El Banco Interamericano de Desarrollo (BID) expuso cuáles son los principales desafíos de América Latina y El Caribe (LAC) en su oferta exportable y algunas propuestas para mejorar el comercio mundial a través de su informe  “El Salto de Calidad: la Sofisticación de las Exportaciones como Motor del Crecimiento”. El documento fue creado ya que el comercio de la región pierde competitividad, por el aumento de riesgos debido a diversas crisis financieras como la de Argentina, Nicaragua, Costa Rica, Venezuela, entre otras y por tensiones comerciales globales. Aunque las exportaciones de ALC crecieron 9.7% durante el primer semestre de 2018 en comparación con el mismo período del 2017, impulsadas principalmente por aumento de los precios de materias primas como el petróleo y el cobre, el BID también reconoció que el volumen de los envíos se desaceleró 3.1% en dicho período. Esta disminución refleja la pérdida de cuotas de mercado ante las mermas en la competitividad y la falta de una mayor calidad de las exportaciones de muchos países de la región. Otro factor que fue crucial en la disminución fue el rezago competitivo determinado por baja productividad y altos costos comerciales afectó el desempeño comercial de la región. Para medir la pérdida de competitividad, el estudio mide la variación de la cuota de mercado entre 2011 y 2016, poniendo énfasis en las exportaciones intrarregionales. La región tuvo una baja en competitividad en el período de 7.4%, lo que explica un 22% de la reducción de las exportaciones en el período. El informe propone impulsar una agenda de políticas multisectorial en América Latina que contrarreste el bajo desempeño del comercio. Para el nivel nacional, el BID recomienda la construcción de sistemas de infraestructura para la calidad que sean integrales, eficientes y claramente orientados a la internacionalización. A nivel regional, argumenta a favor de iniciativas orientadas a completar y racionalizar la arquitectura comercial asociadas a inversiones en infraestructura que faciliten una mayor integración productiva. El fortalecimiento de los flujos comerciales de mayor calidad y de las cadenas de valor regionales favorecería no solamente la diversificación y sofisticación de las exportaciones, sino que contribuiría a aumentar la competitividad de las economías de la región en el mercado mundial. Te puede interesar: El 70% de empleos en Honduras proviene de Mipymes La investigación también destaca los productos que pueden aumentar su calidad como alimentos, los cuáles son café, cacao, azúcar, cereales o pescado y materiales crudos tales como madera, pieles o cueros, entre otros. El Banco aconseja que los países de América Latina pueden exportar granos de café o cacao de mayor calidad, o cueros con mayor grado de elaboración. La brecha con los competidores globales es amplia y se ha mantenido inalterada por décadas. Si bien existen historias de éxito y claras oportunidades de expansión en el margen cualitativo, buena parte de las ventas externas no supera un rango de calidad media. Analizando las diferencias entre el comercio intrarregional y el extrarregional, se observa que la canasta de exportación intrarregional está más diversificada, contiene una mayor proporción de manufacturas, es de mayor densidad tecnológica y cuenta con niveles de calidad más elevados. Sin embargo, en el periodo de postcrisis los países de América Latina y el Caribe han perdido cuota en el mercado regional a causa de un deterioro en la competitividad y no han aprovechado el potencial de la integración regional para desarrollar cadenas de valor complejas basadas en el intercambio de productos intermedios e insumos productivos.

 

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