La llegada del gigante de Internet chino al mercado accionario estadounidense marcará una nueva etapa en la forma como los inversionistas ven a las compañías de ese país. O al menos eso es lo que se espera.   Por Russell Flannery   La semana pasada se dio a conocer que el gigante chino Alibaba alista su salida a bolsa en el mercado accionario de Estados Unidos. Debido al peso de la compañía —que representa hasta el 80% del comercio electrónico en China y con su valor de mercado de 250,000 millones de dólares podría eclipsar a casi todos los negocios de Internet en EU—, hay varias preguntas importantes que seguramente se está haciendo el público inversionista, entre ellas: ¿Es una acción que vale la pena? ¿Cómo influirá en el rendimiento de las acciones de Alibaba a las de las dos compañías occidentales con participación en ella, Yahoo y Softbank? ¿El monstruo de los negocios chino está preparando su camino para volverse global?, y de ser así, ¿qué significa eso para su competencia? Tampoco hay escasez de preguntas económicamente relevantes sobre el impacto de la salida a bolsa de Alibaba en las industrias de Internet y móvil. El país tiene el mayor número de usuarios en ambos sectores y no han hecho otra cosa que consolidarse. ¿Una Alibaba con más dinero en el bolsillo seguirá comprando a otras empresas? ¿Cómo afectaría una OPI exitosa de Alibaba a otras grandes salidas a bolsa de compañías de Internet chinas, incluyendo la de JD.com? ¿Qué se puede esperar de las acciones de las compañías que Alibaba ha estado comprando en los últimos tiempos? ¿Cómo afectaría el éxito de Alibaba a las empresas extranjeras de internet que intentan entrar en el mercado chino? Y luego, por último, pero quizás no menos importante, el efecto de la OPI en la riqueza de los accionistas podría ser notable. El principal fundador de la compañía, el ex profesor de Inglés Jack Ma, podría tener la oportunidad de convertirse en el hombre más rico de China. No sería el primer magnate chino de Internet en clasificar como el más rico del país —William Ding, de NetEase, y Robin Li, de Baidu, ya lo han hecho antes—. Sin embargo, Ma podría superar a Yang Huiyan como el miembro más rico de la parte continental de China en la lista de más ricos de Forbes con 16,000 millones de dólares. Sin embargo, para mí, después de haber vivido en China durante la última década y seguido de cerca el ascenso de Ma en nuestras listas de más ricos de Forbes durante ese tiempo, la verdadera relevancia de esta salida a bolsa no reside tanto en los números, sino en que los inversionistas extranjeros están dispuestos a aceptar las normas de gobierno corporativo y los riesgos de la política de China a tal grado que ese país puede convertirse en el hogar de la mayor salida a bolsa del mundo, particularmente uno que aparece en un mercado de capital de primer nivel como Nueva York. Alibaba llega al mercado norteamericano sólo unos pocos años después de que los estadounidenses huían de prácticamente todas las OPIs chinas en medio de una ola de problemas de gobernabilidad y salidas de bolsa. La misma Alibaba ha reconocido que proporciona servicios a empresas que venden falsificaciones. Tiene una participación en Weibo, el Twitter chino, que juega bajo las normas de censura del gobierno chino y hace negocios con empresas vinculadas a intereses privados de su presidente. ¿Los inversionistas aceptarán que Alibaba deba cumplir con los estándares internacionales de buen gobierno? Justo después de que una ofensiva gubernamental surgida de la nada en la televisión extranjera lastimó la negociación de las acciones de empresas chinas de Internet en EU, como la del sitio de videos Youku, ¿los inversionistas siguen viendo el panorama de políticas de Internet lo suficientemente estable como para soportar la altísima valuación de Alibaba? Algo es seguro, Alibaba encarna muchas cosas buenas acerca de la China contemporánea. Ma se ha convertido en un millonario en un país que ha puesto fin a su era maoísta y dado a empresarios voluntariosos mucho más espacio para crecer. Alibaba ha ayudado a empoderar a un gran número de empresarios en sus sitios web. Ma es considerado como un héroe entre muchos chinos. Alibaba es una ventana a una revolución digital que está transformando el país más poblado del mundo y la forma en que hace negocios en el país y alrededor del mundo. El mundo en general debería pensar más en el ascenso de China en el comercio internacional, las implicaciones de oportunidades y riesgos, y las reglas por las que el país quiere jugar. Ésta es una compañía cuya ambición corresponde con la de China en el escenario mundial de la actualidad. Hay mucho que aprender —y dinero por hacer— de las discusiones que se darán durante las siguientes semanas por la salida de Alibaba a bolsa.

 

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