Concluyó el juicio de Joaquín Guzmán Loera en una corte de Brooklyn, en Nueva York, con diez cargos donde se le encontró culpable, seguramente será condenado con una pena de cadena perpetua en una prisión de ese país. Más allá de las implicaciones que su encarcelamiento tiene para la estructura de crimen que gira en torno al tráfico de drogas, el juicio generó información que, si bien debe ser verificada por las distintas autoridades tanto en Estados Unidos como México, no debe pasar desapercibida porque puede tener consecuencias políticas importantes para la estructura política en México. Al estilo de las aclamadas series de narcos que han aparecido en los últimos años en distintas plataformas, se relacionó en las actividades de “El Chapo” a diversas estructuras de poder en México, pero también derrumbó mitos sobre la forma en que el crimen opera en el país y los alcances que los diversos grupos tienen en el control territorial. Podemos plantear tres grandes áreas de información que pueden resultar relevantes para diversos procesos políticos en México. La implicación de políticos en actividades criminales, la operación de las estructuras de poder y crimen, así como la imagen que queda de México, con respecto al juicio que acaba de concluir. En el primer caso, la fiscalía buscó construir una imagen del Gobierno mexicano, donde la corrupción impera desde el más bajo hasta el más alto nivel, incluyendo a expresidentes de la república. diversos testigos implicaron a políticos mexicanos en las actividades de Guzmán Loera, no únicamente en sus actividades cotidianas, sino también en los escapes que concretó en dos sexenios, a pesar de que en el segundo el mismo gobierno logró su captura nuevamente. Si bien esto se generó en sexenios anteriores, quedará la duda y, posiblemente, se generará presión sobre la administración actual, para investigar los dichos de esos testigos, además de que el mismo presidente López Obrador podrá utilizar el tema en momentos en que requiera de él. El alcance que esto puede tener en términos de investigaciones y sanciones es incierto, muy probablemente no habrá un cambio sustancial con respecto a lo que ocurre ahora, pero si tendría que haber, por lo menos, líneas de investigación abiertas por parte de la nueva fiscalía mexicana. En el segundo caso, pensar en los cárteles actuales como grandes estructuras corporativas con liderazgos unívocos, tal vez ha tenido impactos negativos en la forma en que se han construido estrategias para contrarrestar sus operaciones. Si bien la historia del geek o experto en tecnología que logró afianzar la operación ya había sido vista en algunas series en México, lo cierto es que también se evidencia una gran diversidad de grupos y servicios en torno al negocio, donde pasan policías, jueces, ministerios públicos, funcionarios en diversos órdenes, etc. De la misma forma, la impunidad que existe en México se ha evidenciado en el hecho de que, en tan solo unos meses se dictó una sentencia que parecía haberse anunciado desde su captura, mientras que aquí tal juicio no únicamente habría tardado más tiempo, sino que también tendría serias deficiencias en la integración de la información para una decisión sobre el mismo. Pero no únicamente eso, sino que incrementa los incentivos de los grupos criminales para evitar la deportación y aceptar llevar el juicio en México donde el proceso y las condenas serían más benignas, con la posibilidad de vivir con lujos o escapar de alguna de las cárceles mexicanas. Este juicio no sólo consolidó la imagen de México como país corrupto, con impunidad, proveedor de drogas y con estructuras de justicia débiles que se tenía, sino que también tendrá complicaciones importantes en términos del tratamiento mediático y político que se dé al juicio y la información que de él deriva.   Contacto: Twitter: @aglopezm Las opiniones expresadas son sólo responsabilidad de sus autores y son completamente independientes de la postura y la línea editorial de Forbes México.

 

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