Por Carlos Brockmann De Anda* Desde hace más de una década, Guadalajara se presenta como la capital de la innovación. Empresas como Intel, Continental, IBM, HP, Wizeline y Oracle, desarrollan tecnología y le han apostado fuertemente a Jalisco. Existen múltiples proyectos de vinculación con universidades locales como el Instituto Tecnológico y de Estudios Superiores de Monterrey (ITESM), la Universidad Panamericana (UP), la Universidad de Guadalajara (UdeG) y el Instituto Tecnológico y de Estudios Superiores de Occidente (ITESO), por nombrar algunas, para desarrollar capacidades en los alumnos y colaborar en proyectos productivos. Sin embargo, persiste la percepción, según estudios de entidades públicas, como la Secretaría de Innovación, Ciencia y Tecnología (SICyT) y la Cámara Nacional de la Industria Electrónica de Telecomunicaciones y Tecnologías de la Información (CANIETI), y también de empresas como ManpowerGroup, de que en Jalisco faltan ingenieros y científicos capacitados para alimentar el desarrollo tecnológico esperado. Como parte del trabajo de investigación que realizamos en el Comité de Educación de American Chamber Capítulo Guadalajara, hemos visitado a 42 escuelas (secundarias y bachilleratos) públicas y privadas de la ciudad entre 2017 y 2018, y aparece algo preocupante: ninguna tiene vínculos o contacto con empresas de tecnología, de recursos humanos o multinacionales, y ninguna participa en un foro de cuestionamiento sobre su relevancia o vinculación. En México existe cierto estatus asociado a dar clases de universidad, por lo que muchos líderes profesionales y técnicos lo hacen. El problema es que para entonces es demasiado tarde. Un estudiante con miedo a las matemáticas difícilmente se vuelve ingeniero. Y un alumno interesado que no tuvo los fundamentos de matemáticas y sale del bachillerato sin nivel de primaria, tampoco puede hacerlo. Para formar ingenieros y científicos creativos y preparados se necesita iniciar con más alumnos de bachillerato curiosos, que se pregunten cómo funciona el mundo. A la vez, para motivar a estos alumnos se requieren maestros de matemáticas y ciencias creativos, innovadores y con experiencia de vida que hayan desarrollado proyectos exitosos en el ámbito profesional. Se necesita también vinculación entre los bachilleratos y empresas que implementen prácticas profesionales bajo estándares establecidos, para introducir a los alumnos al medio y darles experiencias profesionales básicas.   Cómo reclutar maestros de matemáticas Cualquier profesionista científico o ingeniero que cumpla con requisitos básicos —como tener un título—, puede dar clases de bachillerato. Desafortunadamente, ninguno de los alumnos competitivos en las clases y talleres dados en secundarias y bachilleratos, manifestó interés en ser maestro. Entre los profesionistas exitosos, ser profesor de bachillerato no resulta atractivo dados el bajo prestigio, la baja remuneración, así como la falta de instituciones vinculadas y con altos estándares de calidad profesional. La gente competitiva le pierde el respeto a instituciones que toleran el esfuerzo mediocre y la baja calidad. En el mundo empresarial es conocida la rigidez del medio académico, tanto público como privado. El sistema educativo tiene conflictos de agencia implícitos, compensa y promueve maestros por sus títulos y jerarquía y no por su desempeño o capacidad para resolver problemas prácticos en el mundo. Para los profesionistas que vienen de fuera, el plan centralizado e inflexible de bachillerato no refleja las realidades actuales, y resulta carente en la presentación y aprendizaje de fundamentos tecnológicos, probabilidad, efectos de red, toma de decisiones, reducción y resolución de problemas y desarrollo de la creatividad. Se necesita gente que reconozca esta realidad, dispuesta a avanzar con los alumnos independientemente del nivel con el que lleguen, precisamente porque ese es el objetivo final. ¿Y dónde encontramos a esa gente? Enfrentando la realidad como es. Tal como lo acaba de publicar la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE), el Estado de Derecho de México está dañado. Muchos emprendedores han cerrado sus negocios por malas decisiones, y muchos a consecuencia de la corrupción e impunidad. Entre éstos hay muchos ingenieros, financieros y científicos humildes, creativos y motivados, deseosos de logros importantes. A ellos podemos reclutarlos, proponiéndoles una contribución que hasta ahora no han considerado, bajo condiciones adecuadas. En casos individuales esta fórmula no presenta tantos obstáculos, y aunque no es camino sencillo de implementar ni trae resultados tangibles en el corto plazo, es el inicio para fortalecer instituciones con proyectos de mayor escala. *Presidente del Comité de Educación de American Chamber of Commerce, Capítulo Guadalajara.   Contacto: Twitter: @AmChamMexico / @ENGIN_GDL Instagram: @AmChamMexico / @engin_gdl Facebook: @ENGINGDL LinkedIn: American Chamber of Commerce of Mexico Página web: American Chamber/Mexico / engin.edu.mx Las opiniones expresadas son sólo responsabilidad de sus autores y son completamente independientes de la postura y la línea editorial de Forbes México.

 

Siguientes artículos

El COI nunca se imaginó la olimpiada más gélida
Por

Una vez más, uno de los encuentros deportivos más importantes del orbe, que rescata los valores de los antiguos juegos d...