Un juego de mesa, menaje de cocina, tijeras y restos de cereal encontrados en la sección de la Gran Muralla china situada en Pekín han arrojado luz sobre la vida cotidiana de los soldados destacados allí durante la dinastía Ming (1368-1644).

Los restos fueron hallados en el interior de una de las atalayas de la muralla durante una excavación en el oeste de la sección de Badaling en la que también se identificaron fogones, chimeneas y cocinas, difundió la televisión estatal CCTV.

“Los fogones indican que esta zona era extremadamente fría durante la dinastía Ming, por lo que la presencia de tropas estacionadas durante el invierno implica que había una fuerte necesidad defensiva”, explicó el subdirector del Instituto de Patrimonio Cultural del distrito de Yanqing, Yu Haikuan.

Estos hallazgos, según Yu, son “cruciales” para saber más sobre las vidas de los antiguos soldados.

Además de los utensilios de cocina y restos de alimentos, los arqueólogos encontraron artículos de ocio como un tablero de “cinco en raya”, un juego con el que los militares se habrían entretenido durante su tiempo libre.

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Artículos cotidianos desvelan cómo era la vida de los soldados Ming en la Gran Muralla china

El director de la Oficina de Patrimonio Cultural de Pekín, Chen Mingjie, destacó que este tipo de objetos “no está documentado en los archivos históricos tradicionales” de la Muralla y enriquecen el conocimiento sobre la célebre construcción defensiva.

La porción de la Gran Muralla que atraviesa Pekín está considerada una de las más complejas en cuanto a edificaciones y características geológicas.

La capital puso en marcha en 2021 un plan pionero de conservación de sus tramos de la Muralla que une los trabajos de restauración con la investigación arqueológica, lo que ayuda a los expertos a comprender desde la raíz las causas de los problemas estructurales y a reparar la construcción con apego a la realidad.

Entre las técnicas utilizadas figura la del carbono-14, empleada para datar la construcción de algunas partes del monumento.

La Gran Muralla, patrimonio Mundial de la UNESCO desde 1987, está formada por lo que en origen eran numerosos tramos inconexos construidos por los pequeños estados para defenderse de las invasiones provenientes del norte.

Fue el autoproclamado primer emperador de China, Qin Shi (221-210 a. C.) quien decidió unirlos, conectando un tramo de miles de kilómetros que impidieron a las hordas mongolas de arqueros a caballo un fácil acceso al imperio.

Con información de EFE.

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