EFE.- Doce de los clubes más importantes de Europa, entre los que se encuentran el Real Madrid, Barcelona y Atlético de Madrid, anunciaron un acuerdo para la creación de una nueva competencia, la Superliga, en la que participarán hasta 20 equipos desde agosto, con partidos entre semana para respetar las competiciones nacionales.

La creación de la nueva Liga es una respuesta a “la inestabilidad del actual modelo económico del fútbol europeo” a causa de la pandemia, señaló en un comunicado la Superliga.

De esta forma, apunta que con “una visión estratégica y un enfoque comercial”, el objetivo es “aumentar el valor y las ayudas en beneficio de la pirámide del futbol en su conjunto”, ofreciendo partidos de mayor calidad entre clubes grandes que aportarán “recursos financieros adicionales para todo el mundo del fútbol”, asegura.

El anuncio de creación de la Superliga provocó numerosas reacciones y una oposición frontal de la UEFA, las federaciones nacionales y gobiernos de la zona.

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La Federación Internacional de Fútbol Asociación​ ​(FIFA) expresó también su desaprobación hacia la Superliga, y la calificó como una “liga europea cerrada y escindida.

LaLiga española condenó “enérgicamente la propuesta anunciada de creación de una competición europea secesionista y elitista, que ataca los principios de la competitividad abierta y del mérito deportivo que ocupan lo más profundo del ecosistema del fútbol nacional y europeo”.

Además, la Federación de Fútbol italiana (FIGC) manifestó su categórica posición en contra de la Superliga europea y definió este proyecto “cínico e inmoral”, además de no respetar el mérito deportivo.

La Federación Alemana de Fútbol (DFB) se posicionó este lunes “claramente en contra” de la iniciativa “egoísta” de 12 clubes europeos de crear una Superliga, mientras los equipos alemanes que podrían querer sumarse guardan silencio.

La Comisión Europea (CE), el Ejecutivo comunitario de la Unión Europea, evitó pronunciarse sobre posibles problemas en materia de competencia y sugirió que los asuntos de gobernanza se resuelven en cortes de arbitraje y tribunales nacionales.

Por su parte, Boris Johnson, primer ministro británico, se comprometió a “hacer todo lo que pueda” para evitar que el proyecto de la Superliga “salga adelante como está planeado”.

“Vamos a mirar todo lo que podemos hacer con las autoridades del futbol para asegurarnos de que esto (la Superliga) no salga adelante como está planeado”, dijo en declaraciones a los medios Johnson.

El ministro español de Cultura y Deporte, José Manuel Rodríguez Uribes, aseguró a su vez que antes de expresar una opinión absoluta sobre la creación de una Superliga europea, prefiere reunirse con todas las partes implicadas y escucharlas, aunque abogó por que haya “un acuerdo”, porque los “planteamientos que suponen un choque de trenes no son buenos” para nadie.

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