Tras perder más de un tercio del valor de su moneda en lo que va del 2018 y con un Banco Central elevando las tasas de interés al 40% en un intento de apuntalar el peso, Argentina ha puesto en marcha un nuevo plan económico para resurgir de una situación crítica que, expertos advierten, podría convertirse en su quinta recesión en los últimos 10 años. Las medidas del gobierno de Mauricio Macri, que buscan principalmente reducir el déficit fiscal y la inflación -aunado a un crédito de 50,000 millones de dólares (mdd) del Fondo Monetario Internacional (FMI)- no rendirán efecto hasta el próximo año, según previsiones de la organización. De acuerdo a Roberto Carderelli, jefe de la misión del FMI para Argentina, la economía del país sudamericano sufrirá una contracción en el segundo y tercer trimestre de 2018; y no será hasta los últimos meses que haya una estabilización. “Prevemos que la economía iniciará una recuperación gradual en 2019 y 2020, a medida que crezca la confianza y disminuya el costo del capital, junto con la inflación, mientras se recuperan las exportaciones, gracias al sólido crecimiento de los principales socios comerciales de Argentina (Brasil, Estados Unidos y China)” menciona Carderelli en un documento del FMI. El gobierno argentino buscará además un reequilibrio fiscal para 2020, es decir, un balance de ingresos y gastos a nivel federal que no incluya el pago de intereses. Esto implica nuevas medidas para reducir el gasto federal, como el recorte de subsidios energéticos y un gasto salarial menor, detalla el FMI. Recuperando la confianza de los inversionistas Una parte esencial del nuevo plan es garantizar la autonomía financiera y operativa del Banco Central (BCRA), una de las principales causas por la que los inversionistas comenzaron a vender sus activos en pesos argentinos. Lo que el FMI denomina como “una serie de shocks combinados con vulnerabilidades económicas” provocó una fuga de capitales que alcanzó un récord histórico. Durante mayo 6 mil 213 mdd se fueron del país, el promedio mensual más alto en 17 años de acuerdo al diario argentino La Nación. En tanto, el BCRA se comprometió a adoptar metas más alcanzables en cuanto a la reducción de la inflación; luego de que en mayo de este año, la entidad ratificara su objetivo del 15% para 2018, a pesar de que en marzo Argentina tuvo la tasa interanual más elevada de toda latinoamérica (25.4%) , incluso por encima de Venezuela. “El BCRA ha adoptado una nueva trayectorias de metas de inflación más creíbles, por ejemplo, la meta de inflación para finales de 2019 pasó del 10% al 17%”, asegura Carderelli. Argentina es el segundo país latinoamericano con la economía “más miserable” de acuerdo al Misery Index de Bloomberg, un listado que evalúa los índices de inflación y desempleo de 66 naciones diferentes. Desde el inicio del gobierno de Mauricio Macri, en diciembre de 2015, el alza de precios no se ha detenido en el país.

 

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