Reuters. – Autoridades estadounidenses detuvieron el domingo el tráfico fronterizo en el concurrido cruce entre San Diego y Tijuana, mientras la policía mexicana tomaba medidas contra una protesta de migrantes centroamericanos que intentaban cruzar la frontera para solicitar asilo en Estados Unidos. El paso fue suspendido en ambas direcciones en el puerto de entrada de San Ysidro, uno de los más transitados de la veintena de puertas de acceso entre ambos países, dijo la agencia de Aduanas y Protección Fronteriza de Estados Unidos en Twitter. Los oficiales de Aduanas y de la Patrulla Fronteriza de Estados Unidos se congregaron del lado estadounidense en una demostración de fuerza. De acuerdo con videos publicados en Twitter como el del usuario @_OscarAugusto los oficiales dispararon balas de goma a los migrantes. El presidente estadounidense, Donald Trump, ha mostrado su descontento con la caravana a medida que se aproximaba a su país y desplegó efectivos militares en la frontera para apoyar a la Patrulla Fronteriza. Trump tuiteó el sábado que los migrantes en la frontera debían permanecer en México hasta que sus solicitudes de asilo fueran aprobadas individualmente en tribunales. Pero el gobierno entrante de México negó que hubieran llegado a un acuerdo. El domingo, la policía de Tijuana disolvió una protesta, provocando escenas caóticas de personas que corrían en diferentes direcciones, dijeron testigos. Algunos manifestantes anunciaron que tenían la intención de cruzar hacia Estados Unidos, pero Reuters no pudo verificar si lo habían hecho. Cada año, miles de migrantes de Honduras, El Salvador y Guatemala huyen de la violencia y pobreza en casa en busca del sueño americano en Estados Unidos. Sin embargo, no todos logran llegar a ese país y muchos son extraditados, mientras que otros se quedan en México o pierden la vida durante la larga y peligrosa travesía. “Quieren que nos esperemos en México pero al menos yo ya estoy bien desesperado. Mi hija chiquita ya está enferma, no tenemos ni para su leche”, se lamentó Joseph García, un inmigrante hondureño de 32 años. “Yo quiero trabajar pero no me han dado los papeles. ¿Qué quieren que haga?”, agregó antes de decir que intentaría cruzar la frontera para llegar a Estados Unidos.   Buscando una solución Andrés Manuel López Obrador, quien asumirá la presidencia de México el 1 de diciembre, ha dicho que buscará eliminar las causas de la migración creando más empleos y mejorando las condiciones de vida en México y América Central. A cambio, espera que Trump y el Gobierno de Canadá acepten ayudar a impulsar el desarrollo económico en la región. Un grupo del gobierno de transición mexicano, encabezado por el próximo canciller Marcelo Ebrard, se encuentra discutiendo con autoridades estadounidenses soluciones para el problema migratorio. “Estamos teniendo un diálogo muy fluido y muy respetuoso con Estados Unidos (…) porque nos preocupa, de manera muy especial, que en este momento está aglutinándose un grupo importante de migrantes en la frontera”, dijo a Reuters Roberto Velazco, vocero de Ebrard. “Esta situación no es sostenible para México, es muy compleja. Eso es lo que más nos preocupa. Tampoco es sostenible para los propios migrantes. ¿Cuánto tiempo pueden pasar allí?”, agregó Velazco. “(El plan) sería para aplicarse en las próximas semanas o meses, pero todavía no tenemos ninguna solución”. La administración mexicana saliente también ha ofrecido beneficios laborales, de salud y educación a los migrantes que regularicen su situación a través del programa “Estás en tu casa”, y sus esfuerzos han recibido el respaldo del sector privado.

 

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