Por Cristina Ocaña* A pesar de la creencia común, diversidad e inclusión no son conceptos sinónimos, más bien interdependientes: Para que se dé el fenómeno de la inclusión, primero debe de haber diversidad en la empresa, es por eso que en un texto anterior planteaba la pregunta ¿Cuál es el grado de diversidad que refleja mi organización? El primer paso para evaluar qué tan diversa es mi organización, es escuchar la opinión de los empleados. La visión de nuestro equipo nos permitirá valorar la diversidad que existe hoy dentro de la empresa, para así poder establecer los siguientes pasos en el camino hacia la diversidad e inclusión. Sin embargo, antes de poder avanzar en este camino, es necesario adquirir una perspectiva más amplia: la diversidad de nuestra empresa debe de ser un reflejo del mundo exterior, por ello el punto de partida es conocer la población mexicana, y sus grupos diversos. Un grupo diverso es aquel que se define como un colectivo de personas que dentro de una nación o comunidad difieren de la mayoría por una serie de características distintivas tales como pueden ser: la raza, la etnia, la religión, el género, la condición sexual, el nivel socioeconómico o alguna discapacidad entre otros. Lo cierto es que cada vez son más las dimensiones en las que los seres humanos manifiestan sus diferencias, actualmente México cuenta con una población de 127.5 millones de habitantes. Dentro de esta población mexicana, en términos de género el 51.4% de la población son mujeres; existen muy pocos datos respecto al colectivo LGBTTTI+ del país, siendo un 3.6% el estimado de los jóvenes que son LGB. Un 6.6% de los habitantes de este país han manifestado padecer algún tipo de discapacidad. En cuestiones raciales y culturales el 21.5% de los mexicanos se identifican como indígenas; el 0.96% de la población son inmigrantes y un 0.16% de los habitantes pertenece a una religión que no sea la católica. En lo relativo a la edad, el 7.2% de los mexicanos tiene 65 años o más; frente a un 31.4% de jóvenes comprendidos entre los 12 y 29 años. Conociendo las dimensiones de diversidad que componen la sociedad mexicana, lo que sigue es entender la importancia de que mi organización sea un reflejo fidedigno de esa diversidad exterior, la razón es simple: La diversidad va a lograr que la empresa sea más competitiva, y a la larga, esto se va a traducir en rentabilidad y sustentabilidad. Mientras más diversa sea una compañía, más puntos de vista y perspectivas tendrá, optimizando la toma de decisiones, y evitando caer en subjetividades. En otras palabras, la diversidad consigue un mejor posicionamiento y participación en el mercado. Los servicios y productos de cualquier organización están planteados para comercializarse en el mundo exterior, qué mejor que tener una representación auténtica de la realidad externa, que nos retroalimente de las necesidades y objetivos para poder diseñar soluciones innovadoras que faciliten la vida de todas las personas que habitan en esta sociedad, y no sólo a un nicho de mercado. Una política de diversidad se traduce a final de cuentas en una mayor customer relevance. El último paso hacia la diversidad consiste en conocer cuáles son las prácticas que promueven que en mi organización haya diversidad, y en caso de que no las hubiera, ¿Qué prácticas se deben implementar para ser una compañía diversa? Por norma general, la diversidad viene de la mano con políticas de atracción de talento y las prácticas del departamento de Recursos Humanos. Será relevante que la organización cuente con políticas que respeten y promuevan los derechos de los grupos de diversidad, por ejemplo: que la empresa cuente con beneficios extendidos a parejas del mismo sexo, o que el espacio de trabajo esté adaptado a las necesidades de personas con discapacidad etc. El respeto por la diversidad comienza desde la publicación de ofertas de trabajo: que estas estén escritas en un lenguaje incluyente y neutro; y que se seleccione a los candidatos en función de sus aptitudes sin importar sus preferencias o diferencias personales. Aunque pueda parecer lo contrario, implementar prácticas que hagan a mi empresa diversa, no es la meta final. La inclusión es el siguiente reto: Ahora que mi empresa es diversa, ¿cómo se consigue un ambiente incluyente y que mantenga esa diversidad unida dentro de la organización? *Directora de Cuentas Estratégicas y Líder de Inclusión para Latinoamérica en 3M   Las opiniones expresadas son sólo responsabilidad de sus autores y son completamente independientes de la postura y la línea editorial de Forbes México.

 

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