflación sigue siendo moderada y las expectativas están bien ancladas, la política monetaria puede adaptarse a alcance para reducir las tasas si es necesario”, asegura. Te puede interesar:
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