El acuerdo preliminar de comercio que anunciaron esta semana Estados Unidos y México tiene varios puntos nebulosos, por no decir confusos y hasta oscuros. Algunos observadores de plano afirman que hay mensajes dirigidos a otros socios comerciales de EU, básicamente China, por sus autopartes baratas y su gusto por la sopa de aleta de tiburón, y que México asumió al darles el sí. Uno de ellos es el tema de las reglas de origen para la industria automotriz, la joya de la corona del Tratado de Libre Comercio de América del Norte. De acuerdo con Christopher Balding , profesor de negocios y economía de la Escuela de Negocios HSBC en Shenzen, el que EU y México hayan acordado que entre 40 y 45% del contenido en cada auto fabricado en la región sea en empresas locales cuyos empleados ganen al menos 16 dólares por hora es una acción contra China. Trump se salió con la suya en acuerdo automotriz entre México y EU “Eso limita el rango del ensamble en México con componentes chinos”, dijo el experto. Lo cierto, es que en México también causará problemas ese concepto, toda vez que, en la industria manufacturera de exportación, lo máximo que se ha pagado este año en sueldos es 2.9 dólares por hora. Otro punto en contra de China, refiere el profesor, es en torno a la propiedad intelectual y cómo a nivel nacional se toca el tema de los derechos de autor, los nombres comunes y marca registradas. Tanto México como China son de los países con más piratería en una serie muy grande de productos, desde textiles a software, así como marcas registradas. NI SIQUIERA LETRAS CHIQUITAS Desde el lunes 27, analistas, periodistas, observadores, se preguntan:  ¿A qué se comprometieron Estados Unidos y México en el acuerdo preliminar? Muy pocos lo saben más allá de los funcionarios que participaron. Encabezados por Ildefonso Guajardo, titular de Economía de México, los negociadores mexicanos se han concentrado en declarar a medios que se alcanzaron acuerdos en áreas específicas: las reglas de origen en la industria automotriz, las cláusulas de estacionalidad en productos agrícolas y en la revisión cada tantos años de la viabilidad del acuerdo. Sin embargo, del lado mexicano poco más se ha dicho del contenido de los acuerdos que revisan en Washington unos 100 líderes empresariales y que tendrá que aprobar el Senado, dominado por legisladores de partido Morena, del presidente electo Andrés Manuel López Obrador. Algunas cosas más se han sabido por declaraciones de la contraparte estadounidense, como Robert Lighthizer, el embajador comercial de EU, o de representantes de industria. Asimismo, hay algunas bosquejos y puntos sueltos en el sitio web de la dependencia que Lighthizer encabeza.   DILE NO A LA ALETA DE TIBURÓN Un punto, que podría ser trivial, es el que tanto EU como México se comprometieron a prohibir la poda de las aletas de los tiburones. Más allá de que este sea un compromiso comercial, la cuestión es que este tipo de acuerdos son comunes en otras instancias multilaterales Pero como tal, en la sección relativa al medio ambiente del acuerdo comercial México-EU, se especifica que se atacará esta práctica, además de prohibir la pesca ilegal. Algunos observadores creen que esta medida, como se mencionó líneas arriba, es parte de la batería de compromisos dirigidos una agenda anti-China por parte de EU. Esto porque como se sabe, China es el principal mercado mundial de aleta de tiburón. Otro punto que en EU se conoce, pero no tanto en México, estará enfrentando a la industria musical con los proveedores de internet. En el principio de acuerdo EU y México se incluirá un sistema para proteger el copyright de contenidos mediante el cual los dueños de los derechos tienen que avisar a los proveedores de servicios de internet que sus plataformas no se utilizan de forma legítima (es decir, sirven para la piratería o distribución ilegal de contenidos). En EU, la industria musical reaccionó con furia pues eso no cambia nada a legislaciones anteriores, que ya de por sí incluían poca protección para una industria que en aquel país mueve casi 150 mil millones de dólares y emplea a casi 2 millones de personas. En México, valga la pena decir, ese tipo de previsiones no se incluyen en ninguna ley.

 

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