Un comprador de boletos en Nueva York presentó el jueves una propuesta de demanda colectiva contra Ticketmaster y su matriz Live Nation, alegando que los consumidores se ven obligados a pagar precios elevados porque la empresa utiliza su poder de mercado para cobrar “tarifas excesivamente altas”.

El reclamo llegó el mismo día que el gobierno de Estados Unidos demandó a Ticketmaster y Live Nation por cuestiones antimonopolio similares.

Abraham Leifer, el demandante en el caso, alega que todos los consumidores de boletos en las principales salas de conciertos se ven afectados por el monopolio de Live Nation, que está vigente desde que compró Ticketmaster en 2010.

La demanda se presentó en nombre de todos los consumidores que compraron entradas en sitios de reventa después de que se vendieron originalmente en Ticketmaster, argumentando que el supuesto poder monopólico de Live Nation eleva los precios en el mercado “secundario” de venta de boletos al limitar la competencia entre las páginas de reventa y repercutiendo en costos elevados.

El caso se presentó en Manhattan el mismo día que el Departamento de Justicia (DOJ, en inglés) presentó una demanda antimonopolio contra Live Nation, alegando que la compañía y sus subsidiarias han utilizado una serie de tácticas para “eliminar la competencia y monopolizar los mercados”.

Forbes se puso en contacto con Live Nation para solicitar comentarios.

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Live Nation y Ticketmaster se fusionaron en 2010, prometiendo en ese momento al DOJ que no tomaría represalias contra los lugares que trabajan con otros vendedores de boletos para garantizar que se preservara la competencia en la venta de entradas y no creara un monopolio, un acuerdo que el DOJ afirmó en 2019 que la empresa había violado repetidamente.

El jueves, el DOJ y 29 estados demandaron a Live Nation, argumentando que utilizó cosas como contratos de boletos a largo plazo y restricciones a los lugares que trabajan con múltiples vendedores de entradas como una forma de monopolizar el mercado, algo que, según el Fiscal General Merrick Garland, resultó en que los fanáticos pagaran cada vez más y los artistas tienen menos opciones sobre dónde tocar.

Live Nation rechazó la demanda, señalando en un comunicado que era “absurdo afirmar” que Ticketmaster era monopolio y argumentó que “hay más competencia que nunca en el mercado de eventos en vivo”.

En el comunicado, la productora de eventos atribuyó el aumento de los costos de los boletos al alza de los costos de producción, la popularidad de los artistas y la incesante venta de entradas en línea.

Live Nation también ha criticado durante mucho tiempo los sitios de reventa. En una publicación del año pasado comentó que más del 70% del negocio de muchos de los sitios son revendedores profesionales y que “tanto los artistas como los consumidores son engañados” por los altos precios en los sitios secundarios.

Live Nation y Ticketmaster enfrentaron nuevas críticas en 2022 después de que la boletera cancelara la venta general de entradas para el The Eras Tour de Taylor Swift, que batió récords, después de que su sitio web colapsara durante la preventa.

El presidente de Live Nation, Joe Berchtold, dijo a los legisladores en una audiencia sobre el asunto que el problema con la venta de boletos de Taylor Swift fue causado por revendedores, una cantidad sin precedentes de robots que trabajaban para comprar entradas y un “ataque cibernético”.

Este artículo fue publicado originalmente en Forbes US

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