Una de las preguntas más importantes en la agenda de seguridad nacional es la siguiente: ¿Estamos preparados para una pandemia, hay un plan de contingencia al respecto?

En 2009 México enfrentó una severa crisis por la influenza AH1N1, lo que provocó mil 289 muertes y alrededor de 72 mil casos, aunque hay estudios posteriores que indican que el impacto pudo ser mucho mayor. 

Desde el 23 de abril, de aquel año,  se tenían análisis que ya señalaban que las cosas se podían poner muy mal y por ello se optó por suspender las clases en todo el territorio nacional y la Ciudad de México paró sus actividades. 

Aquellos fueron días cruciales para proteger la salud de la población e inclusive para garantizar la gobernabilidad en el desarrollo de una situación que produjo zozobra y miedo. 

Se contaba con planes para actuar en contra de la gripe aviar (AH5N3), pero el golpe vino por una cepa extraña de la influenza. Los esfuerzos de investigadores a nivel internacional y de la Organización Mundial de la Salud (OMS) permitieron descubrir que se podía tratar con Tamiflú, que el medicamento era accesible, y que la mortalidad se reducía si se acudía al médico durante los primeros días.

Sin embargo, una de las lecciones más importantes es la que tiene que ver con la distribución y el suministro de los medicamentos. Si bien había Tamiflú suficiente, empezó a escasear en algunos lugares y se propiciaron compras que no tenían sentido. 

¿En la actualidad estamos listos para enfrentar el Coronavirus? ¿El sistema de salud pública cuenta con las capacidades pare reaccionar?

Si bien las instituciones de salud pública son fuertes, más allá de las dificultades que se están experimentado por los cambios en el modelo del Seguro Popular al INSABI, hay un área más que sensible y es la de la distribución. 

La logística de surtido de medicinas y materiales de curación es de complejidad muy alta y ello se vio en el último año, cuando la suspensión de las compras con las farmacéuticas tradicionales, añadió atrasos y generó problemas en los hospitales públicos. 

En caso de contingencia se tendrá que actuar con las empresas que se dedican a la distribución y que son bastante especializadas o con una estrategia emergente que permita que los médicos y las medicinas estén en el lugar adecuado. 

Antes de que ocurra la tormenta, que por lo demás es incierta, valdría la pena que se tomaran en cuenta las experiencias del pasado y que ellas sirvieran para generar los protocolos de actuación si es que se requieren

México actuó bien ante la influenza AH1N1 porque no se subestimo el daño potencial y porque se comprendió que la toma de medidas extraordinarias se justificaba por una finalidad superior: La salud de los ciudadanos y sus familias. Las sombras del Coronavirus están en el horizonte y más vale tenerlas en cuenta. 

 

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