DW.- El domingo todavía parecía que esta cumbre del G7 podría llegar a hundirse en una nube de mala voluntad, desacuerdos y comunicaciones fallidas. El último día, sin embargo, el Presidente de EU cambió repentinamente el rumbo, después de dos días de incertidumbre sobre la guerra comercial con China y su posición ante la crisis de Irán. Donald Trump mandó señales de paz hacia Pekín, permitiendo que el presidente francés hiciera lo posible para calmar la crisis iraní.

Habilidad diplomática e iniciativa sobre Irán

El anfitrión, Emmanuel Macron, logró mantener contento al presidente de Estados Unidos con mucha habilidad diplomática: “Trabajamos bien juntos, hubo mucho acuerdo, hubo discusiones extremadamente positivas”, dijo Macron. Al final, la cumbre fue un signo de unidad. Por eso, ambas partes sostuvieron una conferencia de prensa en la que Donald Trump calificó al anfitrión de “líder político notable”, y Macron elogió la amistosa cooperación con Trump. En términos de contenido, Macron ve como un éxito el hecho de que Trump le diera vía libre para intentar acercarse a Irán. Como cosignatario del ahora disfuncional acuerdo nuclear, el francés quiere poner fin a la escalada con Estados Unidos, y a las tensiones en el Estrecho de Ormuz. Por ello invitó al ministro de Asuntos Exteriores iraní, Yavad Zarif, a Biarritz, el sábado por la noche en calidad de invitado sorpresa. Al principio, Trump reaccionó de manera hostil, pero después mostró apertura hacia un posible acercamiento diplomático. “Hemos trazado un camino”, explicó el presidente Macron, aunque las circunstancias siguen siendo bastante frágiles. Así, el G7 estaría de acuerdo en que Irán no obtenga armas nucleares y en que se encuentre una solución. Sorprendentemente, Trump también declaró la intención de una posible reunión con el presidente Rohaní. Su preocupación gira en torno a la posesión de armas nucleares y misiles balísticos, lo cual podría arreglarse con un nuevo acuerdo y, en determinadas circunstancias, también podrían suspenderse las sanciones. “Tienen que cooperar”, añadió el presidente de Estados Unidos, “si no lo hacen, se verán expuestos a violencia y resistencia”. El presidente francés había hecho un excelente trabajo en este tema, añadió. Al margen de la cumbre del G7, Trump también explicó que había sido informado de antemano por Macron sobre su estrategia ante la crisis Irán-EU.

Aproximación en el tema comercial

Los dos presidentes se mostraron igualmente optimistas sobre el posible avance en la disputa comercial con China. Llevan mucho tiempo discutiendo el tema y están de acuerdo en que las prácticas comerciales de China, por ejemplo, en materia de propiedad intelectual y dumping, no son justas, dijo Macron. Ambos quieren intensificar los intentos por acordar nuevas reglas para el comercio mundial. Sin embargo, aparte de eso, la guerra comercial entre Estados Unidos y China crea incertidumbre para la economía mundial, y un acuerdo entre ambos sería bueno para todos. Donald Trump parecía un hombre diferente: el domingo dio la impresión de lamentar la guerra comercial con China, aunque más tarde lamentó no haber impuesto aranceles aún más altos a China. Sin embargo, al final de la cumbre del G7, el presidente de los Estados Unidos señaló: “Creo que ellos (China) quieren llegar a un acuerdo. El vicepresidente declaró que se busca un acuerdo en buenas condiciones. China fue altamente afectada por nuestras tarifas y creo que quieren un trato”. TAMBIÉN LEE: G7 libera ayuda urgente de 20 mdd para salvar el Amazonas Francia también confía en que la disputa sobre el nuevo impuesto digital pueda resolverse por la vía de un reglamento internacional en el marco de la OCDE en 2020. Se instó también una vez más al presidente estadounidense, a reanudar las conversaciones comerciales con la UE, puntualmente en torno a productos industriales libres de impuestos. Esto, con el fin de terminar la amenaza arancelaria que afecta a la industria automovilística desde hace meses.

Sin resultados favorables, pero con prevención de desastres

En general, esta cumbre se caracterizó por pocos resultados concretos. El éxito radica en la inteligente gestión del país anfitrión, que ha logrado evitar nuevas explosiones por parte de Trump, abriendo una ventana para las negociaciones, tanto en el comercio mundial, como en la crisis de Irán. Sin embargo, todo el mundo sabe que el llamado a la unidad y a la buena voluntad en el G6 + 1, están sujetas al humor del presidente de Estados Unidos. El presidente Macron, por su parte, en un documento final se refirió al compromiso con la Organización Mundial del Comercio, estableciendo que Irán no debe poseer armas nucleares, y que la paz y la estabilidad en la región son deseables. También debería haber una cumbre sobre Ucrania y una conferencia sobre Libia. En cuanto a las manifestaciones de Hong Kong, la declaración recuerda positivamente el acuerdo entre el Reino Unido y China de 1984, por su forma de hacer política. En cualquier caso, el presidente de EU no contradijo ninguna de estas declaraciones.

Ayuda para la Amazonía

El hecho más notable de la decisión del G7 en torno al tema de los incendios en el Amazonas, no fue ni la miserable suma de 20 millones de euros, ni el hecho de que se tardaran tres días en decidirlo, sino un Donald Trump pasando por alto dicha sesión sobre el cambio climático, la protección de los océanos y otras cuestiones medioambientales. De hecho, fue el G6 quien decidió ayudar a los países amazónicos a comprar aviones cisterna y luego a reforestar. Este contenido se publicó originalmente en DW.COM y puedes ver esa nota haciendo click en el logo:

 

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