No hay referencia clara de cuánto puede contaminar al medio ambiente la fabricación de un sex pack de cervezas, pero se sabe que un árbol puede tardar hasta dos días completos en absorber el CO2 que deriva de la fabricación de esa cantidad.

Ahora, la cervecería Young Henrys, con sede en Sidney, Australia, acaba de revelar su hallazgo de cómo hacer una cerveza no contaminante, a diferencia de las convencionales.

Para lograrlo, los cerveceros han colaborado con el Clúster de Cambio Climático (C3) de la Universidad de Tecnología de Sidney, para generar la nueva tecnología que promete hacer la elaboración de cerveza, más saludable en emisiones, a través del uso de algas.

Resulta que las algas son un recurso de sostenibilidad que no se ha tenido en cuenta para la elaboración del elixir de Homero Simpson, hasta el momento, no obstante éstas producen más del 50% del suministro de oxígeno del mundo y también absorben dióxido de carbono.

El lector dirá ‘algas’, pero el tipo utilizado en el proyecto de esta cervecería, son de tamaño microscópico y de las que pueden crecer en agua dulce o salada, por lo tanto el resultado es un líquido de color verde.

Para fundamentar su iniciativa, Young Henrys afirma que en el contexto de la cantidad de cerveza que se produce a nivel mundial todos los días, es evidente que existe un impacto enorme en el ecosistema terrestre.

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Young Henrys usa algas para elaborar cerveza

Respecto del proceso, destacan que de cada mililitro alojado en el biorreactor que se emplea, contiene aproximadamente cinco millones de células de microalgas.

Si se estima producir alrededor de unos 400 litros del brebaje color verde intenso, la cervecería Young Henrys Newtown genera tanto oxígeno como una hectárea entera de bosque australiano a través de la fotosíntesis.

Además, este proceso de elaborar cerveza produce más algas, que se pueden utilizar para una amplia gama de otros propósitos, o bien para proyectos de compensación de emisiones, como en este caso.

“Nos gustaría llegar al punto en el que podamos instalar un sistema de captación de C02 interno y básicamente sería un circuito cerrado dentro de la cervecería”, dice el cofundador de la cervecera, Oscar McMahon, a través de la web del emprendimiento.

“Comenzamos a trabajar con el Clúster de Cambio Climático en este proyecto, ya que están desarrollando numerosos usos de las algas para el mundo real y que pueden ayudar a combatir el cambio climático. Juntos hemos desarrollado un método de uso de CO2, que es un subproducto del proceso de elaboración de la cerveza, para alimentar las algas alojadas en los biorreactores de nuestro piso de preparación y a la vez, reducimos nuestras emisiones como negocio”, añade McMahon.

Las algas se encuentran naturalmente en el medio ambiente y forman una parte muy importante de todas las redes alimentarias y los ecosistemas acuáticos.

De ellas, hay dos tipos principales: las macroalgas, que consisten en kelps y algas marinas, y las microalgas, que son plantas diminutas y microscópicas.

En este sentido, destacan que las algas prácticamente pueden salvar al mundo. La eficacia de la fotosíntesis es tan fuerte en ellas que podrían producir más del 50% del oxígeno del mundo.

De modo que cada trago de este desarrollo cervecero de Young Henrys vendrá además, dotado de todas las propiedades de las algas marinas, incluida la espirulina y el nori.

Vale decir que Young Henrys es una de las cerveceras más importantes de Australia y entre sus creaciones destacan una reciente colaboración con la revista Rolling Stone, para una edición especial de 325 ml del “oro dorado”.

Asimismo, además de fabricar diversas variedades de cerveza, destilan whisky, gin y posee un interesante sitio web que muchos cerveceros independientes deberían observar para el desarrollo de su negocio.

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