Por: Jose Roberto Balmori

Mientras que en México y Canadá el crédito otorgado por la banca comercial sigue avanzado, en los Estados Unidos cada vez es más evidente que estamos ante una crisis crediticia. Popularmente conocida como “credit crunch”, una crisis crediticia es la reducción drástica de dinero disponible para otorgar préstamos bancarios. Esto puede ocurrir por una pérdida de confianza o por una fuga de depósitos bancarios. En este artículo abordo brevemente el contexto en el que acontece dicha crisis crediticia y las implicaciones para la región de Norteamérica.

Por un lado, los bancos comerciales en México y Canadá siguen acrecentando el tamaño de sus carteras de crédito. Tan solo en marzo de este año, el crédito bancario al consumo en México creció a doble digito (10%), en comparación a marzo del año pasado. Esto representa un avance en el crédito al consumo no visto desde inicios de la pandemia. Asimismo, el crédito por instrumento de tarjetas de crédito aumento en un 15% en nuestro país, mientras que los créditos de nómina, hipotecarios y empresariales mostraron crecimientos del 10%, 5% y 3%, respectivamente. De igual forma, el crédito bancario en Canadá ha avanzado en un 5% durante el último mes, cuando se compara dicha cifra con los datos correspondientes al año pasado.

Sin embargo, la historia es totalmente inversa en los Estados Unidos. En lo que va del último mes (abril), el total del crédito de la banca comercial americana ha bajado en 300,000 millones de dólares, un 2% del crédito bancario comercial en dicho país. Aunque dichas cifras no son aún alarmantes, la trayectoria descendiente de los depósitos en bancos americanos hace pensar que la crisis crediticia en los Estados Unidos esta apenas gestándose. Específicamente, en los últimos doce meses, los depósitos en la banca comercial de nuestro vecino del norte han pasado de 18.2 billones de dólares a 17.2 billones de dólares; es decir, un descenso de aproximadamente 5% sobre la base del año anterior. A medida que los bancos tienen menos depósitos, obviamente pueden otorgar una cantidad menor de préstamos.

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La quiebra reciente del First Republic Bank, el cual fue absorbido por JPMorgan Chase hace apenas unos días, es un indicativo adicional que las consecuencias de la política monetaria de la Fed, el banco central de los Estados Unidos, siguen cobrando factura a los bancos medianos en los Estados Unidos. Mientras que la Fed intenta controlar la inflación en la economía de nuestro vecino del norte, el alza en las tasas de interés está causando que los ahorrados en la banca comercial retiren sus depósitos de los bancos para moverlos a instrumentos financieros que pagan más. Asimismo, el alza en las tasas de interés hace menos atractivo para los consumidores el pedir prestado para comprar una casa o un coche.

En parte, este fenómeno de crisis financiera no está ocurriendo en México porque poca gente saca su dinero de los bancos para invertirlos, por ejemplo, en otros instrumentos financieros como los CETES. Aunque económicamente hablando esto no es racional —ya que los depósitos bancarios pagan alrededor de 6% mientras que los CETES un 11%—, la falta de educación financiera en la mayor parte de la población, incluso en la clases medias y altas de México, hace que dichos flujos sean menores. Sin embargo, si la crisis crediticia en los Estados Unidos se llega a agravar, esta puede conducir rápidamente a que la economía de nuestro vecino del norte entre en recesión. Como ya sabemos, cuando a los americanos les da gripa, a nosotros nos da neumonía. Por tanto, vale la pena anticiparse a un escenario económico adverso cubriendo nuestras posiciones financieras adecuadamente.

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Contacto:

Jose Roberto Balmori, director de los programas de licenciatura de la Facultad de Economía y Negocios de la Universidad Anáhuac México

Twitter @jrbalmori

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